CoHF *Malec Parte 7



Era un lugar desolador, sin nada más que terrenos áridos hasta donde alcanzaba la vista, Magnus caminaba sin rumbo por entre charcos de lo que parecía agua de un desagradable aspecto turbio, a cada paso sentía como a sus zapatos se pegaba una especie de musgo, parecía ceniza, no había sol ni luna, lo que iluminaba el lugar era al parecer fuego saliendo de una enorme montaña que funcionaba a la vez como una lámpara aterradora y peligrosa. “ALEC” Grito Magnus por instinto, no era que quisiera que estuviera ahí, sino todo lo contrario, se sintió aliviado al no tener contestación, o por lo menos, no del Nephilim:

-NO ESTA AQUÍ. Una voz proveniente de todos lados hizo eco en sus oídos, -BRUJO, ESTAS SOLO. -Le dijo sin que pudiera descubrir de quien se trataba, Magnus se quedo muy quieto y en silencio, nada tenía sentido.

-¿Quién eres? –Pregunto con la esperanza de no arrepentirse.

-TU SANGRE BRUJO.

Magnus se estremeció y comenzó a respirar fuerte, nuevamente dio gracias porque Alec no se encontraba ahí. Pero al parecer la misteriosa voz podía ver en sus pensamientos.

-NO PERTENECE A ESTE MUNDO; Y NO PODRAS SALVARLO, NI ÈL A TI.

Magnus sintió la amenaza en esto último, se lleno de furia hacia la voz sin rostro, en ese momento y como si se tratara de una visión. Un portal (o eso parecía), se abrió ante sus ojos. Podía ver entre bruma una batalla, Cazadores de Sombras contra demonios, una batalla ya perdida, había cuerpos esparcidos por el suelo con runas claras en ellos, miro las torres demonio de Alicante derrumbándose, miro a Jace, Clary, Isabelle, luchando sin oportunidad y detrás de ellos miro a Alec intentando resistir a la feroz batalla, Magnus corrió hacia él pero el portal se cerró.

-ES INUTIL BRUJO, TU ANGEL JUNTO A SU ESPECIE. ESTAN MUERTOS…

Magnus despertó bruscamente, sintiendo la cabeza a punto de estallar, extendió su mano a un costado para sentir a Alec a su lado pero su lugar estaba vacío, se lleno de desesperación, salió de la cama lo más rápido que pudo, uso ayuda mágica para vestirse y se encamino a la salida aun sobresaltado, al abrir la puerta pudo ver al Cazador de Sombras portando su equipo de batalla, y lanzando flechas hacia los árboles donde había improvisado unas dianas. Exhalo fuertemente con alivio sintió como su cuerpo por fin se relajo. Estúpido Nephilim. Pensó debido al terrible susto que le había provocado sin siquiera saberlo. Magnus se compuso lo mas que pudo de la terrible pesadilla y se acerco a él.

-Eso es impresionante –Dijo capturando la atención del Nephilim.

Alec lo miro, su gesto claramente decía que no sabía a qué se refería, Magnus señalo a los árboles.

-Tus blancos –Dijo –Todos en el centro.

-Um.

-¿Cómo te sientes? –Magnus lo estudio detalladamente.

-Excelente. –Dijo tímido, y lo estaba, incluso el haber dormido como lo hizo le ayudo de sobremanera ya que no recordaba la última vez que lo había hecho tan placenteramente y por tanto tiempo, sentía su cuerpo completamente renovado.

El brujo se acerco a él y tomo de su brazo, lo presiono un poco, necesitaba estar seguro de que era real.

-¿estás bien? –Pregunto Alec al notar el comportamiento de Magnus.

-Una pesadilla –Confeso.

-¿Ríos de sangre?

-No exactamente –Magnus decidió dar por terminado el tema acercándose a Alec, presiono sus labios contra los de él, sujetándolo firmemente del rostro.

