Mundo Invertido - Siempre a tu lado

Isabelle, Simon y Alec disfrutaban de una tarde tranquila en el departamento que ahora compartían Simon e Izzy.

- Esto esta delicioso. – Dijo Alec probando una cucharada más de su platillo. - ¿Qué es?

Su hermana regreso de la cocina con una cesta de pan horneado. – Me alegra que te guste, hermano. Es mi nuevo especial; Crema de Champiñones, pruébalo con este pan. -Isabelle estaba realmente ilusionada, acomodo sus anteojos sobre el puente de su nariz mientras su hermano probaba su pan recién preparado. - ¿Crees que a mamá le guste?

- Dios mío. – Dijo Simon, - ¿Cómo podría no gustarle? En verdad, cocinas maravillosamente.

- Cocina Gourmet digna de un brindis. – Alec levanto su copa y sus acompañantes le siguieron, festejando por la comida y la compañía.

- Gracias por haber venido. – Dijo Isabelle. – Con nuestros padres lejos, en ocasiones es difícil.

- ¿Cómo les va en su nueva etapa? – Alec pregunto probando nuevamente el delicioso pan.

- Creí que sería difícil. – Confeso Isabelle. – Pero nunca había sido tan feliz. – Isabelle tomo la mano de Simon. Simon la toma igual presionándola fuertemente.

- Me alegra. – Dijo Alec sonriendo a la pareja.

Antes de que cualquiera de ellos hablara de nuevo, el televisor que estaba en la sala les llamo la atención.

-Mira, Alec. Es Magnus. – Dijo Isabelle entusiasmada.

Los jóvenes giraron para ver hacia el televisor. Simon tomo el control remoto para subir el volumen. El comercial de Magnus Bane promocionando sus servicios de adivinación se escuchó con más claridad.

Los tres jóvenes rieron, hubo una explosión de afecto en Alec al ver esa última imagen del comercial en donde Magnus sonreía resplandeciente.

- Que comercial tan malo. – Dijo Isabelle riendo.

- Lo es. – Dijo Alec sonriendo.

- ¿Y no piensas hacer algo al respecto? – Pregunto Isabelle consiente del amor de su hermano por las cosas bellas y de buen gusto.

- No. – Dijo Alec aun sonriendo. - Es horrible, pero tiene un encanto muy Magnus, y de él no quiero cambiar nada, en lo absoluto.

Isabelle se mordió su labio. - Entonces… - Dijo con intención. – Han estado saliendo por casi un mes ¿Cierto?

Alec estaba tranquilo. – Un mes exacto en dos días. – Dijo el chico.

- Es increíble como…

- ¿Cocinaras esto en la cena de nuestros padres? – Pregunto Alec cambiando abruptamente de tema.

Isabelle se desilusiono de inmediato. – Eres horrible. – Dijo haciendo un puchero. - ¿Qué cena?

- La que organizare para nuestros padres. – Repitió Alec. – Han pasado mucho tiempo lejos, lo menos que podemos hacer es celebrar su regreso.

- Me parece una gran idea. – Dijo Simon aun comiendo la deliciosa crema.

- Ellos se alegrarán. – Dijo Isabelle. – Claro, cocinare para ellos.

- Tus platillos y la organización de Alec, - Simon se miró entusiasmado. – Cera una noche que no olvidaremos.

- Eso espero. – Dijo Alec recargándose con gracia sobre la mesa.

Para Isabelle era muy sencillo leer a su hermano. – De acuerdo. – Dijo la chica. - ¿Qué hay en tu cabeza para esa noche?

- Bueno. – Inicio Alec. – Como lo han hecho ustedes, creo que es tiempo de dar mi propio gran paso.

Isabelle abrió los ojos como platos. - ¡¿Presentaras a Magnus con nuestros padres?! ¡Oh mi dios! – Ella miro a su novio. - ¡Presentara a Magnus con nuestros padres!

Simon busco el rostro de Alec el cual le aseguro que Isabelle tenía razón. – Nunca has hecho eso. – Dijo Simon atónito. – Tantas parejas y nunca siquiera mencionaste algo parecido.

- Nop, nunca. – Alec se miraba complacido con su decisión.

Simon se dirigió a su novia quien no podía dejar de sonreír. – En verdad Magnus debe tener algún tipo de poder mágico.

Isabelle estuvo de acuerdo enseguida. – Poderes Jedi, sin duda.

Alec giro sus ojos, en realidad pensó que se habían tardando en hablar sobre la afición de ambos. Isabelle y Simon se adentraron en una conversación animada sobre los poderes de la fuerza y el interior de la Estrella de la muerte. Le parecía gracioso la forma en la que conversaban apartando todo a su alrededor, se preguntó si cuando él y Magnus hablaban era igual, sin duda habían tenido amplias conversaciones, Magnus era el perfecto hombre para Alec, ya que Alec era del tipo de persona que difícilmente podía entregar su completa atención a una sola cosa o persona por más de un par de días.

Las noches, días y tardes de citas nunca habían sido iguales, desde paseos por Central Park, visitas a museos o exposiciones de arte, cine, opera, centros nocturnos e incluso conciertos de rock. No importaba lo que Alec quisiera hacer, Magnus nunca se negaba y siempre tenía alguna opinión inteligente y sincera. Un conocedor experto en todas las áreas, Alec amaba la forma en la que Magnus lo mantenía siempre emocionado y en estado de sorpresa.

- Tierra a Alexander. – Dijo Isabelle moviendo su mano frente al rostro de su hermano. - ¿Sigues con nosotros?

- En parte. – Dijo Alec con unas ansias repentinas por ir a buscar a Magnus. - ¿Estamos bien con la cena, entonces?

Ambos chicos levantaron un par de pulgares en su dirección. Una escena enternecedora, graciosa e increíblemente nerd.

- OK. – Soltó Alec en respuesta. Su celular sonó y este lo contesto de inmediato. – ¡Hola, hermosa! – Saludo Alec. - ¿Recibiste mis mensajes?

- Oh, Alec. Tus ideas son perfectas, justo lo que quería para la exposición. – Dijo Clary a través del auricular desbordando alegría. - ¿En verdad lo crees posible?

Alec se miró ofendido. - ¿Alguna vez te he fallado?

- Me disculpo – Dijo Clary. – Y doy gracias por tenerte como mi mejor amigo.

