CoHF *Malec Parte 4
-¿Pedirme
algo? –Tanto Isabelle como Simón estaban extrañados -¿Algo como qué?
-Necesito
un objeto personal de Alexander.
-¿Te
has vuelto loco?, Magnus, ¿Para qué quieres algo así? –Isabelle estaba
perdiendo la paciencia, quería ir tras Alec.
-Para
hacer un rastreo –Dijo Simón contestando acertadamente a la pregunta de
Isabelle.
La
Cazadora se quedo sorprendida y el odio que estaba llegando a sentir hacia
Magnus se desvaneció en un segundo.
-¿Eso
es verdad?
-Si
–Dijo Magnus –Pero necesito algo poderoso, algo que haya estado con Alec desde
hace tiempo, algo que se considere parte de él, así, estaremos seguros de que
no va a fallar.
-No
trajo nada –Dijo Isabelle, se llevo una mano empuñada al pecho –No trajo su
diario, no trajo su estela, solo un poco de ropa, pero nada significativo, usa
la primera estela que encuentra en el cuarto de armas igual su equipo, -La voz
de Isabelle empezó a quebrarse y sus ojos que miraban a la nada se inundaron de
lagrimas –Dejo todo lo que le importa en casa, como si de esa manera las dejara
seguras, como si supiera que algo muy malo fuera a pasarle, él…
Magnus
sujeto a Isabelle por los hombros gentil pero firmemente, esta despertó de su
aturdimiento y miro fijamente a los ojos de gato dorado verdosos del brujo,
extrañamente le pareció que brillaban más que nunca.
-Nada
va a sucederle –Dijo Magnus sólidamente como si dijera la verdad más absoluta
del mundo. –No dejare que nada le pase, Isabelle, eso te lo juro.
Isabelle
sabía perfectamente que nada en el mundo podía asegurarle que a su hermano nada
malo podría pasarle, pero el que Magnus lo hubiera dicho de la manera en que lo
hizo, le lleno de esperanza y la confianza regreso a ella, Alec iba a esas
batallas constantes pero eso no significaba que estuviera solo, se dio cuenta
de que le rodeaban personas que lo protegerían así como él lo hace con todos,
supo que Magnus Bane el hechicero más poderoso que haya conocido haría lo que
fuera e iría contra quien sea solo para mantenerlo a salvo.
-Lo
sé –Dijo Isabelle –Magnus, te traeré lo que me pediste, regresaremos en cuanto
podamos.
Isabelle
tomo a Simón del brazo y lo jalo consigo, Magnus miro como ambos corrían al
parecer a la residencia Lightwood.
*
* * * *
-Si
dices que no trajo nada –Cuestiono Simón -¿Qué esperas encontrar?
-No
lo sé Simón –Dijo Isabelle mientras buscaba en los cajones de la habitación de
su hermano –Cuando encuentre algo lo sabré.
-Bueno
entonces dime que buscar, quiero ayudarte. –Simón pensó que hurgar entre las
cosas de un Cazador de Sombras no era lo más inteligente del mundo pero supuso
que la causa lo valía.
-Busca
en el baño, en el botiquín.
Simón
entro al baño y en el botiquín había cosas comunes de chico adolescente.
Desodorante, colonia, jabón, una botella de Pepto, pastillas para el malestar
de garganta, Simón supuso que independientemente de que fueran Guerreros
tocados por el Ángel eran humanos que podían
igualmente enfermarse, también había un cepillo de dientes.
-¿Su
cepillo de dientes podría servir?
-¡No!
–Dijo exasperada Isabelle desde la habitación.
Simón
se rindió ahí y regreso al cuarto solo para encontrar a Isabelle también
derrotada sentada en la cama y con sus manos en el rostro. Simón se le acerco.
-Oye,
encontraremos algo –Simón se arrodillo frente a ella. –Ya veras, se nos
ocurrirá algo.
-Es
solo que… Simón, perdí a Max, no toleraría perder a Alec, o Jace pero midiendo
la situación es Alec quien más me preocupa. –Isabelle miraba a Simón y
agradeció el que estuviera ahí para ella, Simón siempre estaría ahí para ella.
–Siempre he pensado que pude haber hecho más por Max, así que ahora quiero
hacer todo cuanto pueda para ayudar a Alec.
-Y
lo estás haciendo Izzy, siempre lo has hecho, tus hermanos son lo más
importante para ti y lo demuestras cada día, -Dijo Simón y le sonrió -Isabelle
Lightwood eres la mejor hermana que nadie nunca podría tener.
Isabelle
se conmovió terriblemente, Simón tenia la habilidad de decir las palabras
precisas para hacerla sentir mejor.
-Bueno
vampiro –Dijo acercándose a él –También debemos resaltar tus crecientes
habilidades para con las damiselas en peligro.
Isabelle
jalo a Simón por encima de ella, comenzaron a besarse, filtro sus manos por
debajo de la camiseta de Simón, decidió que le estorbaba bastante, así que la
levanto hasta desprenderlo en su totalidad de ella, Simón estaba entregado al
beso y al cuerpo de Isabelle, recostados sobre la cama se aventuro con sus
manos por debajo de su blusa la cual se fue levantando poco a poco a causas de
sus caricias, cuando pensaron que nada podía separarlos, ambos escucharon la
puerta crujir y ser abierta… Por Alec que había regresado de su guardia.