Alec lo rodeo con sus brazos y se entrego al beso por completo, les fue inevitable pensar en la noche anterior, las caricias, los besos, la manera en que ambos se entregaron el uno al otro sin que nada más importara, y al parecer Magnus no había tenido suficiente de Alec.

-Hay que ir adentro –Murmuro en los labios del Nephilim.

Alec lo miro con lamentación –No puedo –Dijo decaído.

Magnus le dedico una sonrisa traviesa –Permíteme discernir en eso Alexander. –Con su dedo acariciaba la runa de resistencia que Alec tenía en su brazo.

Alec lo aparto bruscamente –No me refiero a eso –Dijo malhumorado. –Llego un mensaje de fuego, mis hermanos volvieron, iremos al Gard.

-Entiendo, entonces te haré un portal.

-¿No vendrás conmigo?

-Necesito hacer algo antes, -Magnus miro a Alec con ternura. –Te esperare aquí.

-No sé en donde estoy, no podre volver.

-Clary sí –Explico –Dile que es la casa de Fell, ella sabe donde es y podrá hacer un portal hacia aquí. -Magnus apareció el portal para Alec.

Antes de que Alec lo atravesara Magnus hablo.

-Ah –Dijo casi sonriendo –Y por favor, intenta No casi morir esta vez, ¿Quieres?

El comentario no ayudo a Alec en absoluto a aclarar sus dudas, había pensado la noche anterior mientras miraba a Magnus dormir profundamente a su lado, que probablemente estaba actuando debido al miedo latente a que muriera, Culpa había pensado, esto no lo hacía sentir para nada bien, deseaba el perdón de Magnus, el verdadero perdón, y sabía que no había hecho nada para ganarlo.

-Magnus –Dijo sin mirar al brujo –Lo que paso anoche… No te obliga a nada.

Alec atravesó el portal cerrándose detrás de él, dejando a Magnus profundamente sorprendido por lo que le dijo. ¿No te obliga a nada? ¿Y eso que significa? Pensó. Magnus rodó sus ojos al cielo con exasperación.

-Lightwoods –Dijo a nadie –Siempre haciendo las cosas complicadas.

Magnus entro a la casa nuevamente, necesitaba seguir trabajando en sus investigaciones, estaba muy seguro que en la pesadilla había sido su padre quien le había hablado, necesitaba saber si había alguna forma al alcance de Sebastian para invocarlo, hasta ahora sabia que solo él tenía ese poder, su propia sangre en el pentagrama era lo único que podía hacerlo venir, pensó en su padre, ansioso, esperando a ser invocado por él para llevarlo o matarlo. También pensó en lo peligroso que seria para el mundo que Sebastian lograra una invocación de ese nivel, sea su padre o no. La Copa Oscura podría otorgar poder ilimitado a los Cazadores Oscuros. Se lleno de miedo, miedo hacia sus amigos, la humanidad, miedo por Alexander. Magnus aparto la vista de los libros frente a él, al levantar la mirada pudo ver la pequeña bolsa que contenía el mechón de cabello de Alexander, lo tomo y pasó el brillante lazo dorado por encima de su cabeza para volver a colocarlo en su pecho, lo sujeto fuertemente antes de esconderlo nuevamente entre sus ropas.

No paso mucho tiempo antes de que sus sentidos se pusieran en alerta, desde fuera se colaba un abrumador olor a demonio, se puso de pie de inmediato y antes de llegar a la puerta esta se abrió de golpe, haciendo pasar a dos Oscuros con armas en sus manos, Magnus no espero, lanzo un rayo de luz azul que cruzo la habitación y choco ferozmente en el pecho de uno de ellos, el otro lanzo una daga a la dirección del brujo, Magnus levanto su mano y con magia desvió la dirección de esta, haciendo que se enterrara en el suelo a metros de él, el Cazador Oscuro se decidió por un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, se abalanzo contra Magnus y este lo detuvo haciéndolo chocar con un campo de energía invisible frente a él sacándolo de combate, Magnus paso por entre los Oscuros caídos para salir de la casa, se detuvo en seco, no esperaba ver lo que estaba frente a sus ojos, ahí frente a él, se encontraba el hijo de Valentine; Sebastian.

