Navidad Lightwood-Bane

Las luces multicolores proyectadas a través de los vitrales del apartamento a causa del sol matutino, llegaron al rostro de Alec hacienda que este despertara lentamente, parpadeo un par de veces hacia la ventana moviéndose con cuidado, Magnus yacía a su lado, o siendo un poco más técnicos, sobre él, la mitad de su cuerpo estaba cubriendo la mitad del cuerpo de Alec, Magnus era bastante efusivo físicamente incluso a la hora de dormir, sabía que no tenía que preocuparse por que fuera muy pesado para Alec, parecía no preocuparle que a Alec le incomodara, sabía que no le incomodaba.

Alec logro salir de la cama y de los brazos de Magnus sin despertarlo, se colocó la ropa que estaba en el piso a lado de la cama, salió de la habitación un tanto apurado, descalzo cruzo la sala de estar hasta llegar a la primera habitación de invitados, la cual no era más una habitación de invitados.

Alec abrió la puerta y sonrió al ver a su pequeño de piel azul sentado tranquilamente en su cuna y jugando con uno de los cientos de conejos de peluche que tenía.

-Hola. -Dijo Alec en voz baja mientras tomaba al pequeño para ponerlo sobre el mueble cambiador. Max movió sus regordetas manos hacia su padre, al parecer no quería ser cambiado, Alec supo que para él era mucho más importante ser alimentado.

Alec termino con la limpieza de Max, se detuvo un momento para mirarlo con un poco más de detenimiento e inclino su cabeza hacia su hijo con extrañes. -No recuerdo haberte puesto ese pijama.

Max tenía un alegre decorado sobre sus ropas, había cascabeles en sus inquietos pies, y un sombrero de punta con una bola de algodón al final, las mangas eran como dos lindos caramelos y sobre el pecho un brillante árbol navideño que hacía a Max centellar cada periodo de tiempo.

Alec sacudió la cabeza y tomo a su hijo para llevarlo a la cocina para ser alimentado.

Alec estaba muy seguro de que el apartamento no tenía una chimenea con botas de tela colgando de ella, sabía qué hacía apenas diez minutos, cuando había pasado por esa misma sala, no había un árbol navideño de esa dimensión, algo tan enorme y brillante definitivamente seria notado sin dejar lugar a la duda. Tambien estaba seguro que sus propios pantalones de pijama no tenían estampado de renos con narices imposiblemente rojas.

Alec decidió tomar el camino más sensato e ignorar la situación. Coloco a su hijo en su silla alta, tomo una papilla instantánea y la metió al horno de microondas. Este funciono y Alec tallo sus ojos, el aparato estaba emitiendo sonidos de campanillas melodiosas. Estaba muy seguro de que eran melodías festivas. Alec suspiro cuando miro a Max jugando con un par de galletas con forma de cierto personaje alegre, regordete, con barba y gorro en punta, justo como el que Max llevaba. Alec tomo un banco y una cuchara pequeña para comenzar a alimentar a su hijo.

Entre juegos y risas Max termino su alimento sin ningún inconveniente. Alec se dirigió a la sala con la intención de buscar un juguete para Max, un conejo de felpa que le mantuviera entretenido mientras preparara el desayuno para Magnus y él. A estas alturas no le sorprendió en gran medida que todos hayan sido remplazados por muñecos de nieve, renos o personaje icónico antes mencionado.

Tomo uno de ellos justo en el momento en que Magnus salía de la habitación.

-Los Cazadores de Sombras no festejan Navidad. -Dijo Alec con el alegre Santa en su mano.

Magnus no pudo evitar sonreír. -Estoy consciente de eso.

Alec siguió tranquilo. -Si quieres enseñar a nuestro hijo esa… tradición, no me molesta, en lo absoluto.

-De eso también estoy consciente. -Magnus tomo el peluche de la mano de Alec, le beso y entro a la cocina.

Alec estaba muy seguro de que tanto interés en marcar la celebración era por alguna intención un poco más profunda, tal vez se había equivocado.