- ¿Mejor amigo? – Dijo Alec sonando divertido. – Simon no está de acuerdo con eso.

Se escuchó una risa desde el otro lado de la bocina. – Tampoco Jace estaría feliz si le dijeras que soy tu mejor amiga en lugar de él. Creo que me pediría terminar.

- Sin mencionar a Simon, y a mi hermana, quien está a punto de protestar.

- Oh, esto es un verdadero lio, es difícil decir quién es el mejor amigo de quien, creo, entonces, que por el bien de nuestros amados amigos en común, deberemos mantener lo nuestro en secreto.

- Creo que es la solución más sensata.

- ¿Que dices si te escapas para verme y vamos de compras?

- ¿Cómo se supone que los demás competirán contigo y esas ofertas tan tentadoras?

La risa de Clary se escuchó una vez más. - ¿Nos vemos en donde siempre?

- Por su puesto. ¡Tiffanys!
                         - ¡Tiffanys!

- Te veo en 20. – Dijo Alec y colgó. – De acuerdo chicos, tengo una cita con una linda pelirroja. – Alec tomo su chaqueta. – Necesito organizar una increíble cena.

La ilusión en el rostro de Isabelle era como el de una niña pequeña, ver a su hermano tan feliz le era increíble y emocionante.

- Te veo mañana. – Dijo Alec besando la cabeza de su hermana y estirando una mano para chocar puños con Simon.

* * * * *

Alec y Clary pasaron toda la tarde entre tiendas y almacenes de Nueva York, eran pocas las personas quienes podían tomar el ritmo de ambos cuando de compras se trataba. El auto de Alec estaciono frente al edificio del apartamento de la familia de Clary.

- Estoy exhausta. – Dijo la chica estirando sus manos hacía en frente. – Gracias por acompañarme, esa exhibición quedara increíble.

- Nada menos para tus obras, son espectaculares.

- Y las cosas que compraste para la gran cena… Wow, tus padres quedaran sorprendidos.

Alec rió, - No es muy difícil sorprenderlos.

- Los impresionaras, como siempre. – Clary sonrió a su amigo tomando una gran cantidad de bolsos del asiento trasero. – llamare a Jace para contarle. Por favor, saluda a Magnus de mi parte.

- Lo haré. – Dijo Alec sencillamente. Se despidieron afectuosamente con un beso en la mejilla y Clary desapareció en la entrada del edificio.

Alec tomo su celular, pero antes de que pudiera marcar este sonó.

- ¿Hola?

- Hola, ¿Alec? Me preguntaba si quisieras…

- ¿Ir a tu apartamento? Estoy por iniciar el camino hacia allá.

- Espero no provocarte problemas, pero terminé mi última sesión y pensé en darte una sorpresa.

Alec se detuvo un segundo. - ¿Qué sorpresa?

- Estoy fuera de tu piso. – Dijo Magnus a través de la bocina sonando tímido. – Pero debí llamar, lo lamento.

- No te disculpes, me tomara 10 minutos estar ahí, por favor espérame.

- En verdad, no quisiera… - Magnus escucho el sonido de una llamada terminada, a estas alturas sabía lo que significaba, que Alec había dicho la última palabra, algo que no le molestaba en lo absoluto. Magnus rio y mirándose fuera del edificio sin hacer mucho se sintió apenado, ¿Por qué no trajo nada de comer? Alec parecía haber pasado toda la tarde fuera, tal vez no había comido. Magnus miro en todas direcciones para cerciorarse de que no estaba siendo observado, movió sus manos hacia enfrente y en ellas aparecieron colgando un par de bolsas plásticas, Magnus les hecho un vistazo, todo había salido de maravilla, el olor le confirmaba eso, la comida estaba lista. Se sintió satisfecho cuando el auto de Alec apareció.

- Eso fue rápido. – Dijo Magnus cuando Alec subió las escaleras de la entrada con agilidad.

- No estaba lejos. – Dijo Alec acercándose a Magnus y a sus labios. – Déjame ayudarte con eso. – Dijo el chico después de besarle. – Huele muy bien, ¿Qué es?

- Comida China. – Informo Magnus.

Alec abrió la puerta del edificio. – Muero de hambre. – Dijo mientras caminaban al elevador, - Deje muchas cosas en el auto, pero estoy exhausto, las subiré mañana. – Magnus se quedó en silencio, había muchas ocasiones en las que tenía la intensión de usar su magia para complacer a Alec, era en toda ocasión de hecho, pero ese miedo de Magnus surgía cada vez que pensaba en la idea de contarle a Alec de su magia. ¿Cómo podría? ¿Cómo podría siquiera iniciar con ese tema?

- ¿Estas bien? – Pregunto Alec mientras el elevador les llevaba al piso del hogar de Alec.

Y la miseria de Magnus volvió. – Si. – Dijo mintiendo. – Todo bien.

Alec le miro con sospecha, cruzo el ascensor para acercarse a Magnus. - ¿Qué es lo que ocultas, Magnus Bane? – Susurro Alec inclinándose para besarlo.

Magnus soltó la bolsa de su mano para rodear a Alec por el cuello, entregándose por completo al momento. Alec era tan hermoso, encantador y seguro, un tesoro que temía perder.

Alec dejo que lo envolviera. - ¿Sabes que puedes decirme lo que sea? – Le dijo en un murmullo con su frente pegada a la de Magnus.

Magnus volvió a sus labios sin decir una palabra, intentando que Alec cambiara el tema. Cuando las puertas del ascensor se abrieron ambos caminaron para entrar al departamento, el lugar era muy diferente al hogar de Magnus, Alec tenía un estilo mucho muy minimalista, moderno y practico, pero a Magnus le hacía sentir acogedor de una manera envolvente.

Alec camino por enfrente de Magnus dejando su bolsa de comida en la mesa del comedor, cuando dio la vuelta Magnus le sorprendió con un ramo de flores. Rosas rojas, las favoritas de Alec.

- ¡¿Que?! ¿Cómo…? ¿De dónde sacaste esto? – Pregunto Alec mientras las tomaba feliz.

Magnus entro en pánico por un momento, su intención de sorprender a Alec quizás no fue la mejor de las ideas. – Yo… las tuve todo el tiempo.

- Claro que no. – Dijo Alec desde la cocina buscando un florero. – No las tenías en el ascensor.

- Si. Si las tenía. – Dijo Magnus inseguro.