-Eres más poderoso de lo que dejas ver –Le dijo sonriendo -¿No es así brujo?

-¿Qué quieres?

-Sabes lo que quiero –Sebastian estaba irritadamente tranquilo –Necesito tu sangre.

-Tendré que negarme a tu petición, digamos que no me caes particularmente bien, –Dijo Magnus sombríamente, -Y créeme, de cierta manera te hago un favor.

-A diferencia de ti –Dijo Sebastian –No temo a los de mi especie.

Magnus sabía muy bien a lo que se refería, la sangre de demonio que había en sus venas le daba el derecho de considerar a los demonios como los de su especie.

-Soy un subterráneo, un brujo –Dijo Magnus con decisión –No más que eso.

-Has vivido demasiado tiempo brujo. Podemos quedarnos aquí indefinidamente haciendo reflexiones sobre tu especie y creencias pero no me interesa eso. Vendrás conmigo.

-He vivido el tiempo suficiente como para saber que no hay manera de que me hagas hacer algo que no deseo. –Magnus sonaba paciente. -¿Por qué piensas que puedes convencerme de ir contigo?

-No pretendo hacerlo –Sebastian camino hacia Magnus tomando velocidad, en su mano portaba un espada con diseños de estrellas negras en ella. La levanto frente al brujo dispuesto a provocar daño.

Magnus permitió que se a cercara lo suficiente, sin embargo no lo toco. Magnus trazo una red mágica de energía azul frente a él, la espada choco contra ella provocando un ruido ensordecedor y chispas centellantes de diversos colores haciendo iluminar el atardecer de manera aparatosa, Magnus se sorprendió al ver que la espada permanecía intacta, incluso si se tratase de una espada seráfica esta debió haber sucumbido ante su magia, no cabía duda que era una espada especial.

Sebastian retrocedió, no podía decirse que no estaba de igual manera sorprendido, cada vez se convencía más de que Magnus era mucho más poderoso, incluso de lo que había imaginado.

-Impresionante brujo, pero no lo suficiente…

-Aun no termino. –Magnus levanto sus manos de donde salió una ráfaga de rayos azules y rojos, los cuales bombardearon a Sebastian, haciéndolo retroceder violentamente, este demostró maestría sobrehumana ya que logro que unos cuantos de esos rayos chocaran contra su espada evitando así un daño mucho mayor.

Magnus no pretendía darle oportunidad de nada e ingeniosamente utilizo las flechas que Alec había usado para entrenar y que aun seguían incrustadas en los arboles, las desprendió y redirigió hacia el Nephilim el cual corrió intentando quitarse de su trayectoria sin mucho éxito, ya que una de ellas se clavo en su espalda a la altura de su hombro, haciéndolo gritar.

No paso mucho tiempo antes de que un portal se abriera ante ellos dando paso a cinco cazadores Oscuros más.

-¿Refuerzos pequeño Cazador de Sombras? –Magnus estaba tranquilo y pareciera que incluso estaba disfrutando el momento.

Los Oscuros no se hicieron esperar, se abalanzaron contra el brujo el cual ya los esperaba con su pared mágica y poderosa, los primeros chocaron contra ella, los siguientes intentaron inútilmente esquivarla ya que Magnus los intercepto con un feroz rayo de energía chocando certeramente en sus pechos. Sebastian estaba rápidamente recuperándose miro como sus secuaces caían ante el poder del brujo y maldijo internamente por ello.

-¡Suficiente!

Magnus pensó que a pesar de ser un psicópata con sangre de demonio en sus venas, seguía siendo un Cazador de Sombras.

-¿Ya has tenido suficiente? –Pregunto Magnus con tono irónico.

-No tengo tiempo para seguir jugando contigo.