Al llegar a donde su familia, Max estaba al parecer considerando la idea de saber que había dentro del regordete personaje en sus manos, Alec le sonrió y acaricio sus rizos azules. Magnus estaba ya alistando el desayuno, el brujo llevaba al igual que el resto de la familia una encantadora bata con motivos de luces navideñas, las cuales parpadeaban de cuando en cuando.

-¿Y cuál es el plan? -Pregunto Alec dando una mordida al pan tostado ya preparado sobre la encimera. -¿Llevaras a Max a un paseo en trineo?

Magnus no pudo evitar reír, Alec se alarmo un poco al ver el rostro de Magnus, al parecer la idea no le sonaba tan descabellada. -Magnus. -Llamo Alec como advertencia.

-Tranquilo, no parece que habrá buen clima, así que lo dejaremos para el siguiente año. -Eso no estaba tan mal, Alec tendría un año para pensar en ello, pero sobre todo pensar en una forma de evitarlo. -Sera una velada tranquila, bebidas calientes, caramelos, obsequios…

-Se divertirán. -Dijo Alec con su café en mano.

Magnus le miro.

Alec igual, pero viéndose aterrado, como si hubiera descubierto que había hecho algo malo sin darse cuenta -¿Todo bien?

-Dímelo tú. -Dijo Magnus con ojos entrecerrados. -Los planes te incluyen, por su puesto.

Alec dejo la taza sobre la barra. -Es una de las noches con más actividad demoniaca del año. -Explico Alec. -No puedo quedarme en casa, no esta noche.

-Es la primera navidad que pasaremos como familia.

Alec parpadeo. -¿Es en serio?

Magnus se molestó. -¿Por qué no lo seria?

-Sabes por qué. Los Cazadores no festejamos Navidad ni ninguna festividad mundana. Si quieres divertirte con Max está perfecto para mí, pero me gustaría que entendieras que no puedo quedarme.

-Sin embargo, quiero pedírtelo. -Dijo Magnus, no molesto, pero si intenso. -¿No puedes quedarte?

-No para festejar algo que no significa algo para mí, y no, cuando debo estar fuera protegiendo a los mundanos.

Max había fijado su mirada en sus padres, el pie del Santa estaba en su boca y sus ojos se movían de Alec a Magnus, con un nivel superior a la curiosidad, como si entendiera el dilema de la situación y esperara ver su desenlace mientras mordisqueaba a su nuevo amigo de peluche.

Magnus se relajó finalmente. -Está bien. -Dijo -Tienes razón, no es tan importante como salvar vidas.

-Sabía que lo entenderías. -Dijo Alec acercándose a Magnus para buscar su rostro y sus labios. El beso fue lento al principio y audaz después, con disculpas en él y la esperanza de un perdón.

Cuando se separaron el corazón de Magnus latía a mil por hora, su respiración era ya desigual y sus ojos brillaban profundamente. -Deberé de ser más condescendiente con más frecuencia, si reaccionas así.

Alec sonrió apenado y complacido. -Espero no volver a decir no a cualquier cosa que me pidas.

Magnus acaricio el rostro de su amado, deslizando su mano hasta su cuello, lenta y tiernamente. -No es tan malo.

Alec sonrió, una genuina sonrisa de alivio que le demostró a Magnus lo profundamente preocupado que estaba por su reacción. Magnus pensó en como nunca había amado a alguien a quien le importara tanto sus sentimientos, incluso más de lo que le importaran los propios. Y lo amo aún más por eso.

Alec se alejó de Magnus para fijar su atención en Max. Max tenía la atención de Alec las veinticuatro horas del día. Lo tomo de su silla junto al ahora deformado Santa. -¿No prefieres esto? -Le dijo a su hijo entregándole una pieza de galleta de jengibre y quitando al Santa de sus manos y boca. -Hora de un baño. -Dijo al pequeño que balbuceaba al parecer intentando tener una conversación con su galleta.

* * * * *

La tarde fue tranquila y común, con la aun prominente decoración a su alrededor. Magnus y su familia se encontraban en el piso de la sala, rodeados de juguetes y peluches con motivos navideños, el brujo intento que Alec y Max miraran con él una de sus películas navideñas modernas favoritas.