Alec
se quedo parado en la puerta con ojos muy abiertos de la sorpresa y con la boca
literalmente abierta.
Isabelle tiró de su camiseta hacia abajo y miró a su hermano. -¿Ahora no tocas a la puerta?
-¡Es mi habitacion! -Alec farfulló.
Isabelle tiró de su camiseta hacia abajo y miró a su hermano. -¿Ahora no tocas a la puerta?
-¡Es mi habitacion! -Alec farfulló.
Simón se incorporo tan rápido como sus habilidades vampíricas le permitieron, se puso de nuevo su camiseta, Isabelle se quedo sentada a la horilla de la cama, mirando a su hermano el cual estaba inspeccionando el techo de la habitación con su rostro pintado de escarlata.
Alec
se percato de la mirada de su hermana. -¿Por qué me miras así? –Dijo –Si no
querías ser interrumpida debiste haber usado tu habitación.
Isabelle
esta analizando su ropa, era un equipo ordinario de batalla, ni siquiera
llevaba su reloj, maldijo internamente.
-Isabelle
–Dijo su hermano -¿Qué demonios estas mirando?
-¡NADA!
–Exclamo y levanto sus manos, Simón se dio cuenta de que realmente se estaba
refiriendo a otro asunto.
*
* * * *
Isabelle
estaba sentada sobre un montículo de tierra fuera de la tienda que era usada
como cuarto de armas en el campamento, Simón la observaba, claramente estaba
consternada por su reciente fracaso, algo que pensó, no estaba en lo absoluto
acostumbrada, Alec y Micah estaban dentro de la tienda, seleccionando nuevas
armas para estar preparados para la siguiente batalla. Isabelle movía su látigo
en el suelo, pensando en algo que podría servir para rastrear a su hermano.
-¿Alguna
idea? –Pregunto Simón parado a su lado.
-No
–Dijo decaída.
-Tal
vez Jace tenga alguna idea.
-No
necesito una idea, necesito un objeto…
Necesito algo
poderoso, algo que haya estado con Alec desde hace tiempo, algo que se
considere parte de él. Le había dicho
Magnus.
-¿Qué
sea parte de él? –Se pregunto reflexiva, en voz alta. Le tomo solo unos
segundos descubrir algo que al parecer le ayudaría de sobremanera -¡Estúpida!
Isabelle
entro casi corriendo a la tienda donde estaba su hermano, seguida de Simón,
donde encontraron a ambos chicos conversando sobre el tipo de arma que
resultara ser de mayor utilidad. Isabelle tomo una daga de una de las mesas y
se acerco casual a su hermano.
Alec
pudo haber sentido algo que tomaba ligeramente su cabello, pero al darse la
vuelta solo miro a su hermana, parada ahí sin hacer nada.
-Sigues
con esa mirada –Dijo a Isabelle -¿No tienes nada más que hacer? –Alec regreso a
las armas.
Isabelle
no dijo nada pero tenía una sonrisa triunfante, miro como Micah la observaba
con ojos suspicaces, no era posible que haya visto lo que acababa de hacer, ¿O
sí?
-De
hecho –Por fin hablo la Nephilim –Necesito arreglarme para la boda de esta
noche, apenas tengo tiempo.
-Faltan
como siete horas para eso –Dijo Simón.
-Así
que más vale que me apresure, -Aclaro.
Alec
solo rodo los ojos, Micah se obligo a despertar de su asombro, al parecer
Isabelle quería guardar el secreto.
Isabelle
y Simón salieron de la tienda.
-Disculpa
–Dijo Micah para ir detrás de Isabelle, dejando a Alec no muy extrañado y más
bien bastante concentrado en las armas.
-¡Isabelle!
–Llamo a la chica.
-¿Qué
pasa Micah? –Isabelle se detuvo y volteo hacia el chico que se acercaba hacia
ellos.
-Eso
quiero preguntarte –Dijo -¿Qué fue eso?
Isabelle
miro hacia Simón en complicidad, después de considerarlo, se dio cuenta de que
no había razón para no decirle a Micah, incluso pensó en que no tenía idea de
por qué se lo escondía a Alec.
-Magnus
me pidió algo que perteneciera a Alec, lo usara para poder hacer un rastreo, es
solo por seguridad.
-¿Magnus?
–Dijo Micah.
Isabelle
se encogió de hombros, Simón se miraba como si quisiera estar en cualquier otro
lugar.
-Se
preocupa por él –Solo dijo la chica.
-Eso
veo –Dijo sincero –Es excelente que tenga de su lado a un hechicero tan
poderoso, y sobre todo, que no deje que lo que pasó entre ellos interfiera con
intentar mantenerlo a salvo.
-¿Sabes
lo que pasa entre ellos? –Isabelle se miraba sinceramente confundida.
-Alec
me conto.
-Pues
eso es muy extraño, Alec no suele hablar de sus cosas.
-Lo
sé, -Dijo Micah –Pero nos hemos entendido bastante bien.