-¿Quién juega con quien? –Pregunto Magnus con mordacidad.

Sebastian se incorporo en una posición autoritaria y arrogante, dibujando una sonrisa en su rostro aterradora e inquietante como él mismo. Miro hacia el portal, su actitud indicaba que esperaba ver algo atravesar por él. Magnus siguió su ejemplo y con extrañeza observo hacia el portal, se lleno de terror al ver a dos Oscuros atravesando y trayendo a rastras a una persona con ellos el cual claramente estaba herido y falto de energía, este era un chico, un chico Cazador de Sombras, su cabello pegado a su frente por sudor y sangre, aun así,  Magnus pudo notar su brillante cabellera negra y su piel blanca como pergamino, sus ojos estaban cubiertos y sus manos atadas a su espalda. Alec.

Magnus no espero a explicaciones, corrió hacia él con la firme intención de liberarlo, Uno de los Oscuros no lo pensó empujo a Alec haciéndolo que quedara arrodillado y saco una daga, la cual coloco en el cuello del chico, Magnus se detuvo en seco y observo con terror una línea de sangre que comenzó a correr por su garganta, Magnus levanto las manos.

-Tu ganas –Dijo firmemente –Iré contigo.

-Claro que lo harás –Sebastian lo miraba con desprecio y delirio de triunfo                                                                                                                                    .

-Evidentemente solo lo haré si dejas a Alexander quedarse aquí.

-¿Y dejar mi boleto de obediencia?, NUNCA.

-Estas cometiendo un grave error. –Magnus sonaba sincero, intentaba razonar con el Nephilim, el invocar a su padre podría no ser bueno incluso para él.

-No necesito que te preocupes por mí, solo necesito que hagas lo que pido, ANDANDO.

Sebastian índico a uno de los Oscuros para que se acercara a Magnus, ahora sin mostrar resistencia este dejo que lo hiciera, El Cazador Oscuro hizo notar una cadena con grilletes la cual coloco en las muñecas del brujo pasando sus manos hacia su espalda, de inmediato sintió el poder demoniaco en ellas, un encantamiento de esclavitud muy poderoso y que podía matarte si intentabas romperlas, ya sea de manera mágica o manual.

Magnus miraba impotente como hacían a Alec atravesar de nuevo el portal y le indicaban a él que los siguiera. Al llegar del otro lado noto que se encontraban fuera de Idris, en alguna parte de Europa aun, sin embargo un lugar completamente desconocido en medio de un bosque. Los Oscuros que llevaban a Alec se apartaron un poco, Magnus miro como un pentagrama estaba ya preparado en medio de un enorme campo rodeado por arboles gigantes, la nieve cubría todo el terreno a excepción del que ocupaba el pentagrama, Sebastian se acerco a Magnus y lo guió hacia el frente de la señal en el suelo.

-Comienza –Ordeno y libero sus manos.

Magnus volteo hacia Alec que estaba custodiado por dos Cazadores Oscuros, arrodillado y claramente consternado por lo que pasaba, deseaba escucharlo hablar, no había hablado hasta ese momento, la duda entro en su mente.

-Quiero hablar con Alexander –Exigió el brujo.

Sebastian era suspicaz y dedujo lo que Magnus estaba pensando. -¿Dudas que se trate de él? –Dijo y sonrió –Puedo fácilmente demostrarlo.

Sebastian levanto una mano, Magnus no distinguió lo que ocurrió después pero Alec grito, cuando este giro su cabeza Alec estaba ya en el suelo, al parecer sufriendo por una herida recién causada, el grito le recorrió el cuerpo y se plasmo en sus oídos, Es Alec, no cabe duda.

-¡BIEN! –Exclamo alarmado –No lo lastimen mas, o no haré nada en absoluto.

-Alexander estará bien –Dijo Sebastian –Claro que eso depende en su totalidad de ti. Anda brujo, llama a tu sangre.