- No, estoy seguro que no. – Alec había vuelto y estaba poniendo las flores en medio de la mesa, el chico estaba preparando el área para que la cena fuera espectacular y romántica. – Alec camino hacia Magnus. – Dime como lo hiciste.

Se formó una brecha en la mente de Magnus, tal vez este era el momento, solo era cuestión de decirlo, tal vez Alec lo miraría divertido, emocionante e incluso útil, tal vez Alec amaría la magia, tal vez la toleraría, ¿tal vez la odiaría? ¿tal vez se asustaría? o pensaría que Magnus era demasiado raro como para estar a su lado. No estar al lado de Alec era inaceptable.

Magnus rió con todo el convencimiento que pudo y fue capaz de demostrar. – Si no es así. – Dijo el brujo fingiendo seguridad. - ¿De dónde las saque?

Alec que ya había llegado a Magnus tallo sus ojos con cansancio. – Debo estar volviéndome loco.

- Solo distraído. – Dijo Magnus sintiéndose culpable y acariciando el cabello de Alec, moviéndolo tiernamente por detrás de su oído.

Alec miro la tristeza en Magnus. - ¿Seguro que estas bien?

Magnus sonrió lo mejor que pudo. – Tengo hambre. – Mintió de nuevo.

Alec le sonrió y tomando su mano caminaron hacia la mesa. La conversación fue continua y viva durante toda la cena, hubo risas y besos, la pareja perfecta en una velada maravillosa.

Se movieron al sillón en la sala de estar con dos copas de vino, Alec escogió una película de su sistema inteligente, la película paso a ser un segundo plano a la ardiente sesión de besos que se estaba llevando acabo entre ambos.

Alec se apartó un poco para tomar aire de los efusivos labios de Magnus, sus ojos brillaban. Le miro por varios momentos en silencio.

- ¿Alec? – Murmuro Magnus con duda.

Alec se amoldo a los brazos del brujo. – Creo que estoy listo. – Dijo.

Magnus no estaba muy seguro de que hablaba, su respiración aún estaba acelerada. Solo le miro.

- Ya sabes. – Continuo Alec. – El siguiente paso. – Alec se acercó una vez más a los labios de Magnus. Ardientes y ansiosos. – Estoy listo para que demos el siguiente paso.

El corazón de Magnus se aceleró. – También yo. – Dijo en una exhalación y aventurando su mano hacia el cinturón de Alec.

Alec se congelo y rió. –Oh, wow. No me refería a eso.

- Tampoco yo. – Dijo Magnus tan rojo como un tomate y apartando su mano rápidamente.

Alec se sintió conmovido por la timidez de Magnus. – Ese es un paso que espero demos un poco más adelante. – Dijo tranquilamente.

- No sé de qué hablas. – Dijo Magnus intentando cambiar el tema.

Alec mordió el labio del brujo en castigo. – Claro que no lo sabes.

- Lo lamento… yo…

- No te disculpes, también he pensado en eso y… en fin, a lo que me refería era a algo un poco diferente, dentro de dos días mis padres volverán de Europa, les organizare una cena de bienvenida y me gustaría mucho que me acompañaras. ¿Qué dices a eso?

Magnus tomo aire con fuerza. - ¿Quieres que conozca a tus padres?

- Esa es la idea.

- ¿Estás seguro? Es decir…

- Si no lo estuviera no te lo pediría, Magnus. ¿En verdad no te das cuenta de lo importante que eres para mí?

Magnus se quedó en silencio un momento pensando en que Alec no merecía las mentiras, los engaños, sintió que no merecía tal honor. – Yo no…

- No tienes permitido negarte, Magnus Bane. Iras conmigo a esa cena aun si tengo que arrastrarte. – Alec se miraba más entusiasmado de lo normal.

Magnus trago con fuerza. – No necesitaras hacerlo. – Dijo. – Sera un placer ir contigo y conocer a tu familia.

- Oficialmente. – Agrego Alec.

- Oficialmente. – Confirmo Magnus.

* * * * *

- ¿Qué piensas de esto? – Pregunto Maia Roberts, la chica que siempre estaba dispuesta a ayudar a Alec con tal de que él organizara todos los eventos de Ciencia y Tecnología que daba en la universidad, en donde lo difícil era hacer que las personas se interesaran. Alec era un mago con los espectáculos, incluso educativos. – Es el repertorio de música para la cena.

Alec tomo la tableta electrónica y reviso sintiéndose satisfecho. – Mis padres adoran a Bag, es perfecta. – Gracias, Maia.

- Es un placer, ahora veré los aperitivos. – Maia camino hacia la cocina acomodando sus anteojos, sintiéndose orgullosa.

- Debería estar molesta contigo por hacer que mi amiga te ayude. – Isabelle se acercó a su hermano, - Maia cada vez es mejor con eso de hacer fiestas.

- En su medio, lleno de Nerds. – Dijo Alec colocando una línea de luces blancas en una figura de porcelana. – No creo que le haga ningún daño.

Isabelle sonrió. – Esto está quedando espectacular, mis padres quedaran encantados.

- Es una noche especial. – Dijo Alec suspirando, mirando hacia las enormes ventanas de la casa de sus padres, las que daban hacia el jardín principal.

- Ellos amaran a Magnus. – Comento Izzy intentando calmar a su hermano.

Alec rio. – Eso me asusta más.

Isabelle golpeo a su hermano ligeramente. – Iré a buscar a Maia, quisiera que me ayudara con unos cálculos que hice y… - Isabelle dejo de hablar cuando su hermano levanto una mano para que dejara de hablar sobre cálculos. – te odio. – Dijo Isabelle ofendida en marcha hacia la cocina.

Alec se quedó en el recibidor pensando en que quizás debía haber colocado más velas, la oscuridad comenzaba a mirarse a través de los ventanales de la lujosa mansión.

- ¿Por qué no recibí invitación para esto?

Alec giro su mirada para ver a Lily quien estaba entrando por las puertas principales.

- ¡Hey! – Saludo Alec con emoción. - ¿Cuándo regresaste? – Alec se movió para tomar a la chica y abrazarla.

- Anoche, me costó encontrarte.

- ¿Y tu celular?

- Lo perdí.

Alec movió su cabeza sonriendo, no era la primera vez que le pasaba. - ¿Cómo te fue? ¿Qué tal Mumbai?

- Entretenido.

Alec levanto sus cejas, Lily era una de sus más cercanas amigas, siempre al pendiente de todos menos de sí misma.