Micah
se arrepintió de esto último, era demasiado revelador,
-Ojala
se arreglen entre ellos. –Dijo para remediar lo antes dicho.
Se
sintió extraño al decirlo, pero no por lo que podría imaginar, si no porque en
el fondo lo había dicho sinceramente, la última conversación con su amigo en el
Lago Lyn le dejo en claro que en un mundo perfecto para Alec, estaría de nuevo
con Magnus y lo mantendría a él cerca como uno de sus mejores amigos. Internamente
y a pesar de sus sentimientos hacia él, deseaba ese mundo perfecto para Alec, aunque
eso implicara guardar sus sentimientos bajo llave hasta que desaparecieran.
-Magnus
es bueno –Dijo Isabelle sin estar muy segura del por qué lo había dicho, como
si intentara justificar al brujo.
-Más
le vale –Dijo Micah y regreso a la sala de armas con Alec.
*
* * * *
Esa
noche la plaza del Ángel estaba irreconocible, había enormes lámparas
alumbrando toda la plaza, de ellas colgaban largos trozos de telas doradas,
entre ellas había listones que dejaban ver el color representativo de una boda
propia de Cazadores de Sombras, había sillas y mesas alrededor de la plaza
dejando un espacio justo en medio para ser utilizado como pista de baile.
Podías ver grandes mesas con comida en ellas y una banda al fondo, tocando
música para amenizar el ambiente, ya que los novios aun no salían del Salón de
Los Acuerdos donde se estaba llevando a cabo la ceremonia.
Los
chicos estaban vestidos de una particular manera elegante, Jace vestía un traje
negro con costuras doradas que hacia resaltar su cabello, Clary llevaba un
hermoso conjunto de falda y blusa, ambos de un tono celeste, su saco tenía
enormes botones dorados y llevaba una mascará del mismo color, Isabelle lucía
un despampanante vestido rojo que se le pegaba al cuerpo, este tenía un diseño
dorado en los bordes y sutiles serie de runas doradas en algunos puntos del
mismo, por desgracia hacia frio y se vio obligada a usar un abrigo negro, el
cual no hacia lucir menos hermosa a la Cazadora de Sombras, en la muy parcial
opinión de Simón, el cual al igual que Jace estaba utilizando un traje negro,
Isabelle le explico que en colaboración con los novios y de manera de
demostración que festejabas su unión, tenías que portar algo de color dorado,
Isabelle le facilito una corbata de este tono. Alec que había sido arrastrado
ahí por su hermana, llevaba unos pantalones negros de mezclilla y un suéter azul
oscuro.
Se
encontraban en una mesa cerca del centro, cuando se les acerco Micah, llevaba
pantalones de vestir y un saco muy elegante que le llegaba a las rodillas en su
totalidad negro, pero debajo podías ver los tonos dorados de su camisa. Miro
directamente hacia Alec.
-¿En
serio? –Dijo barriendo a Alec con la mirada –¿Ni siquiera en un día como este,
lo intentas?
Alec
lo miro incrédulo. -¿De qué hablas?
-Pierdes
tu tiempo Micah, -Dijo Jace sabiendo exactamente a lo que se refería. –Este
pobre chico tiene una seria enemistad con la ropa.
Alec
miro hacia el mismo, no encontró en absoluto nada de malo en lo que traía
puesto. Y levanto una ceja hacia Micah, el cual lo miraba con tristeza y
desaprobación.
-Amigo,
tenemos que trabajar en eso.
-¡Pierdes
tu tiempo! –Dijeron a coro Isabelle y Jace.
Los
novios salieron seguidos de una multitud que aplaudía a sus espaldas, los que
se encontraban en la plaza se unieron al bullicio, la fiesta había oficialmente
iniciado, Isabelle jalo a Simón con ella a la pista de baile. Jace se inclino
hacia Clary.
-Ven
–le dijo –Quiero mostrarte algo.
Se
alejaron de la fiesta dejando a Micah y Alec solos en la mesa.
-Podemos
ir a mi casa –Dijo Micah con una irritante y enorme sonrisa. –Puedo prestarte
un traje o lo que quieras.
Alec
recordó la habitación de Micah y su ropero abierto con un sin número de ropa en
él. Sí, claro que tenia de donde elegir con tremendo repertorio.
-¿Tanto
te molesto?
-Tú
no, en lo absoluto –Dijo –Pero tu ropa, eso de verdad me está molestando.
-Tendrás
que soportarlo. –Dijo Alec en un tono que daba por terminada la conversación.
-Si,
tal vez. Pero… Solo por hoy.
Alec
tomo un respiro con exasperación y miro hacia su amigo –Es solo ropa –Dijo.
Micah
hizo un gesto dramático como si las palabras de Alec le hubieran provocado
dolor físico. –Empezare por cambiar esa manera de pensar tuya hacia la ropa,
Alec, Así sea lo último que haga, -Micah puso una mano sobre el hombro de Alec,
-Te ayudare amigo.
Alec
rodo los ojos. Micah sonrió encantadoramente.
-Bueno
–Dijo Micah –Como todos hicieron sus actos de desaparición, ¿Por qué no hacemos
lo mismo?