Magnus avanzo hacia el pentagrama el cual pudo notar que estaba más que bien dibujado, en cada punta se encontraban las más poderosas runas de invocación y sello que los brujos utilizaban para hacer las invocaciones a demonios superiores. Levanto sus muñecas hacia Sebastian, este se acerco y corto superficialmente de ellas para dejar salir sangre y que esta cayera dentro de la estrella. Sebastian noto como las gotas flotaban en el aire para caer justo al centro del pentagrama, observo atento como cada gota caía firme y el suelo retumbaba ante ella como si golpearan fuertemente una enorme puerta. Escucho a Magnus comenzar a cantar y después de un momento hubo una pausa en sus canticos. Sebastian noto la manera que sonaba la respiración de Magnus, ruidosa en su pecho, antes que dijera el nombre de su padre.

Una vez pronunciado el llamado, la enorme estrella frente a ellos comenzó a brillar de un azul sobrenatural provocando alumbramiento en todos los presentes, Magnus seguía cantando en aumento en una lengua muerta y oculta, una vez que su voz se silencio la luz destellante ceso y frente a ellos la imagen imponente de una figura de aspecto humano pero de proporción erróneas ya que era enorme y los miraba fijamente, sus ojos de color violeta brillante con un iris amarillo fuego, su rostro afilado dejaba proponer una edad, podría hacerse pasar por una persona joven, Magnus pensó que era un engaño, todo en él lo era, y también era el único demonio que podía ser capaz de presentarse con la apariencia que quisiera incluso dentro del control del pentagrama.

Magnus dudaba incluso en moverse, su cuerpo estaba tensionado a casi sentirse entumido, se obligo a tomar aire, todo estaba mal, no sentía la protección del pentagrama y el demonio frente a él no pregunto por quien había sido invocado, esto le aclaraba que no haría preguntas de las cuales ya estaba enterado, camino lentamente retirándose de la estrella y miro a Sebastian, claramente le indicaba que ahora era su problema, este sonrió complacido y hablo al demonio.

-Tu…

-SÈ LO QUE QUIERES, ELEGIDO DEL ANGEL –Su voz sonaba como si sus palabras hicieran eco desde el fondo de un pozo. – ¿SABES TU ACASO LO QUE ME OFRECERAS A CAMBIO?

Sebastian dudo, -La mayoría de quienes he llamado del pandemónium están más que dispuestos a cooperar, si a cambio cumplo con mi misión de destruir a los Cazadores de Sombras.

-MI VISIÓN ESTA POR ENCIMA DE UNA RAZA, LOS NEPHILIM NO SON MAS QUE UN INTENTO INÚTIL POR RETRASAR LO INEVITABLE, LA SUBYUGACIÓN DE LA HUMANIDAD.

-¿Subyugación ante ti? –Pregunto escéptico Sebastian.

El demonio sonrió ante su comentario –SOMOS MUCHOS CAZADOR, ESO DEBERÍAS SABERLO YA.

Somos Legión, Pensó Magnus, y se estremeció.

-Estas atado al pentagrama y al menos que hagas lo que te ordene no te liberare.

-EL PENTAGRAMA NO ME MANTIENE AQUÍ. –Aclaro el demonio ya que le pareció prudente enterar al Cazador de ello.

-¿Qué? No intentes engañarme –Tanto como Sebastian como los Oscuros que estaban a su alrededor se tensaron, Magnus no los culpo.

-FUE MI PROPIA SANGRE LA QUE ME HIZO VENIR, VEO SIN EMBARGO QUE NO OBTENDRE LO QUE QUIERO. –El demonio miro a Magnus sus ojos por primera vez se cruzaron, Sebastian lo noto.

-Si es al brujo Magnus Bane lo que quieres, puedes tomarlo…

-NO PUEDO ELEGIDO DEL ANGEL, NO ES ÈL EL QUE DEMANDA ALGO DE MI PARTE.

Sebastian se noto claramente molesto –Te propongo entonces escuchar mi propuesta, después decidirás si me ayudas o no.