- Las cosas no salieron como esperabas, según veo.

- Las cosas rara vez salen como esperas cuando de ayudar a otros se trata. – Dijo Lily claramente desilusionada.

Alec se acercó y abrazo a su amiga como si esta fuera su hermana. – Sé que no te rendirás, porque sabes lo mucho que todo vale la pena.

- No deberías de hacer esto, harás que llore.

- Si es lo que quieres, adelante, esta no es la chaqueta que usare.

Lily en cambio rio con ese último comentario. Ella suspiro aliviada y se apartó de Alec. – Entonces, ¿Qué pasa aquí?

-Una cena para mis padres.

- Tus padres van y vienen todo el tiempo ¿Cuál es la trampa?

Alec miro a Lily por unos segundos, era muy bueno tener a alguien que te conociera tan bien. - ¿Recuerdas a Magnus?

La postura de Lily cambio a una de tensión. – Por supuesto, a él y esos horribles comerciales.

- Vendrá hoy y…

- Wow, sorprendente. – Dijo Lily sin emoción.

- ¿Cuál es el problema? Siempre me dijiste que tenía que madurar y tomar las cosas en serio.

- ¿Estas bien con Magnus? ¿Con todo lo que es?

- ¿Lo que es? – Alec bufo. – Su profesión no es de las más ortodoxas, pero… ¿Por qué tendría que ser un problema?

Fue como si Lily comprendiera algo que Alec no. – Supongo que no. Como sea, solo se prudente.

- Siempre.

Lily sonrió a su amigo. – No quiero entretenerte más, es una noche importante, eso veo. ¿Me llamas mañana?

- Tarde porque estarás dormida, claro.

- Me conoces. Cuídate, Alec. – Lily se acercó a besar la mejilla del chico y Alec miro como se alejaba.

* * * * *

Magnus estaba en su apartamento preparándose para la gran noche en la que conocería a los padres de Alec, su cabello estaba mojado, vestía una bata de baño y de su armario tomaba una camisa tras otra sin poder decidir que vestir, inevitablemente pensó en Alec y en lo sencillo que hacía ver el elegir el conjunto adecuado para cada ocasión, Magnus respiro intentando calmarse, lo que menos necesitaba en esos momentos era agobiarse. Miro hacia la ventana de su habitación y a las luces de la ciudad que se encendían una a una por la noche recién llegada. El timbre sonó haciendo que sus nervios aumentaran, camino rápidamente hacia la puerta.

- ¿Precisamente hoy se te ocurre llegar temprano? – Dijo Magnus al llegar a la puerta y abrirla. – Debo darte una lla…

Magnus se quedó pronunciando media frase debido a lo sorpresivo de la situación.

- No soy la persona que esperabas ver ¿Cierto? – Dijo la mujer desde el umbral de la entrada.

- Ciertamente. – Dijo Magnus con asombro. El brujo recobro la compostura lo más rápido que le fue posible. – Pero me alegra verte, Camille. – Magnus se movió para abrazarla. - ¿Cuándo llegaste a Nueva York?

Camille sonrió aliviada. – Anoche. – Respondió amablemente. - ¿Te importa si paso por un momento? Quisiera conversar contigo.

Magnus abrió aún más la puerta para que ella pasara. – Quisiera poder conversar contigo. Pero en verdad no es buen momento, tengo un compromiso.

- Entiendo, no quiero molestarte.

- Para nada, que pena, quisiera poder atenderte como mereces.

Camille movió su mano. – Basta, nos pondremos al día en otra ocasión. – La chica estaba volviendo a la entrada. - ¿Puedo preguntar a dónde vas?

- Alexander está a punto de aparecer por mí y necesito estar listo, es importante, el… conoceré a su familia.

- ¿El chico de quien me hablaste? No sabía que seguías saliendo con él.

- Las cosas con Alec están saliendo bien. – Magnus jugo con sus propias manos con nerviosismo. – Muy bien, de hecho.

Camille se detuvo y miro a su amigo con pena. - ¿Por qué te haces esto?

Magnus se sorprendió. - ¿De qué hablas?

- ¿Porque te expones de esta manera a que te rompan el corazón?

- El no hará eso.

- ¿Es mortal?

- ¿Si?

- Entonces no hay duda de que algún día te romperá el corazón con su muerte, Magnus. No tienes por qué pasar por eso.

- Lo que siento por Alec es algo que no había sentido nunca por nadie, además, mortal o inmortal, cualquiera puede romper mi corazón.

- Si me separé de ti es porque siempre supe que podíamos rencontrarnos en cualquier momento. Tu idea del amor es hermosa pero poco real, somos inmortales y si no te endureces sufrirás una, otra y otra vez. No quiero eso para ti, Magnus. – Camille subió su mano para acariciar el rostro de su amigo intentando hacer que entendiera.

Magnus mordió su labio inferior. – La forma en la que vez el amor… yo no puedo hacer eso… no… - Magnus guardo silencio cuando miro a Alec en la entrada, parado expectante a lo que pasaba.

- ¿Alec? – Llamo Magnus y Camille bajo su mano.

La chica se movió de inmediato hacia Alec. – Alexander. – Dijo con amabilidad y una gran sonrisa. – Es un placer, Magnus me ha hablado tanto de ti.

- Es una lástima que no haya hecho lo mismo contigo. – Dijo Alec aun con duda.

Camille tomo la mano de Alec. – Debes perdonarlo, es increíblemente distraído, pero nunca malicioso, eso debes saberlo.

Alec miro a Magnus parado sin saber muy bien que hacer. – Lo sé. – Dijo, le sonrió y Magnus finalmente se relajó.

- No interrumpo más. – Anuncio Camille, - Escuche que es una noche importante. Por favor pasen una velada exquisita.

- Puedes acompañarnos, si gustas. – Invito Alec.

- Oh, no. No quiero molestar más, pero podría tomar esa invitación cualquier otra noche.

- Sera un placer. – Dijo Alec sonriéndole.

- Que gusto finalmente conocerte, Alexander.

- Igual, eh…

- Camille. – Dijo la mujer.

- Un placer, Camille.

- Buenas noches. – Dijo la mujer alegre saliendo del apartamento.

- Que agradable. – Comento sinceramente Alec cuando Camille se fue.

