Te Encontrare Cap. 2

-De pie, chicos se hace tarde. –La voz de la Señora Carter se colaba por las escaleras hasta la habitación donde se encontraban Gwen y Alec, estos se movieron tan solo un poco en protesta, pero no se levantaron.

-No tengo ningún inconveniente en subir por ustedes jovencitos y meterlos yo misma a la ducha.

Gwen salió de la cama en un salto haciendo que el cobertor descubriera parte de Alec. Lo observo por un momento pero este no se movió. -¿Qué esperas? Levántate, -Exigió su prima.

Alec tomo el cobertor y lo subió para cubrirse de nuevo, ahora hasta tapar incluso su rostro. –No tengo problemas en la idea de que me bañen. –Dijo el chico desde debajo de las mantas. –He tenido interesantes sueños con una bella chica y una súper bañera en la que…

-Pero la que subirá a bañarte es tu madre ¿Eso no lo hace…

Alec dejo la cama de un salto. –Increíblemente aterrador.

El chico salió de la habitación, su pelo negro en diferentes direcciones, vistiendo un holgado pantalón pijama y una camiseta gris con negros en las mangas, se dirigió de inmediato a su propia habitación.

-Y no te demores. –Dijo Gwen desde el pasillo a su primo. –Un baño y algo simple, vas a la universidad no a un desfile de modas.

-Por ello tengo que verme bien, nunca sabes a quien conocerás ahí. –Dijo el chico sin dejar de avanzar.

-Pues no voy a esperarte.

Alec asomo su cabeza al pasillo y sacudió su mano con intención, ya que de ella colgaban unas llaves, las cuales resonaron fuertemente. –Yo tengo el trasporte, ¿Recuerdas?

Gwen entro a su habitación y azoto la puerta tras ella, Alec hizo lo mismo pero sin azotamientos de puertas y con una sonrisa triunfante.

* * * * *

Alec siempre había pensado que conducir en los suburbios siempre había sido mucho más sencillo que conducir entre las calles transitadas de Manhattan. Los primeros semestres de universidad ambos habían asistido a la Universidad de Nueva York, pero hace un semestre sus padres habían decidido que una universidad privada, cerca de su hogar, era mucho más conveniente, a Alec le encanto la idea de inmediato, las universidades privadas iban mucho mas con su personalidad, mientras que Gwen se sentía como en un aparador, en donde los padre podían presumir a sus hijos y decir lo brillantes que eran. Imagine Dragons se escuchaba en el estéreo del auto, Gwen movía su cabeza sutilmente con la música mientras estudiaba sus propios apuntes.

-¿Cómo vas con eso? –Pregunto Alec.

-Nada bien. –Confeso la chica.

-No tienes que hacerlo, si tu no… si no quieres hacerlo.

-Lo hare, es lo menos que puedo hacer.

-Nada de eso Gwen, nadie puede obligarte a nada, y el que se atreva tendrá que enfrentarse a mi muy retorcido rencor.

Eso saco una sonrisa de Gwen. Suspiro y miro a su primo. –Nadie me obliga, -Dijo –En verdad quiero hacerlo, solo, quisiera que sonara un poco mejor…

-Lo harás bien. –Conforto Alec a su prima.

El pequeño Corolla de color negro brillante, que desde luego era del último modelo, se detuvo en un semáforo, un par de chicas pasaron frente de ellos, atrapando la mirada de Alec, él era impresionante desde el punto de vista femenino, tenia increíbles ojos azules y como si necesitara un poco más, la manera de vestir lo hacía lucir una mitad mas de llamativo. Las chicas se hablaron en secretos y sonrieron al chico, levantando su mano para que este las saludara, Alec lo hizo y ellas se movieron coquetas en un infantil triunfo. Alec y Gwen se miraron y rieron al mismo tiempo.

-Eres increíble. –Dijo Gwen moviendo su cabeza en manera negativa con una sonrisa.

-Yo no hice nada. –Dijo Alec.

-No lo necesitas -Gwen miro a su primo. -¿Y desde cuando te sonrojas?

-No lo sé. –Dijo sincero mientras daba marcha al auto. -¿Cómo saberlo?