-Creí que se trataba de buenos deseos. -Dijo Alec con su hijo sobre su estómago, el Nephilim jugaba con los rizos azules del niño con una mano y la otra acariciaba la mano de Magnus a su lado. Ambos se miraban cómodos recostados en la alfombra. -Ya sabes, Navidad.

-Así es. -Dijo Magnus.

Alec enarco una ceja. -Pero el sujeto verde está literalmente robándose la navidad ¿No es el protagonista? y ¿Cómo se supone que subirá todo eso a su trineo?

-Sigue mirando Alec.

Al momento en que la película mostraba el verdadero significado emotivo de ella, Magnus hecho una mirada hacia sus amados, esperando una reacción positiva de Alec, sin embargo, lo que encontró fue que habían decidido tomar una siesta. Magnus rodo los ojos al cielo pensando en cuanto tiempo en realidad había estado mirando la película solo. Alec tenía a Max en su pecho y su mano no había soltado la de Magnus.

-Si no puedes contra ellos. -Dijo Magnus resignado y tomando un cómodo lugar a lado de Alec para acompañar a ambos en su siesta.

* * * * *

Cuando Magnus despertó, estiro su mano para reencontrar la de Alec, pero solo encontró a su pequeño aun dormido a su lado, Magnus no perdió la oportunidad de acariciar su cabello y su frente. -¿Y papá? -Preguntó en voz baja a su hijo dormido.

El sonido de metal le hizo girar hacia la habitación de donde Alec salía completamente vestido con su ropa de combate, las armas colgaban de su cinturón y sus flechas sobresalían de su espalda.

Alec miro a su novio y sonrió tímido. -Jace llamo. -Explico. -Quiere iniciar apenas el sol se oculte.

-¿Por qué no me sorprende? -Dijo Magnus en medio de un bostezo.

Alec bajo a sus rodillas para tener el rostro de Magnus cerca. -Volveré en cuanto pueda.

-Se precavido.

-Diviértanse.

-Haz más caso a tu razón que a Jace.

-Haz que nunca olvide esta navidad.

Magnus intento sonreír -Bueno, es un bebe, eso es difícil por ahora.

Alec toco el cabello de Magnus. -Nada es difícil para ti Magnus Bane.

El brujo estaba seguro que podría fácilmente nombrar un par de cosas que le eran difíciles, encabezando la lista podría estar ver a Alec irse esa tarde.

Alec se puso en pie dispuesto a irse y antes de que saliera del apartamento miro de nuevo a Magnus. -Me dormí antes. -Dijo. -¿Qué paso con el ladrón de la Navidad? La pequeña le hizo entender ¿Cierto?

Magnus tomo aire para hablar, él le explicaría que pudo ver sido la pequeña Quien la que le hizo reaccionar, pero en realidad fue él mismo quien al final de cuentas había entendido el verdadero significado de la Navidad, el significado de la unión por encima de las cosas que las personas podrían pensar erróneamente significaba la Navidad. La explicación no salió de su boca, de alguna manera sabía que no haría ninguna diferencia, era solo una película después de todo.

-No importa. -Dijo Magnus suspirando. -No es tan buena en realidad.

Alec parpadeo, se encogió de hombros y salió del apartamento despidiéndose una vez más con su mano levantada.

Magnus sintió un movimiento a su lado, al mirar se dio cuenta de Max despierto y comiendo la galleta que había estado comiendo antes de caer dormido, la galleta era medio cuerpo y había estado en el suelo por tiempo prolongado, pero Max parecía disfrutarla aún más debido a ese hecho. Magnus le sonrió. -¿Quieres esperar despierto por los obsequios?

La situación de Max cambio inesperadamente, parecía que estaba teniendo un mal momento, ya que la galleta se había terminado y no miraba alguna más, por lo menos no cerca. El niño gateo trepando a su padre para acomodarse con resignación en sus brazos y ocultar su rostro en el pecho del brujo.

-Lo sé. -Dijo Magnus acariciando la espalda de su hijo. -Tampoco espero mucho.

* * * * *

Cuando Alec llego al instituto esperaba ver a su equipo preparado y armado para la caza de esa noche, lo que encontró en el instituto fue algo completamente inesperado.