-¿Qué
tienes en mente?
-Oscar
prometió llevar unas botellas al campamento, nos encontraremos ahí con Aline y
Helen, ¿Qué dices?
-Suena
bien –Dijo Alec y se puso de pie.
El
campamento estaba bastante animado, pareciera que las festividades de alguna
manera habían inundado todo el lugar, Micah guio a Alec a través de las tiendas
hasta llegar a un lugar a la orilla del bosque, había troncos colocados
alrededor de una fogata, Aline, Helen y Oscar ya se encontraban ahí, todos
vestidos elegantemente con tonos no muy sutiles de dorado.
-¿Y
bien? –Cuestiono Micah en dirección a Oscar, este saco dos botellas de lo que
Alec reconoció como vino rojo y las agito en manera de travesura realizada.
-Saben,
-Dijo Alec –Hasta sonde yo sé, todos somos mayores de edad, no es como si
tuvieras que escondernos para tomar.
-Ese
no es el punto Alec, -Dijo Aline con tono divertido –El objetivo de esto es
alejarnos.
-Y
olvidar desastres –Dijo Helen.
-Batallas
–Agrego Oscar.
-Ex
novios –Finalizo Micah, el cual tomo asiento en uno de los troncos.
Alec
sonrió ante esto último y se sentó a lado de Micah, ya que eso aplicaba para
ambos. Todos miraban como Oscar servía los primeros vasos de vino.
-No
para mí –Dijo Alec y de inmediato las protestas se hicieron notar.
-Ho
vamos Alec, ¿Qué daño puede hacerte un par de tragos? –Dijo Aline.
-Solo
digamos que decidí que la bebida y yo no somos compatibles.
-¿Por
qué lo dices? –Pregunto Oscar.
-Crean
me cuando digo que yo, unos tragos y un celular son una excelente forma de
quedar en ridículo.
-Espera,
espera –Micah al parecer quería disfrutar el momento. –No me digas que eres una
de esas personas que una vez que se emborracha, llaman a sus ex.
Alec
lo miro suspicaz ante su muy atinado comentario. –¿Aline te dijo?
Aline
soltó una carcajada escandalosa –Claro que le dije, Alec, eso es lo más
divertido que te he escuchado hacer. Digno de contarse –Dijo la chica solemne.
-Yo
no lo describiría exactamente divertido. –Dijo Alec sonrojándose.
Todos
comenzaron a reír, Oscar miro mas allá de Alec y Micah, observo al grupo de
hadas que se habían molestado con ellos.
-Ho
mierda. –Dijo, haciendo que sus amigos miraran hacia donde su mirada estaba
fija.
-Mientras
no se acerquen –Dijo Aline optimista. Entrelazando su mano con la de Helen.
-Eso
es mucho pedir, -Dijo Micah al ver al Peri acercándose a ellos, se tenso y se
percato de que Alec igual.
-Hola
chicos, -Saludo el Peri, no se notaba en absoluto molesto. –Solo quería
acercarme para saber si todo estaba bien entre nosotros.
El
Peri se coloco cerca de Oscar que había dejado de lado los vasos con vino por
la sorpresa.
-Bueno
–Dijo Aline, -En realidad no tenemos ningún problema con ustedes.
-Es
bueno escuchar eso, -Dijo el chico Peri –Mis compañeros y yo queremos
invitarlos con nosotros, ¿gustan acompañarnos?
El
Peri señalo hacia sus amigos haciendo que los Cazadores voltearan en esa
dirección instintivamente, las hadas tenían misteriosas formas de lograr
manipular los movimientos de quienes los rodearan, incluso si se trataran de
Cazadores de Sombras. El Peri aprovecho la distracción de los chicos para
colocar su mano sobre uno de los vasos servidos y soltar un polvo muy fino que
inmediatamente se disolvió sobre la bebida desapareciendo a la vista de
cualquiera. Sin darse cuenta de lo ocurrido los Cazadores voltearon de nuevo
hacia su invitante.
-En
realidad –Dijo Aline –Nos gustaría quedarnos aquí, para seguir conversando.
-Entiendo,
-Dijo amablemente el Peri. –La invitación seguirá abierta por si cambian de
opinión.
Y
con esto se alejo dejando a los Nephilim muy extrañados de su inesperada
reacción.
-Ho
bueno, -Dijo Helen –Eso fue muy extraño.
-Si
–Dijo Alec –Tanto que cambie de opinión con respecto a ese trago.
Alec
estiro su mano hacia Oscar mientras todos reían, Oscar le dio el vaso de vino
que estaba manipulado por el misterioso polvo de hada.
*
* * * *
Magnus
estaba concentrado en libros de hechicería, buscando alguna noción de algo
similar a la Copa Oscura, le preocupaba el poder que podría alcanzar Sebastian
al tener en su poder tal abominación. Se recargo sobre su asiento, tallo entre
sus ojos claramente agotado, miro por la ventana, noto que estaba ya muy
oscuro, había perdido la noción del tiempo y se maldijo mil veces ya que le había
pedido a Isabelle un objeto, evidentemente esta no podría dárselo si no lo
miraba a él, se levanto y se dispuso a ir a la plaza del Ángel, donde
seguramente encontraría a Isabelle. En ese momento alguien toco a su puerta,
era extraño, nadie sabía en donde se encontraba. Su sorpresa fue mayor al ver a
Raphael parado al otro lado del umbral.