- En exceso. – Concordó Magnus. – Dame 5 minutos para estar listo, lo lamento yo…

- Esta bien, tenemos tiempo. – Alec beso a Magnus rápidamente, uno de sus dedos jalo el cuello de la bata que tenía Magnus e inclino su cabeza intentando ver el interior. - ¿Qué hay…?

Magnus se apartó rápidamente. – No descubrirás eso esta noche. – Dijo caminando a su habitación.

- No es lo que pensabas hace dos días Señor manos en mi cinturón. – Dijo Alec mientras miraba a Magnus marcharse con una sonrisa.

* * * * *

El auto deportivo de Alec estaciono en la enorme mansión de sus padres, ambos chicos salieron del auto.

- Wow. – Exclamo Magnus. Mirando hacia la enorme e impresionante fachada.

- Lo sé. – Dijo Alec mientras se acercaba a acomodar la corbata de Magnus, este le miro y noto la preocupación en su rostro.

- ¿Estas bien? – Pregunto Magnus.

- Mis padres pueden llegar a ser algo abrumadores.

- Ok. – Respondió Magnus entendiendo lo que quiso decir.

- Si. – Alec golpeo un poco los hombros de Magnus para alisar el saco ya alisado. – Solo no salgas huyendo ¿De acuerdo? Son mis padres, solo necesito verles una vez al año, en verdad puedo mantenerlos alejados si es necesario.

Magnus rio, era un comentario horrible y halagador al mismo tiempo. – Estaremos bien.

Alec suspiro una vez más. – Claro. – Dijo sin seguridad e iniciando a caminar hacia la casa.

Antes de que pudiera alejarse, Magnus le tomo del brazo para jalarlo hacia sí y poder besarlo. Alec cerró los ojos y rodeo a Magnus con sus brazos, lo acerco a su cuerpo, tibio y seguro. Y sintió sus labios llenos de alivio y comprensión.

Alec miro a Magnus después de besarse. – Creo que sí. Si estaremos bien.

Los chicos entraron a la mansión.

Magnus se quedó admirando por unos segundos el espectacular trabajo de Alec, las luces, las velas, los enormes telares colgando desde el candelabro haciendo que el lugar pareciera más un sueño que un lugar de la realidad. Magnus recordó un lugar en el reino de las hadas en donde había estado hace cientos de años, mágico e incomparable. Un lugar a donde le gustaría llevar a Alec, un lugar perfecto para brindar inspiración a un artista como él. Magnus se obligó a alejar la idea, Alec hasta ahora no estaba enterado de ese reino, Alec hasta ahora pertenecía a un mundo diferente al suyo. Eso le dolió de manera profunda.

- ¿No te gusto? – Pregunto Alec al ver el rostro serio de Magnus.

- Es espectacular, en verdad increíble, eres un artista.

Alec bufo. – Es solo decoración.

Magnus abrió la boca para protestar a eso, pero todos los amigos de Alec se les acercaron en ese momento.

- Es increíble ¿Cierto? – Dijo Isabelle acercándose con Simon a su lado. – Cada vez lo hace mejor.

- Creo que hoy tuvo una motivación extra. – Clary soltó el brazo de Jace para acercarse a Magnus y saludarlo con un beso en la mejilla.

- Que gusto verte, Galletita. – Dijo Magnus y Clary rio resplandeciente.

- Me encanta que me digas así.

Simon y Jace saludaron amables a Magnus y Alec.

– ¿Mis padres llegaron? – Pregunto Alec.

- Están esperándonos. – Dijo Jace a su hermano adoptivo.

Alec levanto su mirada para toparse con la visión de sus padres acercándose, el chico se adelantó y camino hacia ellos para tomar a su madre con fuerza. – Los eche de menos. – Dijo riendo mientras ahora su padre lo abrazaba efusivamente.

-Nosotros también, cariño. – Dijo su mama colocando ambas manos a los costados del rostro de Alec. - ¿Estas comiendo bien? Te ves más delgado.

- Mamá. – Llamo Alec por el trato infantil.

- No tiene nada de malo que me preocupe por… - Maryse Lightwood no termino su frase, su mirada se centró en el chico que les miraba expectantes. – Hijo, ¿Quién nos acompaña?

- Me preguntaba lo mismo. – Dijo Robert Lightwood tomando el brazo de su mujer para caminar a su lado, hacia el joven.

- Madre, Padre. Quiero presentarles a Magnus. – Dijo Alec cuando llegaron a él.

Magnus extendió su mano. – Magnus Bane, es un placer conocerlos.

- ¡Maravilloso! – Exclamo Maryse mientras tomaba la mano de Magnus y la jalaba para poder abrazarlo mientras Magnus caía sin muchas opciones en los brazos de la mujer, inesperado por completo para él. – Me preguntaba cuando nuestro hijo nos presentaría a alguien especial.

- O a alguien. – Dijo Robert. Jace y Simon rieron.

- ¿Desde cuándo están saliendo? – Pregunto Maryse con entusiasmo sin soltar la mano de Magnus. - ¿Ya viven juntos?

Alec rio nerviosamente. – Mama, solo llevamos un mes saliendo. Tal vez no deberías abrumarle si quieres que cumplamos un mes más.

- Yo no lo abrumo. – Dijo la mujer mientras caminaba hacia el comedor con el brazo de Magnus bien sujeto. - ¿Sabes, Magnus? Tengo un anillo familiar que sé te quedara excelente.

- Mamá.

- ¿Qué harás en acción de gracias? Deberías invitar a tus padres, seremos familia después de todo.

- ¡MADRE!

Jace y Simon se esforzaban de sobremanera para que sus carcajadas no fueran escuchadas por la mujer quien parecía estar a unas oraciones de planear una boda.

* * * * *

La velada fue perfecta una vez que Magnus le aclaro a Maryse Lightwood que con gusto se casaría con su hijo, pero que una boda necesitaba de meses, quizás años de preparación y que cuando ellos estuvieran listos serían los primeros en enterarse. Maryse se miró complacida y decepcionada al mismo tiempo. Alec pareció haber vuelto a su color de piel habitual una vez que se dio cuenta de que Magnus no escaparía antes del postre.