El ascensor se abrió y Alec ingreso al lobby en donde se extrañó de ver un conjunto de maletas apiladas cerca del ascensor.

Jace apareció para recibirlo.

-¿Se va Izzy? -Pregunto Alec de inmediato, sabía que eran sus maletas.

-Clary y Simon irán con ella.

-¿Lo harán? ¿A dónde?

Isabelle cruzo el pasillo rápidamente para encontrarse con sus hermanos. -Nos vamos a Londres. -Dijo regocijante. -A la fiesta de Navidad.

Una extraña, pero poderosa sensación de alegría inundo el pecho de Alec. -¿En verdad?

-Asi es. -Dijo Isabelle. -Hace mucho que no vamos, ya es tiempo.

Era verdad. Isabelle no había tenido interés en esa fiesta desde que su hermano Max había fallecido. Una nube de tristeza la rodeaba especialmente en esas fechas, la fiesta de Londres era famosa, pero más que nada era una de las favoritas de su pequeño hermano, asistir a ella sin él era insoportable para Izzy. Hasta ahora.

Alec se quedó en silencio por un momento, mirar a su hermana feliz en esas fechas era gratificante, alentador y el mejor regalo que pudiera recibir. El entusiasmo lo contagio, quería preguntar a su hermana que era lo que había cambiado, el tiempo difícilmente podría ser un factor, él lo sabía, no importa el tiempo que pase, la herida no se iría, nunca. Antes de que pudiera preguntar Izzy le interrumpió.

-Le hice prometer a Clary que vendríamos en una visita rápida para ver a mi Max. -Dijo sonriendo. -Le tengo unos obsequios. Lo mantendrás despierto ¿Verdad?

Fue toda una revelación, nada había cambiado, nada, excepto Max.

-Claro. -Exclamo Alec con los ojos brillando. -Ha comido tanto dulce que será fácil.

Isabelle sonrió, sus ojos brillaban aún más al pensar en el pequeño bebe azul. -Tal vez debería ir a verlo antes de irme.

-Déjalo tranquilo. -Dijo Jace. -¿Qué pretendes? ¿Ganártelo con obsequios y visitas? Es inútil, soy su tío favorito.

-¿Quién lo dice? -Exigió Isabelle indignada.

-Yo, por su puesto.

-Jace basta, a ambos los quiere. -Intercedió Clary.

-No lo niego. -Dijo Jace sonriendo. -Pero aceptemos que a mí me quiere un poco más.

Izzy, Clary, Jace y Simon se embarcaron en una lucha por el título de tío favorito mientras que Alec decidió alejarse para buscar a su madre y que lo pusiera al corriente con las actividades de la noche.

Su padre salió del despacho antes de que este entrara.

-No sabía que estabas aquí. -Dijo Alec.

Robert miro detrás de su hijo. -¿Vienes con tu familia?

Esa pregunta hizo a Alec tomar aire con un poco más de fuerza. Magnus y Max eran su familia, lo eran en su corazón, no sabía que también lo eran para su padre.

-No. -Dijo Alec después de un momento. -Se quedaron en casa.

Robert se miró un poco desilusionado. -¿No deberías estar tú con ellos? Es víspera de Navidad.

Alec enarco una ceja. -¿Y eso importa?

-Para ellos sí. -Dijo Robert. -Magnus y Max no son Cazadores de Sombras, para ellos esta noche podría significar algo. Y creo que es importante también que estés con ellos.

Alec se quedó en silencio por un momento, su mano se movió lenta e insegura, toco levemente el brazo de su padre. -Eso es… es muy considerado de tu parte.

-Debes tú también serlo. -Dijo Robert.

-¿Para ti estaría bien? -Dijo Alec curioso. -Que fuera a casa a celebrar cuando debería de estar cazando.

-No se trataría sobre que no te importara. -Explico Robert. -Es solo que ahora tienes otras prioridades. Eso lo puedo entender muy bien, y como alguien que sabe, me gustaría darte un consejo, si me lo permites.

Alec asintió lentamente, había un rastro de asombro en su expresión.