-Magnus
al fin te encuentro.
-Algo
muy desafortunado debo admitir -Dijo el brujo cediéndole el paso para que
entrara. –Se supone que me aleje para no ser encontrado con facilidad.
-Y
no fue fácil –Reclamo Raphael.
Magnus
comenzó a caminar por el misterioso lugar concentrado en todo excepto en
Raphael. El cual sin que le preguntaran comenzó a explicar el por qué de su
llegada repentina.
-Escucha
Magnus, algo comenzó a correr esta tarde entre las hadas…
-Siempre
hay algo corriendo entre las hadas, Raphael ya deberías saber eso.
-Si
–Dijo el vampiro, -Pero difícilmente tiene que ver con una rara venganza sobre
un Cazador de Sombras que supuestamente puso en vergüenza a uno de ellos.
Magnus
se detuvo en seco, ahora toda su atención estaba puesta sobre Raphael.
-¿Qué
fue exactamente lo que escuchaste?
-Recibirá
su merecido, Esto no se va a quedar así, cosas por el estilo.
Magnus
se llevo una mano al rostro, algunas hadas eran la cosa más molesta que alguien
podría soportar.
-Magnus
–Continúo Raphael –Esto fue hace horas…
Magnus
sabía a lo que se refería Raphael, para estas alturas Alec podría estar
desaparecido en algún baraje desconocido, rodeado de Pixis, provocando pequeñas
y molestas heridas que a la larga lo harían morir desangrado.
Magnus
tomo su saco y trazo runas sobre una pared, segundos después, estaba
atravesando un portal.
*
* * * *
Alec
dio un sorbo al vino, estaba delicioso, volvió a tomar, esta vez Micah observo
cómo se lo empinaba hasta casi terminarlo.
-Oye
–Dijo Micah, tomando el vaso de Alec y alejándolo de su boca –No bebas así.
-¿Por
qué no?
-Te
puede hacer daño –Micah noto los claros ojos de Alec oscurecidos, le parecía
fascinante como estos cambiaban su tono con su estado de ánimo, cada día
comprobaba aun más que nunca había conocido a alguien como Alec. Un segundo
después se regaño a él mismo internamente, el asunto con Alec estaba perdido
aun antes de haber empezado. –Además –Dijo –No queremos que andes por aquí
intentando llamar a cierto brujo.
Alec
sonrió y se tallo los ojos. Micah lo miro extrañado.
-Déjalo
Micah –Dijo Aline divertida –Necesita desahogarse.
Aline
se volvió hacia su novia y comenzó a besarla.
Alec
las miro e inclino su cabeza.
-¿Saben
chicas? –Su voz sonaba diferente, noto Micah –Deberían casarse.
Todos
voltearon hacia Alec, Oscar hizo uso de mucho autocontrol para no escupir el
trago de vino que estaba en su boca.
-¿Y
eso a que viene? –Pregunto Helen.
-Ya
saben -Explico Alec –Ustedes pueden… Tienen suerte, se enamoraron y ambas son
Cazadores de Sombras, pueden casarse.
Alec
sonreía, a Micah no le estaba gustando nada su extraño comportamiento.
-En
cambio –Continuo el hilarante Alec –No importa lo muy enamorado que este, nunca
podre casarme con quien amo. Los desgraciados como yo… estamos destinados a
vivir a disposición de las estúpidas reglas.
Aline
se compadeció de Alec –No digas eso, -Dijo –Alec, las cosas están cambiando,
los Nuevos miembros subterráneos del consejo están avanzando mucho para
convencer a los de La Clave para que toleren ese tipo de matrimonio, debes de
tener esperanza.
-¡¿En
serio?! –Dijo Alec abrumadoramente contento, Micah cada vez se convencía de que
no era él mismo. –No hay tiempo que perder.
Alec
se levanto tambaleándose.
-¿A
dónde vas? –Pregunto Micah.
-¿A
dónde más? –Dijo Alec –Con Magnus, le pediré que se case conmigo.
Oscar
esta vez no pudo sostener el vino, lo escupió fuerte y lejos de su boca por la
impresión.
-Wow,
Wow –Dijo Micah y tomo a Alec por los hombros, -No puedes estar hablando en
serio.
-Claro
que sí.
Micah
miro hacia Oscar sin soltar a Alec. -¿Cuántos tragos le diste?
-¡Solo
uno! –Dijo exaltado –Tu lo viste…
-Alec,
-Llamo Micah a su amigo –Escucha, tal vez, ahora pienses que es una buena idea,
pero ¿Qué te parece si te tomas una noche para pensarlo?
-Pero
no tengo nada que pensar, Micah, Magnus es lo único que quiero.
-Te
propongo algo –Intento negociar con el extraño Alec –Tomate esta noche y si
para mañana piensas igual, seré tu padrino, ¿Qué dices?
-¡Micah!