Los padres de Alec fueron amables en exceso, aceptándole en un segundo, el hombre perfecto para su hijo, tal vez y después de todo si le habían abrumado, la idea le llego mientras viajaban en el auto de Alec hacia su departamento después de la velada, Magnus miraba hacia las luces de la ciudad a través de la ventana del auto, pensar en la familia de Alec siendo su propia familia, fue hermoso y aterrador, pero aceptar eso sería aceptar el hecho de que antes de que cualquiera de esas maravillosas cosa pasaran, Magnus tenía que decirle a Alec la verdad sobre sí mismo. Y el pensamiento llego acompañado de la angustia, el miedo y la incertidumbre de su posible reacción.

La puerta de Magnus se abrió inesperadamente. El brujo miro a Alec. - ¿Acabas de abrirme la puerta?

- Estabas demasiado hundido en tus pensamientos como para darte cuenta de que llegamos.

Magnus bajo del auto sin hablar. Camino hacia el edificio, subió unos escalones y se encontró con la mirada seria de Alec, una visión en extremo poco común.

Magnus se encontraba sin saber que decir.

- No me gusta la caridad. – Inicio Alec sin mucho sentido para Magnus. – Nunca me ha gustado, supongo que no me gusta ver de cerca la decadencia. No estoy orgulloso, pero es la verdad.

Magnus solo le miro mientras Alec parecía estar buscando algo más por confesar.

- Salí con el hermano de Clary.

- ¿Clary tiene un hermano?

- Jonathan, estudia en Europa. Hm, salimos no más de dos días, es decir, es fácil coquetear y eso, pero cuando intentas tener una relación, todo cambia, y no funciono, en lo absoluto funciono. Ahora somos muy buenos amigos.

Magnus abrió un poco más los ojos.

- Em… he salido con muchos, no me he acostado con todos, el sexo no me interesa si ellos no lo hacen, interesarme, quiero decir.

- ¿Por qué estás diciéndome todo esto?

- Porque ya no sé qué hacer. Porque sé que hay algo que no me has dicho, pero que deberías. Quizás si te decía estas cosas, cosas que nunca le hubiera dicho a nadie, entonces…

- No hay nada. – Dijo Magnus en voz baja.

Alec acorto la distancia entre él y el brujo haciendo que Magnus se estremeciera. – Dilo de nuevo. – Dijo Alec tan cerca de Magnus como para sentir su aliento. – Dilo una vez más y lo aceptare, no volveré a mencionarlo, te creeré, Magnus.

- ¿Por qué?

- Porque confió en ti, como nunca confié, como nunca creí que llegaría a confiar. No puedo ver otra opción, más que dejarte la decisión. Si quieres decírmelo hazlo, si no, está bien, solo dilo.

Magnus busco las palabras en su cabeza para iniciar. Alec, la magia existe. Alec, soy un brujo. Alec soy mitad demonio. Se formaron decenas de frases en su cabeza, ninguna sensata para ser pronunciada, ninguna conveniente para apartar su miedo, ninguna que Alec debiera escuchar. Magnus tomo la peor de las decisiones.

- No hay nada. – Repitió sencillamente.

Alec respiro con alivio. – Perfecto como siempre. – Dijo y lo beso.

El beso se encendió – ¿Me invitaras a subir? – Pregunto Alec.

- Creí que querías ir despacio. – Dijo Magnus sintiendo los labios de Alec en su garganta haciendo que su corazón saltara en su pecho sin control.

- Fue una noche perfecta. – Murmuro Alec de vuelta en los labios de Magnus. - ¿Por qué no cerrar con broche de oro?

Magnus sabía que Alec cumpliría su palabra, el asunto había quedado atrás, ahora Alec intentaba seguir adelante, pero Magnus no podía, a pesar de estar aparentemente libre de la confesión, no se sentía en lo absoluto mejor, se sentía más bien como estar llevando un lastre que estaba hundiéndolo y que podía hundir también a Alec con él.

Magnus aparto a su novio levemente, pero Alec entendió de inmediato. – No estoy listo. – Dijo Magnus decepcionando a Alec.

- Esta bien, - Dijo Alec. – Lo tomaremos con calma, - El chico rio intentando quitar la pesadumbre de la situación. – Tenemos mucho tiempo.

Como una daga en su pulmón. – Lo tenemos. – Respondió Magnus.

Alec intento de inmediato cambiar el tema, intentando convencerlo de que lo recién confesado no era del todo real.

- Oh, no. – Dijo Magnus con una sonrisa. – debes hablarme del hermano de Clary.

- No hay nada… no hay mucho que decir.

- Aun así, quiero escucharlo. – Magnus estaba torturando a Alec. Ambos se divertían recargados en el barandal de las escaleras. La mañana parecía estar a punto de llegar, se percataron por los ocasionales corredores que pasaban por la acera en sus trajes deportivos. – O puedo preguntar a Clary.

- No harías eso. – Dijo Alec sonriendo con nerviosismo.

Escucharon cerca de ellos una puerta ser azotada, en realidad fue una puerta de mascota del edificio de a lado, un pequeño cachorro salió de ahí, bajo las escaleras y se dirigió sin detenerse hacia la calle. Para mala suerte del canino en ese momento un camión repartidor estaba por realizar las primeras entregas de la mañana. Alec y Magnus miraron la escena con pena.

- Oh, no. – Dijo Alec. – Pobre cachorro.

Se quedaron mirando al futuro e inevitable accidente sin moverse hasta que algo aún más aterrador les sorprendió. Del mismo edificio salió un pequeño de unos cinco años de edad, claramente en busca de su cachorro mascota, el niño le llamo y sin poner atención corrió hacia el perro.

- ¡No! – Gritaron Alec y Magnus al unísono, pero el pequeño no les hizo ningún caso.

Alec corrió hacia la calle con la esperanza de alcanzar al niño. – Dios, no. – Dijo cuándo se percató de que aun con el esfuerzo del conductor, este no alcanzaría a detenerse. Escucho a Magnus gritando su nombre. Aun así, Alec no se detuvo. Llego al niño, lo tomo en sus brazos y miro el camión a solo centímetros de ellos. Alec se preparó para el doloroso impacto acunando al pequeño lo más que pudo, rogando para que su cuerpo sirviera para que este tuviera una oportunidad de sobrevivir. Alec tomo aire y cerró los ojos con el pequeño en sus brazos.