Magnus decidió perderse esa conversación, miro fijamente hacia Alec que seguía de rodillas en el suelo a unos metros de él, los Oscuros estaban distraídos con la presencia dentro del pentagrama quizás podría arriesgarse, coger a Alec y perderse entre la línea de arboles cercanos.

-VINCULAR TUS ARMAS A MÍ ES ASTUTO CAZADOR DE SOMBRAS, NO TENGO PROBLEMAS CON ESO, PERO, ENTREGAR MI SANGRE… -El demonio negó con la cabeza de manera inhumana sus movimientos eran muy articulados, hacían a Magnus tensar su piel.

-Solo requiero un poco, no tendrá mayor uso que el de crear Cazadores Oscuros, -El demonio pareció considerarlo y Sebastian aumento su propuesta, -Serás testigo de cada transformación. –Eso claramente implicaba invocarlo cada vez que Sebastian utilizara la Copa Oscura en alguna persona.

Magnus abrió mucho los ojos, necesitaba sacar a Alec de ese lugar antes de que las cosas se pusieran en verdad muy mal.

-ACERCATE NEPHILIM, TOMA DE MI SANGRE Y CUMPLE TU OBJETIVO.

Sebastian enterró su espada en el suelo y sin pensarlo tomo la Copa Oscura y se acerco al pentagrama, la extendió a lo alto y de las palmas de las manos del padre de Magnus surgió sangre brillante y oscura, sostuvo su mano por encima de la Copa por un momento, Sebastian reía triunfante sin que Magnus pudiera hacer nada.

-ENTONCES, -Dijo el demonio -ELLOS YA NO SON DE UTILIDAD.

En ese momento los Cazadores Oscuros que estaban a su alrededor cayeron desplomados para después convertirse en ceniza tras un escalofriante grito agónico.

-¡¿Qué has hecho?! –Exigió Sebastian, en su mano la Copa Oscura llena de la sangre del demonio.

-TIENES MI SANGRE CAZADOR DE SOMBRAS, VE Y BUSCA ALIADOS, DALES A BEBER DE ELLA Y CREA VERDADEROS SIRVIENTES DEL INFIERNO.

Tanto Magnus como Sebastian no cabían en el asombro de lo que acababa de ocurrir, Magnus se obligo a despertar y corrió hacia Alec ahora sin custodios, se arrodillo frente a él y con magia libero su muñecas.

-Soy yo, Alec. Aquí estoy –Magnus hablaba rápidamente mientras quitaba la venda de sus ojos, lo que miro en ellos le heló hasta la médula.

Sus ojos no eran azules, no eran los de Alec, sus ojos eran negros por completo, si dar pasó a ningún otro color en ellos, Magnus lo soltó y se alejo.

-No eres… -Murmuro sin poder apartar la mirada del impostor.

Magnus camino de espaldas intentando alejarse aun mas, “Alec” lo seguía lentamente con una sonrisa escalofriante hasta que choco contra alguien más.

-Los demonios pueden tomar la forma de quien sea –Dijo Sebastian en su oído. –No te sientas mal, fuiste de gran ayuda.

Magnus sintió un golpe en su cabeza el que provoco que cayera al suelo mareado, miro al demonio que tenia la apariencia de Alec acercarse con cadenas en sus manos, fue lo último de lo que se percato antes de perder la conciencia.

* * * * *

Alec cruzo el portal, este lo había llevado a la plaza del Ángel, se dirigió rápidamente hacia el Gard al llegar a las puertas de este miro de inmediato a sus hermanos, a Clary y Simón. Isabelle corrió hacia él, lo abrazo con tanta fuerza que casi lo derrumba.

-Estaba tan preocupada, Padre dijo que no había sabido de ti en días, ¿Qué demonios te paso?

-Una larga historia, -Dijo Alec, los demás ya se habían acercado.