-Sigue a tu corazón, deja que te diga que es más importante, no cometas mi error y pongas tu deber por encima de lo que más te importa, tal vez pienses que es lo correcto, tal vez lo sea, pero no debes dejar que tu deber acabe con lo que amas, porque al final de todo, serás tú el único que pagara las consecuencias de eso. -Robert se miraba reflexivo y absolutamente sincero. -Me tarde en descubrirlo, quizás demasiado.

-Nunca es demasiado tarde.

-Eso espero. -Robert coloco su mano sobre el hombro firme de su hijo. -En verdad lo deseo.

El silencio floto entre ellos por un momento, eso había sido más revelador de lo que ambos podrían admitir, ambos quienes como padre e hijo eran en extremo terribles para hablar de sus sentimientos. Pero definitivamente ambos lo intentaban.

Robert aclaro su garganta. -Tu madre acaba de enseñarme como organizo a los Cazadores para que la ciudad estuviera cubierta, la manada y el clan reforzaran. Todo parece estar bien hijo. Tanto, que quizás tu madre se tome también la noche.

Eso era raro de escuchar para Alec. -¿Tomarse la noche? ¿Para hacer qué?

Robert en un momento se miró inseguro de nuevo. -Volveremos a Idris. Así que después de dar mi reporte sobre el instituto yo… bueno, invite a tu madre a cenar.

Las cejas de Alec se dispararon hacia arriba. -Eso… es decir… Genial.

-Aun no es seguro. -Dijo Robert. -Tu madre puede rechazarme.

Alec miro detrás de su padre, su madre se acercaba, y ella definitivamente no estaba vestida para un reporte, ella parecía brillar en la oscuridad del pasillo con un vestido rojo entallado que le hacía ver hermosa y deslumbrante.

-Creo que tomo su decisión. -Dijo Alec.

Robert siguió su mirada y se topó con la mirada de su esposa y Alec pudo ver que algo crujió entre ellos, estaba casi seguro de que algo había ocurrido, sabía que no era un experto en sentimientos y esas cosas pero en su reciente experiencia, definitivamente algo ocurría.

Maryse se acercó de inmediato a su hijo. -¿Magnus y Max están aquí tambien? -Pregunto mientras besaba la mejilla de su hijo a modo de saludo.

Alec se sintió algo apenado, -No. -Dijo de nuevo. -Están en casa.

-Lastima. -Dijo Maryse. -Tenemos obsequios para Max.

-Eso no era necesario.

-Lo es para nosotros -Dijo Maryse técnica. -El pequeño no es un Cazador de Sombras, podemos usar eso como excusa para darle regalos. -Maryse guiño un ojo a Alec.

-Supongo que todos piensan igual. -Dijo Alec.

-Sera mejor que nos vallamos. -Dijo Maryse a su esposo mientras tomaba de su brazo. Robert y Maryse se dirigieron juntos hacia el Lobby dejando a Alec de pie mirándoles aun desconcertado.

Se quedó ahí parado por un momento pensando en muchas cosas, como en la manera en la que Izzy parecía estar superando el dolor por la muerte de Max, la herida estaba cicatrizando, nunca desaparecería, pero nadie mejor que ella sabía que se podía vivir con una cicatriz. O la manera en la que un bebe había unido a todos ellos intentando ser lo mejor para él y la forma en la que sus padres parecían estarse dando una oportunidad más. Parecía demasiado para una sola noche, parecía magia más que cualquier cosa, Alec froto su frente abrumado y por un momento pensó en que talvez eran estos los llamados milagros de Navidad. Sonrió internamente por sus pensamientos, los cuales fueron interrumpidos por Jace que había ido a buscarlo.

-¿Estás listo? -Pregunto a su parabatai. Jace y Alec eran los únicos que estaban vestidos para cazar.

Alec le miro, sonrió y respondió. -Si. -Dijo con seguridad. -Estoy listo. Sin embargo…

* * * * *

Magnus y Max estaban teniendo una muy entretenida función teatral con los muñecos de peluche que habían cobrado vida mágicamente, los peluches estaban actuando la recién película vista esa tarde. Magnus miraba el rostro de su hijo mientras este se quedaba quieto sobre su estómago mirando a sus amigos de felpa hablar finalmente. Magnus estiro su mano para tomar su copa, Max intento alcanzarla y Magnus le detuvo.