* * * * *

El conductor sonrío al ver a una pareja feliz en la escalinata de uno de los edificios, era muy temprano, pero ellos parecían haber tenido una noche encantadora, de pronto los rostros cambiaron, el conductor miro a un pequeño cachorro atravesando la calle, inicio su desaceleración, lamentablemente era tarde, Pobre cachorro. Pensó el conductor, escucho un grito y sus pensamientos olvidaron al animal, justo detrás de él apareció un niño. El conductor acciono con mucha más fuerza el pedal de frenado, escucho las llantas rechinar en el asfalto, el sonido retumbo en sus oídos, la maquina era pesada y nunca tuvo el tiempo suficiente. Observo impotente como uno de los jóvenes que había mirado en la escalera, se colocó frente al peligro intentando ayudar al pequeño. A pesar de sus ganas de hacerlo, el conductor no cerró los ojos, surgió un quejido en un grito de su desesperación y antes de que les impactara, un remolino de viento que arrastraba basura de las calles de Nueva York, choco con su parabrisas quitando toda la visibilidad del camino, del muchacho y del niño, el camión inesperadamente se detuvo. Todo había terminado y él no había mirado el final de ello.

* * * * *

Alec abrió los ojos al no sentir ningún impacto, y observo como un extraño viento surgió de la nada, esto llamo su atención hacia los destellos azules que les rodeaban, completamente inexplicable y sobrenatural. Alec logro ver a Magnus, ese era Magnus parado en la orilla de la calle, con sus manos levantadas, de sus palmas surgía una especie de fuego azul, la energía se había movido de sus manos hacia la parte frontal del camión haciendo que este se detuviera. La luz azul aún seguía rodeándolos cuando Alec giro hacia el camión y aun sin recuperar el aliento se percató del calor del motor de la máquina, haciendo que se diera cuenta de lo cerca que estuvieron de ser golpeados.

La luz azul desapareció de su alrededor y de las manos de Magnus. Se miraron unos segundos sin hablar antes de que el conductor bajara del vehículo. - ¡Oh, Dios Mío! – Exclamo al ver a Alec y el niño. En ese momento una mujer apareció del edificio donde habían salido el niño y el cachorro, ella grito a los segundos de percatarse de la escena, corrió hacia el niño y Alec se lo entrego. Hubo un alboroto, las personas comenzaron a reunirse tras el escándalo, ninguno de ellos dando detalles mínimamente útiles de lo ocurrido, ninguno de ellos había mirado nada hasta el momento en que el camión se había detenido. Alec podía escuchar las voces girando a su alrededor, un eco lejano, su atención estaba en Magnus, quien también le miraba sin hablar. La mujer tomo su mano para despertarlo.

- ¿Estas bien? Te ves mal. – Dijo la mujer. - ¿Necesitas que llamemos a un doctor?

Alec se obligó a hablar. – Estoy bien. – Dijo con voz baja. - ¿Esta bien? – Señalo al pequeño.

- Esta muy bien. – Le aseguro la mujer. – Muchas gracias, lo que hiciste…

- No fue nada, yo… no…

- Necesita calmarse. – Magnus se acercó a ellos. – lo llevare a que descanse.

- Me parece buena idea. – Dijo el conductor y una vez más, por enésima vez se disculpó, sin razón aparente.

Alec y Magnus se alejaron de la escena entrando al edificio. Alec parecía estar aún en shock con su mirada fija a nada en particular, Magnus cerró la puerta del apartamento.

- Alec. – Le llamo y tomo su brazo para hacerlo despertar. – Necesito explicarte.

Alec sintió la mano de Magnus en su brazo y la aparto rápida y bruscamente. – Y será mejor que sea algo muy bueno, porque…

- ¿Crees que hay una buena forma de hacerlo?

- ¡Inténtalo! – Exigió Alec.

La voluntad de Magnus se hizo humo, ahí estaba frente a su mayor temor, frente a los ojos hermosos y horrorizados de Alec. – No puedo. – Dijo Magnus sin aliento.

- ¿No puedes? ¿Qué se supone que eso significa?

La voz de Magnus pareció haber abandonado su cuerpo.

- ¿En verdad no vas a decir nada? – Reclamo Alec.

Magnus no podía siquiera mantener la mirada de Alec. – Necesito tiempo. – Magnus se movió hacia Alec, intento tomar sus brazos, necesitaba tocarlo y conseguir tranquilidad para explicarle.

- Aléjate de mí. – Alec se apartó destrozando aún más al brujo.

- Por favor, nunca fue mi intención…

- ¿Ocultarme quién eres? ¿Cuándo pensabas mencionarlo? ¿En nuestra boda? – Dijo Alec en cruel ironía recordando la noche y los comentarios de su madre. - ¿En el aniversario 25? ¿Cuándo estuviera completa y perdidamente enamorado de ti? ¿Ese era tu plan?

- No tenía un plan. – Dijo Magnus en un murmullo.

- ¿Quién eres?

- Un brujo. – Magnus soltó en voz baja. Miro Alec y noto la incomprensión. – No como el que piensas, es decir… No puedo explicarlo.

- ¿En verdad no pudiste confiar en mí? A pesar de habértelo pedido, después de todo lo que hemos pasado, creí que era importante para ti, tanto como tú lo eras para mí.

- No es simple. Hay cosas… cosas que están ocultas que… - Magnus guardo silencio una vez más, como si su cuerpo le jugara la peor de las bromas. Se miró acorralado y completamente perdido en su propia desesperación. - No se supone que debías enterarte. – Dijo sin pensar.

Ese último comentario destrozo y endureció a Alec. Apretó sus puños con frustración. De repente no quiso escuchar más, no quiso ver como Magnus ni siquiera lo intentaba. – Menos mal que no es tarde para remediarlo. – Alec hablaba con una frialdad que Magnus nunca había conocido.

- ¿Que?

- No le diré nunca nada a nadie de ti - Dijo y libero una risa de dolor. – No es como si supiera algo, aun así, te lo prometo. – Los ojos de Alec estaban oscuros, casi negros al ver a Magnus. – Y con eso estaremos a mano, no te debo, no me debes.

- Alexander…

-  Que tengas una excelente vida, Magnus.

- Alec, no.

- No vuelvas a buscarme. – Alec se giró para marcharse cuando sintió la mano de Magnus tomando su brazo.

- Por favor, no. Puedo arreglarlo, déjame arreglarlo.

- ¿Arreglarlo? Un engaño no puede ser arreglado.

- Hay una manera de que podamos estar juntos, lo haré y entonces…

- Basta. No pierdas tu tiempo. – Alec busco los ojos de Magnus. – Hemos terminado, no tengo ningún interés en volver a verte, no necesitas seguir mintiendo, no más. Pudiste haberlo evitado, claramente no consideraste que valía la pena.