¡¿De verdad?! Eso sería genial, aunque tendrías que compartir el puesto con
Jace, nunca me perdonaría que no lo eligiera como padrino en mi boda.
-¿Por
qué estamos hablando de la boda de Alec con un brujo? –Pregunto dolorosamente
Helen.
-No
estoy seguro –Dijo Micah, ahora angustiado por el comportamiento tan bizarro de
Alec.
-Sera
mejor que lo lleves a que duerma –Dijo Aline y tenía una mano en la boca.
-Si
–Dijo Micah –Lo llevare a su casa.
-¡No!
–Gritaron los tres Nephilim.
-Micah
no puedes llevarlo así a su casa, sus padres…
-Mierda,
es cierto –Micah suspiro, necesitaba pensar en la manera de hacer que Alec
pasara esta noche sin arruinar su vida.
-Podemos
usar una tienda –Dijo Oscar –Hay muchas desocupadas por aquí…
-Bien
–Dijo Micah sosteniendo a Alec que ya le costaba mantenerse en pie. –Yo llevare
a Alec a que intente dormir, ustedes busquen a ese imbécil Peri y pregúntenle
qué demonios hizo.
-¿Y
eso de que va a servir? –Pregunto Oscar –Lo hecho, hecho esta, no es como si
fuera a poder remediar algo…
-Pues
no se tu Oscar, pero a mí me gustaría estar seguro de que fuera lo que fuera le
haya dado, no lo va a matar.
-Buen
punto –Concordó Oscar.
Los
chicos comenzaron su misión de buscar al Peri, Micah llevo a Alec a la tienda
más cercana, al parecer no sería difícil hacerlo dormir, Alec estaba ya prácticamente
inconsciente, pero inesperadamente al entrar a la tienda Alec retomo nuevas
fuerzas y se aparto de Micah, este lo observo minuciosamente, necesitaba algo
que le indicara que no estaba en peligro. Después de un momento de silencio
Micah le hablo.
-¿Alec?
–Pregunto dudoso.
Hubo
una reacción extraña en Alec ya que volteo como si no recordara que Micah
estaba detrás de él, Alec inclino su cabeza hacia su amigo.
-Ahí
estas –Dijo, y tomo a Micah del saco para acercarlo, este no opuso ninguna resistencia
ya que nunca se imagino lo que venía a continuación.
Alec
lo estaba besando, Micah intento apartarlo pero se aferro a él sin darle
oportunidad de alejarse, sintió los suaves y feroces besos de Alec y no tardo
mucho en dejarse llevar, este lo apuntalo contra uno de los pilares de la
tienda, Micah no pudo evitar soltar un leve sonido de placer.
-Cuanta
falta me has hecho –Murmuro Alec, provocando que Micah se perdiera aun mas en
sus labios, y que después de momentos de dudas, finalmente lo rodeara con sus
brazos.
Micah
había tenido novias y novios a lo largo de su vida, pero ahora estaba seguro de
que nunca había sentido algo como lo que sentía por Alec. Era un sentimiento
nuevo y abrumador, pensaba en la manera tan sencilla de amar de Alec, pero había
visto ese amor tan distante, algo que simplemente no era para él. Pensaba en
infinidad de cosas mientras sentía el entusiasmo de Alec en sus besos, y como
ya se había deshecho de su abrigo.
-Por
favor –Decía Alec entre los labios de Micah –No te alejes de mí.
-¿Por
qué haría eso? –Le respondió, sujetando su rostro para sentir su piel suave
entre sus manos.
Alec
abrió los botones de la camisa de Micah y planto sus labios en su cuello.
-Te
he extrañado tanto. –Dijo.
Micah
no entendió el por qué del comentario -¿Qué? –Pregunto.
Alec
no respondió, en su lugar, volvió a los labios de Micah y él no podía más que seguir
respondiendo a sus apasionados besos.
-Eres
lo único que quiero.
Micah
abrió los ojos;
Micah, Magnus es lo
único que quiero. Recordó.
La
duda entro en su mente y aun peor, en su corazón.
-Di
mi nombre –Le dijo, aun sabiendo que la respuesta podría dolerle. Pero
internamente tenía una esperanza de que de los labios de Alec surgiera su
nombre.
-Alec,
-Repitió –Di mi nombre.
Alec
no dejo de besarlo, hablo aun en sus labios.
-Te
amo, -Dijo –Magnus te amo tanto.
Micah
no lo aparto, se aferro aun mas a él ocultando el rostro en el cuello de su
amigo, sentía su propia respiración tan irregular como nunca la había sentido
antes, en ese momento había subido al cielo y caído al mismo infierno por un
nombre. Después de un leve pero tortuoso momento, Micah se recompuso hasta
donde le fue posible.
-Debes
dormir –Le dijo débilmente apartándolo firmemente.
-No
quiero –Contesto Alec.
Micah
lo tomo de la mano y lo llevo a la cama, Alec estaba nuevamente casi
inconsciente así que no puso ninguna resistencia, lo ayudo a recostarse sobre
las almohadas y se sentó a su lado. Distraídamente coloco su mano sobre la
cabeza de Alec.
Alec
sintió el ya familiar gesto de su amigo. -¿Micah? –Preguntó. Haciéndolo
maldecir por su estupidez al no poder resistir tocar el cabello de Alec.