-Bueno pero por lo menos dinos en dónde estabas. –Jace cruzo sus brazos sobre su pecho, se miraba incluso molesto.

-Es que no estoy seguro –Alec era sincero, no sabía la localización de la cabaña de Fell, que era como la había llamado Magnus.

Al ver las expresiones de sus amigos agrego rápidamente. –Estaba con Magnus, el…

-¡¿Con Magnus?! –Expresaron los chicos a coro.

Alec se ruborizo violentamente –Si. Él… me curo, fui herido en la última batalla y…

-¿Batalla? Alexander, se supone que te mantendrías lejos de las batallas –Jace levanto la voz a su parabatai. Clary sabia lo molesto que podría llegar a estar con quien fuera que pudiera poner en peligro a Alec incluso si se tratase de él mismo.

-No lo pude evitar –Dijo Alec para defenderse, -Pero estoy bien, estoy mejor que nunca.

Todos lo miraron sin evitar sonreír pícaramente, nuevamente sus pómulos tomaron color.

-Basta con eso, en serio. –Dijo a sus amigos firmemente.

-Entonces… -Inquirió Isabelle, -Tú y Magnus… ¿están bien?

Imágenes distintas llegaron a su mente, Magnus pidiendo ayuda a Catarina en su nombre, Magnus sujetándolo fuertemente mientras gritaba del dolor, la voz de Magnus en su oído: Ya pasó, ya pasó Ángel. Magnus diciéndole que lo amaba tanto que no podía alejarse, recordó la forma en que lo había sujetado esa noche, sus labios en los suyos, sus manos acariciándolo y su olor inundando su ser.

-Estamos… -Dijo finalmente –Mejor.

Clary noto una leve sonrisa en su rostro, Alec camino por entre sus amigos para entrar al Gard dejando a todos con más preguntas pero con una muy agradable sensación de felicidad.

No avanzaron mucho antes de que Luke los interceptara.

-Chicos necesito hablar con ustedes. –Luke les hizo una seña para que entraran a una de las salas dentro del edificio, todos lo siguieron no sin extrañeza, al entrar distinguieron a un joven, un vampiro, ahí ya se encontraba Raphael Santiago. Simón no pudo evitar rodar sus ojos, la relación que mantenía con Raphael no era de las mejores y más bien estaba empeorando.

Su mirada para sorpresa de todos fue directamente hacia Alec. –Te ves mucho mejor, Magnus me comento sobre su amiga, una bruja sanadora, parece que no exageraba…

-Catarina –Corrigió Alec –Si, ella es increíble.

Sus hermanos y amigos lo miraron de nuevo con alarma y preocupación, Alec se encogió de hombros su rostro decía Larga historia. Luke que estaba parcialmente enterado por lo que le había pasado gracias a la chica que le había comentado sobre el Chico Lightwood que la había ayudado, se alegro de ver a Alec completamente recuperado.

-Chicos –Comenzó Luke –Magnus vino a nosotros, nos explico su temor acerca de Sebastian invocando a un demonio superior para pedir su sangre, piensa que entre más poderoso sea ese demonio, mayor será el poder de los Oscuros.

-¿Se lo dijiste a La Clave? –Pregunto Jace.

-Lo hice.

-¿Y bien? –Isabelle sonaba ansiosa.

-No harán nada, no lo consideran una prioridad, y no creen que Sebastian ponga en riesgo su propia vida llamando a un demonio superior.

Al parecer a nadie le sorprendió la respuesta de La Clave.

-Así que, tendremos que ser nosotros quien intente encontrar a Sebastian. –Luke se miraba cansado.

-Menos mal que Magnus está de nuestro lado, -Dijo Raphael despreocupado -Si Sebastian llegara a su padre…

-¿Supongo que sabes quién es el padre de Magnus? -Dijo Luke.

-Pagué mucho dinero una vez para averiguarlo, -Dijo Raphael.

Isabelle lanzo un bufido. –Tanto drama para que terminara soltando la información por dinero.