-Es tradición tomar ponche en Navidad. -Dijo Magnus tocando la nariz de su hijo. -Pero para ti tenemos delicioso jugo de manzana orgánico. -Magnus hizo aparecer un pequeño vaso con tapa protectora. Max lo tomo y comenzó a beber regresando su atención a los muchos muñecos que seguían moviéndose frente a él.

-Es sencillo negociar contigo. -Dijo Magnus sintiéndose satisfecho.

Cuando la obra de teatro dio fin Magnus se levantó con su hijo en brazos. -Hora de buscarte algo de comer.

Magnus buscaba en el refrigerador mientras dejaba que pequeños rayos azules flotaran alrededor de Max, el bebé gritaba de alegría al intentar tomarlos mirando como cada vez que lo hacia los rayos azules tomaban diferentes formas, estaba a punto de tomar un pequeño reno cuando su atención se dirigió hacia otro lugar, la puerta se escuchó siendo abierta. Max miro a Magnus como si le preguntara quien había llegado.

Magnus se dirigió hacia su hijo con mucho cariño. -No me mires así, no tengo idea. Debemos ir a averiguarlo. -Dijo tomándolo nuevamente entre sus brazos.

Ambos brujos caminaron hacia la sala dejando un rastro de magia detrás, Magnus y Max se sorprendieron al ver a Alec cerrando la puerta con dificultad debido a la montaña de cajas envueltas que llevaba con él.

-Hey. -Dijo mirando a su familia. -Necesito un poco de magia aquí.

Magnus despertó de su asombro para hacer que las cajas flotaran lentamente hacia el suelo, acomodándolas eficientemente a lado de la puerta.

-Gracias. -Dijo Alec con una encantadora sonrisa.

-No te esperábamos tan temprano. -Dijo Magnus, Max estaba desesperadamente intentando llegar a su padre recién llegado, una escala más cercana hacia las cajas misteriosas a su lado.

-Bueno. Pasaron muchas cosas en el instituto hoy. -Dijo -No me vas a creer.

Efectivamente Magnus no podía creer la mayoría de las cosas que Alec le contaba.

-¡Cuatro! -Dijo Alec -¡Cuatro milagros en un día!

La pareja miraba desde el sillón a su hijo en el suelo abriendo regalos, de alguna manera y pese a su edad el pequeño se las arreglaba muy bien para abrirlos solo, Magnus seguía sorprendiéndose cada vez más, no solo por la anécdota de Alec si no por los obsequios uno a uno descubiertos, no eran armas, libros o las cosas que los Cazadores de Sombras normalmente obsequiaban, los regalos que Max había recibido, eran juguetes, simples y divertidos juguetes perfectos para un bebe.

-Tu familia nunca dejara de sorprenderme. -Dijo Magnus aun algo aturdido. -Pero dijiste cuatro milagros, Izzy, tus padres y un montón de gente peleando por Max… ¿Cuál es el cuarto?

-Jace. -Dijo Alec sorprendiendo a Magnus. -Jace estaba listo para salir a cazar y cuando le dije que había cambiado de opinión y que regresaría con ustedes, él… estuvo de inmediato de acuerdo, no protesto en lo absoluto, dijo que era una muy buena idea e incluso fue a Londres con Clary y los demás.

-Ahora lo he escuchado todo.

Alec rio y volviendo su mirada hacia su hijo se movió rápido para quitar el regalo que tenía en su poder. -Lo siento, -le dijo al niño poniendo otro obsequio entre sus pequeñas pero desastrosas manos. -Este no es para ti.

Alec volvió al sillón junto a Magnus. -Es para ti, me detuve en una tienda antes de llegar.

Magnus tomo la caja lentamente. -¿Te dejaste ver comprando un obsequio por mundanos?

-Para comprar cualquier cosa tienes que dejar que te vean. -Dijo Alec con voz baja, sus mejillas cambiaron de color.

-Podemos agregar eso a la lista de milagros del día. -Dijo Magnus y comenzó a abrir su regalo.