Alec arranco su brazo de la mano de Magnus. – Hasta nunca, Magnus Bane.



Continuara…


@MayGraciel

Lo sé, esta no es la actualización que esperaban, pero no he podido ponerme al día con Guerra Fría. Este fic lo hice hace un par de semanas, espero e igual lo disfruten y que no me odien por dejarlos en espera, no se preocupen, estoy trabajando en la actualización de Guerra Fría, paciencia por favor XD

Gracias a todos por sus comentarios, siempre me han demostrado mucho cariño, gracias!! y nos estamos leyendo ;D

Comentarios

  1. A pesar de no ser la actualización que esperaba ahora tengo la intriga de que pasará con estos Magnus y Alec, espero que también continúes ésta historia. Espero con ansias ambas actualizaciones. :)

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  2. Como todo lo que escribes me ha encantado. Esperaré ansiosamente la continuación y también el siguiente capitulo de Guerra fría.

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  3. me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero massssssssssssss !! soy adicta ya ejjejejejee besosss

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  4. Me dejaste peor ahora quiero saber que va pasar con malec y quiero.saber que va pasar con guerra fría ya es adicción

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  5. Muchas gracias por actualizar esperare la continuacion de esta historia me encanta como escribes gracias por alegrarme la madrugada

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  6. Por favor, por favor, por favor, actualiza esto porque me dejaste mal muy mal O_O
    Necesito saber que pasa en el mundo invertido
    Ay por el Angel!!!

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  7. Rayos no puedes dejarnos así por favor actualizalo no tardes por favor no importa que te tomes un poquito mas con guerra fria, esta historia es excelente

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  8. por favor continua pronto con esta historia es magnifica

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  9. La verdad es que me había quedado con ganas de más en esta historia y, aunque estoy como loca comprobando todos los días si actualizas 'Guerra fría', me encanta que lo hayas continuado.
    Es curioso, al empezar a leerlo tuve la sensación de que nuestro adorado Malec estaba en problemas. Espero la solución con mychas ganas.
    Muchas gracias, como siempre por compartir tus historias.
    Merce (España)

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    1. Hola merce!

      Muchas gracias a ti por seguir leyendo después de tanto 😍

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Hola! Estoy enamoradisima de tus historias, especialmente de la manera en que escribes.
    Realmente te admiro mucho.
    Me alegra que le dieras una continuación a esta historia! <3

    Por cierto, se puede leer esta y guerra fria en wattpad???

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  11. Hola hermosa,

    es maravilloso ver como en tu cabeza se van formando historias y conversaciones que amablemente nos compartes. Este Magnus reservado, inseguro y tierno contrastado con un Alec suelto, talentoso y consiente de su encanto nos da una nueva perspectiva de esta relación. Felicidades por hacerlo ameno aunque ya hayas escrito tantas y tantas páginas de ellos. Espero que estés consiente de que no nos molesta leerte, que no nos cansa conocer una nueva habitación de tu cabeza reflejada en estos seres a los que les prestas voz, movimiento y colores. Te amamos por dejarnos conocerte y verlos a ellos, como solo tu haz podido presentárnoslos.

    Te rogamos, que pese a tus muchas ocupaciones, no te canses de escribir cuanto historia nazca en tu cabeza y también te suplico que no dejes en el olvido “Guerra Fría”, amamos a Max y todavía queremos ver cómo se dan las cosas entre nuestra pareja luego de varios años y vida familiar y Edrian en medio del eterno problema de la inmortalidad.

    No te canses hermosa y MUCHO ánimo, tampoco dejes de vivir tú día a día, por darle vida a los personajes, porque en la medida que tu experimentas, enriquecerlo que haces.

    Un abrazo y un beso:
    Pita =) (Fan de México)

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    1. Siempre me haces estas cosas!!

      Siempre me dejas sin palabras, mi dios, tienes talento de escritor y talento para ilusionarme, muchas gracias por tus palabras, por tus ánimos y por entender. Gracias por tu apoyo que cada vez se siente mas incondicional. De corazón mil gracias, no se que mas pudiera decirte para expresar lo que siento. eres muy amable por darte el tiempo de escribir y mas por hacerlo de esta manera.

      No te preocupes, no dejare Guerra Fría. Pronto tendrán actualización. De nuevo, muchas gracias *-*

      Besos y abrazos, Pita!! ;)

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    2. Hermosa,

      eres tú la que nos deja sin palabras porque nos las arrancas decorando tus escritos. Desde que descubrí la voz que les das a estos personajes no he podido dejar de escucharte.

      Espero con todo mi corazón que las cosas con tu día a día marchen bien y que si no lo hacen, recuerda que todos pasamos por cosas similares y si no iguales, entendemos lo que es perder, añorar, no recuperar y encontrar nuevas cosas que hacen llevaderos nuestros días hasta que nos topamos con versiones de nosotros mismos que nunca imaginamos estarían ahí… y en ese camino, aunque en diferentes tiempos, con otros ojos y otras pieles… todos nos acompañamos.

      Ten ánimo, que falta mucho camino y espero que también tengas mucho camino para nuestros personajes.

      Te mando un beso y espero que todo esté bien contigo hoy y siempre.

      Con amor:

      Pita (Tu fan de México)

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  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  13. Hermoso esta historia va tomando vida me encanta como escribes ,las historias son maravillosas espero termines con guerra fría y con mundo invertido

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  14. Mujer, tu vives y escribes para hacerme sufrir!!! Dios, Magnus me rompió el corazón. Tendra conti, cierto? Escribes hermoso, amo tus historias porque son maravillosas así me hagan llorar...

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  15. *-* escribes increíble necesito mas la verdad reviso todos los semanas para ver si actualizas y me encontré con esta segunda parte la ame como ame todos tus escritos espero continues muy pronto me as dejado súper emocionada.
    Amo a este Magnus es mucho mas tierno

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    1. PD: Magnus piensa las cosas antes de hacerlas :c no la vayas a regar.
      PD2: Espero pronto actualices guerra fría.
      PD3: Sigue escribiendo todas las ideas que tengas en la mente.

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  16. Me encanta esta historia, he leído ya casi todos tus fics, pero esta es mi favorita, esta es de verdad mi favorita.
    Espero la actualices pronto. Quiero saber qué sucederá con ellos, según este mundo alterno, claro

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