-¿Si?
–Pregunto resignado.
-¿Dónde
está Magnus?
-Él
no está aquí.
-Pero
lo estaba –Afirmo Alec claramente luchando por mantenerse despierto.
-No
–Dijo Micah –Seguramente lo soñaste.
-Creo
que si –Micah noto la tristeza en Alec.
-¿Micah?
–Lo llamo de nuevo.
-¿Si?
-No
te vayas. –Micah cerró sus ojos dolorosamente, ¿Cuántas veces podría romperse
tu corazón en una noche? Y sin poder culpar al responsable.
-Aquí
estaré. –Dijo, mientras acariciaba su cabello.
Micah
se quedo con Alec como le había dicho que lo haría, miraba hacia la puerta, aun con su mano entre
el cabello de Alec, volteo al fin hacia su amigo y lo miro dormir
tranquilamente, aparto la mirada, aun tan solo verlo dormir dolía. Después de
unos minutos se dio cuenta que necesitaba aire así que se tomaría un momento
para salir e intentar componerse lo más posible.
Una
vez cruzada la puerta se dio cuenta de que su camisa estaba desabotonada, y
comenzó a hacer los botones de nuevo.
*
* * * *
Magnus
salió del portal directo hacia el campamento, seguido de Raphael.
-La
última vez que mire a las hadas, estaban por las afueras del campamento, por la
línea de los arboles que llevan al bosque.
-Iré
hacia allá, avísame si los encuentras antes o a Alec.
Raphael
asintió hacia él y se marcho en dirección contraria.
Magnus
no camino mucho antes de encontrar al grupo molesto de hadas, teniendo una
conversación con los amigos de Alec.
-Solo
dinos que le hiciste. -Decía Oscar firmemente.
-¿Los
Cazadores de Sombras son tan puritanos que si se comportan desalineados es
culpa de las hadas?
-No
-Dijo Helen, -Pero es curioso que sepas el comportamiento de nuestro amigo, eso
definitivamente no te exonera de culpas.
-No
tienen forma de probar algo así –Dijo sínico.
Magnus
tuvo suficiente y decidió intervenir. Dio un paso al frente y sus manos se rodearon de un aura azul, el
Peri abrió mucho sus ojos y pareciera haber dado un paso atrás, alejándose del
brujo.
-No
sigas intentando pasarte de astuto. –Dijo Magnus -¿Qué le hiciste? O iré
directamente a La Clave, o me encargare yo mismo de ti, tú decides.
El
Peri inteligentemente decidió no seguir haciendo al valiente.
-Nada
malo le pasara –Dijo renuente. –Es polvo de hada inofensivo, tal vez intente
besar al primero que se le ponga en frente, pero nunca un beso mato a nadie.
Magnus
había vivido suficiente para discernir en ese comentario, un beso podría
desatar la peor de las catástrofes.
-Ho
bien –Dijo Oscar –No creo que a Micah le moleste tanto eso.
Magnus
lo fulmino con la mirada, se notaba tan peligroso que Oscar levanto un poco sus
manos en su dirección.
-¿Dónde?
-Pregunto Magnus.
Aline
levanto su mano para señalar una dirección –La última cabaña, -Dijo y los tres
Nephilim observaron como el brujo se dirigía a grandes zancadas en esa
dirección, dejando a todos temerosos de lo que pudiera pasar.
Magnus
se acercaba a la ultima tienda cuando miro a Micah salir de ella y quedarse
parado en la entrada mirando al suelo, noto que al parecer algo había pasado
que lo dejo consternado, también noto su camisa abierta y como comenzaba a
botonarla. Las manos de Magnus se cerraron fuertemente a sus lados, el hecho de
imaginar a Alec tocando a alguien más lo sobrepasaba y lo llenaba de furia,
siguió a Micah a otra de las tiendas.
Micah
estaba en la tienda que era utilizada como cuarto de armas, miraba sin mirar
hacia unas espadas seráficas que se encontraban sobre una de las mesas, no
podía sacar de su mente los suaves y efusivos labios de Alec, sus gentiles
manos sujetándolo protectoramente y su voz murmurando el nombre de alguien más.
Cerró
sus ojos dolorosamente y apretó su mano sobre una daga con furia, cuando
escucho a alguien entrar a la habitación. Por asares del destino se trataba de
la última persona que quería ver en ese momento:
Magnus.
Micah
miro hacia el brujo, se dibujo una sonrisa en su rostro llena de ironía.
-No
Debiste –Le dijo al brujo que seguía parado en la entrada. –De verdad, tú no
debiste haber entrado aquí.
-Es
posible –Dijo Magnus, sonaba furioso. –También hay que remarcar que tú tampoco
debiste.
-¡¿De
qué demonios hablas?!
-No
debiste tocarlo.
Micah
se lleno de odio hacia Magnus por hablar de Alec como si este le perteneciera,
tal vez así era, pero no se lo concedería tan fácilmente. Micah sonrió
maliciosamente, tenía el poder de hacerle daño y lo haría.
-Créeme
–Dijo –Alec no se quejo en lo absoluto.