Alec miraba al suelo, se miraba incluso divertido, era muy de Magnus conseguir dinero incluso con sus secretos.

-Aun así –Continuo la chica -Es claro que está intentando llamar a un demonio, uno que esté por encima de Lilith, miramos el pentagrama aquel día. –Isabelle miro a su hermano lamentando sus palabras Aquel día era el mismo en que Micah había muerto.

-¿Aquel día? –Inquirió Raphael.

Los chicos le explicaron lo que había sucedido, la muerte de Micah estaba implícita en la narración pero fue otra cosa lo que llamo la atención del vampiro.

-Alec –Dijo al chico –¿Sebastian insinuó el por qué quería que te quedaras?

-No –Dijo Alec –Pero pensamos que deseaba llegar a Jace, amenazándolo conmigo o algo así, tal vez…

Alec se interrumpió a sí mismo. Créeme Alec, Magnus vendrá por ti. La voz de Micah sonó fuerte y clara en su cabeza, esa frase le hizo entender que Magnus haría lo que fuera e iría a donde fuera por él.

-¿Qué pasa Alec? –Pregunto Clary.

-No intentaba llegar a Jace –Dijo sin mirar a nadie –Quería llegar a Magnus.

-Eso tiene mucho más sentido para mí –Dijo Raphael.

-Tenemos que advertirle, -Alec se levanto rápidamente y miro a Clary –Necesito que me ayudes con un portal.

Clary asintió con determinación. -¿Dónde está Magnus? –Pregunto para tener un destino.

-En casa de Fell –Dijo Alec, esperando que fuera suficiente información.

-¿Fell? –Dijo Clary con asombro.

-Ragnor Fell –Confirmo Raphael –Esta en las afueras de Alicante.

-He estado ahí –Dijo Clary –Me llevo…

Clary se detuvo en seco con expresión de terror.

-¿Qué ocurre? –Pregunto Jace.

-Sebastian –Dijo Clary –Fue Sebastian quien me llevo ahí.

Hubo un silencio sepulcral en la habitación, no hacía falta insinuar el peor de los casos en esta situación.

-Clary –Llamo con alarma Alec.

Esta no espero más, utilizo su estela para trazar runas en la pared, de inmediato apareció un portal. Antes de cruzarlo Raphael se acerco a Alec.

-No puedo ir con ustedes –Dijo –Aun no se oculta el sol…

Alec asintió hacia él –Entiendo –Dijo con mucha más calma de la que en realidad sentía –Solo espero que no sea demasiado tarde.

Los chicos cruzaron el portal.

Al llegar ahí perdieron toda esperanza de haber llegado antes que Sebastian, había una clara señal de lucha, había cuerpos de Cazadores Oscuros en el jardín.

-¡MAGNUS! –Grito Alec corriendo hacia la casa, al entrar miro a otros dos cuerpos ahí, busco entre las habitaciones con urgencia; Nada.

Salió de la casa, una mano cubriendo la mitad de su rostro. Te esperare aquí, recordó.

-No debí haberme ido –Dijo mirando el suelo, -¿Por qué lo deje?

-No había forma de que supieras algo así –Jace se acerco a su parabatai –No es tu culpa, ¿Entiendes?

-Podría estar en cualquier lado –Alec hablaba sin mirar a nadie, su cabeza estaba por estallar, sus oídos timbraban, se pregunto si acaso iba a derrumbarse.

¡No te rindas! La voz de Micah lo despertó súbitamente, sus pulmones comenzaron a funcionar normalmente, como si le hubiera echado un cubo de agua fría para que reaccionara, pensó que sin duda Micah haría algo así.

-Debemos regresar –Dijo con determinación –Sé quién puede ayudarnos.

Todos se sorprendieron de la manera en que se había recuperado, y de la forma en la que ahora hablaba, no les quedo ninguna duda, aunque así fuera lo último que Alec hiciera, encontraría a Magnus.


CONTINUARA…


MayGraciela♥