Magnus sonrió y estiro la prenda que estaba dentro de la caja frente a su rostro para poder apreciarla mejor, era un suéter rojo con exagerados motivos navideños y que tenía la leyenda: Querido Santa, define BUENO.

-Es tradición ¿cierto? Juguetes y suéteres horribles.

Magnus rio. -No es horrible, me encanta. -Bajo la prenda y se movió hacia Alec. -¿Tienes una idea de cuánto es lo que te amo?

-¿Eso es por el suéter?

-Sobre todo por el suéter. -Dijo Magnus sonriendo y acercándose aún más.

Alec trago con fuerza. -Espero y logres amarme un poco más con el tiempo.

-Imposible. -Dijo Magnus murmurando, sus ojos fijos en Alec, en sus ojos, en sus labios. -No hay nada que puedas hacer para que te amé más de lo que ya te amo.

Alec mordió su labio, entrecerró los ojos y movió su mano hacia un lado misteriosamente, Magnus miro como su amado colocaba un gorro navideño sobre su propia cabeza.

La respiración de Magnus se detuvo por un instante mientras sus ojos se fijaban en Alec, el cual tenía mirada expectante -¿Qué tal esto? -Dijo Alec.

Magnus encontró su voz y la camiseta de Alec para jalarlo hacia él. -Estaba tan equivocado. -Le dijo. -Contigo me he equivocado tantas veces, y lo amo, no tienes idea de cuánto amo nunca saber que nueva sorpresa traerás a mí. Te Amo Alexander.

-También te amo, y… -Alec movió su mano por encima de sus cabezas. Magnus siguió la dirección que le indicaba con la mirada y encontró sobre ellos un muérdago, -Una tradición más. Feliz Navidad mi amor y... -Alec no termino su frase ya que fue interrumpido por Magnus que comenzaba a besarlo.

Quien fue interrumpido por Max que había abierto todos sus obsequios y había gateado hacia sus padres, ambos lo sujetaron para colocarlo en medio de los dos, Max se apodero del gorro navideño en la cabeza de su padre y coloco el cascabel en su boca, Magnus y Alec rieron y junto a su hijo volvieron al suelo. Toda la noche vieron a su pequeño jugar con sus obsequios, una Navidad inolvidable para los tres, por ser la primera tanto de Max como de Alec, la primera de muchas.



MayGraciela❤

Comentarios

  1. Awww fue muy lindo :3 una navidad en familia <3

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  2. Que tierno *-* <3 me encanto y también me sorprendió la conversación de robert con alec

    Te quedo súper me encanto

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  3. Fue hermosooooo, que cute, por favor sige escribiendo May =D

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  4. esta tan bonitoo gracias!!!1 sigue escribiendo que eres genial!

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  5. Fue muy bonita <3 me encantó :D

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  6. Que lindo !!!! Me encanto porfavor sigue escribiendo amo tus historias y a Malec !!!!

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  7. Asdfghklñ ME ENCANTO. *----* Ouuuns, fue hermoso. Ojalá escribas mas historias así! Demonios, amo a Malec. <3

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  8. Asdfghklñ ME ENCANTO. *----* Ouuuns, fue hermoso. Ojalá escribas mas historias así! Demonios, amo a Malec. <3

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  9. Lo ame, por favor escribe más. Eres increible

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  10. Nanai: 33 como amo esta pareja y como me costo pillar donde leer fanfic de ellos tu blog se va a mis favoritos pero enseguida: 33 graciaas :33

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  11. Me encanto: "Querido Santa, define bueno"

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  12. esto ya lo lei en wattpad :/

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  13. Me ha encantado el fic
    Q dulce es Alec con Magnus como lo es Magnus con Alec

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  14. Se que Robert no es una perita en dulce y por lo mismo sus reacciones hacia Max y Magnus pesan mas en mi corazon, su amor de abuelo es algo muy bonito. Amo la forma en que Alec y Magnus se aman, atesorando cada roce, cada beso, me alegran el alma esos dos. Leer un amor asi es indescriptible

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  15. Wooow, pasé todas y cada una de las imágenes por mi mente, mi corazón no paró de latir, Los amo tanto. Gracias fue maravilloso.😍😘

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  16. Presioso lo vuelvo a leer y me gusta más las historias

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