Micah
noto el rostro de Magnus cambiar dolorosamente, ¿Así se miraba el rostro de
alguien a quien le acaban de romper el corazón? Se sintió complacido
internamente, por lo menos no sería el único con ese problema esta noche. Pero
no era suficiente, necesitaba desquitarse y frente a él se encontraba la
persona que merecía todo su resentimiento.
-Besa
increíble, ¿No? Y la manera que te sujeta, como si quisiera protegerte él…
-¡Cállate!
-¿Por
qué no vienes y me callas brujo?
-Eso
hare.
Tanto
Magnus como Micah se abalanzaron uno contra el otro, ambos con sus puños
cerrados y con un objetivo claro: El rostro del otro.
Hubo
un ruido ensordecedor al haber colisionado, ambos se vieron en la necesidad de
retroceder para componerse.
Micah
reacciono un poco antes y regreso al brujo dándole un fuerte golpe en el
estomago, Magnus tardo unos segundos en recobrarse, Micah pateo en su
dirección, Magnus sujeto su pie y tiro de él para hacerlo caer.
-¡De
pie! –Exigió el brujo, no lo golpearía en el suelo y aun necesitaba hacerlo.
Micah
se incorporo y corrió hacia Magnus, este esquivo su golpe y propino uno en la
boca de su estomago seguido de otro a su rostro, Micah estaba de nuevo en el suelo.
-Vamos
Cazador de Sombras, no hagas que me decepcione –Dijo mientras limpiaba una
línea de sangre de la comisura de sus labios.
Micah
pateo a Magnus desde el suelo, le hizo caer violentamente, se coloco sobre él y
le propino una lluvia de golpes.
-Eres…
-Decía sin detener sus golpes al rostro del brujo –El idiota… Mas grande, de
los idiotas…
Magnus
hacia lo posible para cubrir cada uno de los feroces golpes.
-El
te ama… Más que a nada –Dijo claramente sacando su frustración –Y tú… tú… ¡No
mereces eso!
Micah
retrocedió su mano para dar un contundente golpe, Magnus sujeto su puño y lo
giro provocando que Micah soltara un grito ahogado y obligándolo a girar para
salvar su brazo de una ruptura. Ahora Magnus estaba sobre él, debía admitir que
era reconfortante sentir sus puños estrellándose contra el rostro del Cazador.
Micah
utilizo sus brazos y piernas para catapultar al brujo por encima de él
apartándolo. Cayó abruptamente a unos metros de distancia. Ambos tenían
problemas para levantarse nuevamente, estaban empezando a resentir los golpes.
Una
vez de pie, Magnus concluyo que ya habían tenido suficiente, sus manos se
rodearon de un aura azul que corrió por el suelo hacia Micah.
Este
se tenso, era cierto, Magnus era un poderoso hechicero y ya se había tardado en
usar su magia en su contra, se quedo ahí de pie resignado a sentir la furia de
Magnus. Cuando la nube azul lo alcanzo, de inmediato se dio cuenta de que esta
no lo dañaba, sino todo lo contrario, miro a sus brazos y observo perplejo como
sus heridas se iban cerrando, la nube lo cubrió por completo y una vez disipada,
sus heridas habían desaparecido, Magnus lo había curado, Micah miro con ojos
muy abiertos hacia él.
Magnus
le estaba sonriendo y se miraba conforme.
-Buena
charla –Dijo al estupefacto Cazador –Seguiremos en otra ocasión, cuando lo
dispongas.
Magnus
camino hacia Micah para pasar a su lado, tan cerca que sus hombros chocaron y
salió de la habitación.
CONTINUARA…
MayGraciela♥
:O Magnus Vs Micah, eso estuvo fuerte, Magnus 1, Micah 0.
ResponderBorrarjajaja pobrecito de Alec, la resaca lo va a matar :D
:O que pasara? Izzy encontrara el objeto que le pidio Magnus?
que pasara con Alec y Micah?
morira Alec?
Me encanta tu historia :D
Ja ja ja ambos tenian que desquitarse, les di la oportunidad XD
BorrarY pues ya conoces a Izzy, hara lo que sea para ayudar a su hermano :D
Gracias por leerlo y por comentar :D
:O por favor sigue me encantan tus historias Mayra eres muy buena por favor continualo
ResponderBorrarsiguela o porfavor no puedo esperar una semana esta demasiado interesante
ResponderBorrarME ENCANTO!!!
ResponderBorrarporfavor sigue,no quiero esperar tanto tiempo, Eres increible
diooooos, por esta razón no queria seguir leyendolo hasta que lo terminaras, en serio me encanta como escribes y como haces las historias de forma que parescan parte de los libro, ahhhh te amooo enserio,y si no me ves opr aqui es, porq eu esperare a que actualices y lo termines o sino yo morir por tantas emociones XDD nos estmos leyendo bye bye.
ResponderBorrarja ja ja ok pocos tienen la paciencia que tu de esperar, XD Yo no :p y gracias por tu comentario :D
BorrarOMB!!! Amo como escribes por que se ve tan real y apegado al libro, se me va a hacer tan dificil leer CoHF por que estoy leyendo esta fic
ResponderBorrarSIGUE