La chica suspiro. –Yo si lo sé. -Sus ojos seguían en los papeles frente a ella.

-¿Ah sí? ¿Y desde cuándo?

-desde hace casi un año.

-Hace un año –Repitió Alec en un suspiro. Sus ojos puestos en las estrechas calles del aparcamiento de la universidad. –Antes y después de un año. –Dijo reflexivo. -Así funciona nuestra vida ahora, ¿Cierto?

Gwen tenía su cabeza gacha y Alec noto la lagrima que empezó a rodar por su mejilla enrojecida.

El Corolla negro dio una vuelta inesperada y salió del estacionamiento.

-¿Qué haces?

-Nadie quiere estar hoy aquí, ¿Cierto?

-Alex, no, no podemos faltar, le avisaran a tus padres y se pondrán como locos, ya conoces a mis tíos.

-Y porque los conozco sé que no me perdonarían que no te saque de aquí.

Gwen suspiro. -¿Y a donde vamos?

-Al único lugar en donde masoquistamente te he notado tranquila.

-Yo no tengo nada de masoquista Alex. –Reclamo Gwen.

-¿Quieres apostar?

* * * * *

El Corolla estaba estacionado al final del sendero pavimentado al lado de una colina cubierta de verde pasto, al otro lado se comenzaban a alinear las lapidas del cementerio. Gwen estaba sentada con sus piernas cruzadas frente a las lapidas de sus padres, sus apuntes estaban sobre el césped y ella inclinada para escribir en ellos. Alec se mantenía ocupado limpiando el terreno de maleza que había comenzado a crecer a la horilla de las sepulturas, el chico se coloco frente a las dos tumbas.

-Odio esto. –Dijo molesto. –Este… espacio entre las dos tumbas, es absurdo. ¿Por qué?

Gwen contesto sin mirarlo. –Tus padres quieren hacer una capilla o algo así.

-¿Y tú quieres eso? –Pregunto su primo al sentarse a su lado.

-No me molesta. –Dijo la chica. –Lo que sea para hacerlos sentir mejor.

-¿Y a ti que te hace sentir mejor?

-Tú. -Dijo Gwen. –Solo sigue por aquí y todo seguirá su camino.

-Por aquí estaré.

Ambos sonrieron. Alec miro hacia el espacio entre las dos tumbas y noto algo extraño. No era una imagen, sino la sensación de que algo no estaba bien. Alec se llevo sus dedos a sus propios ojos.

-¿Estás bien?

-Mi cabeza. –Dijo el chico. –Me duele como si me fuera a estallar.

-¿Tomaste tu medicamento?

-Es migraña Gwen. –Dijo Alec sonriendo. –No es como si un inhalador me la fuera a quitar.

Gwen sonó exasperada. –Tal vez te duele la cabeza porque no puedes respirar. El asma es… complicada, tú lo sabes.

-Tranquila, estoy bien.

Alec giro su cabeza hacia uno de las lapidas detrás de ellos y se quedo mirando con la misma extraña sensación.

-¿Qué es? –Pregunto Gwen.

-Me pareció ver… Nada, olvídalo.

-Sigues tan extraño. –Dijo Gwen mientras regresaba a su libreta.

-¿Y eso que significa? –Dijo Alec con tono molesto.

Gwen sabía que no lo estaba, nunca se molestaba con ella, no realmente.

-Nada. –Dijo la chica sonriendo. –Olvídalo.

Alec inevitablemente le sonrió dejando de lado su intento de enojo. Su sonrisa se borro nuevamente.

-¿Estas nervioso porque estamos en un cementerio? –Pregunto Gwen.

-Hemos estado en este cementerio más tiempo que en nuestra propia casa. ¿Por qué ahora me asustaría? –Alec comenzó a caminar hacia la tumba con la cripta enorme.

-¿Entonces qué pasa?

-Es solo que… -Alec se acerco lo suficiente como para querer ver el nombre en el lugar que inexplicablemente lo atraía. Le pulso aun más la cabeza y el lugar en donde debiera de estar el nombre estaba en blanco. Gwen se acerco a su primo.

-¿Qué es? –Pregunto ella.

-No hay nombre. –Dijo el chico.

-Es casi un Mausoleo. –Comenzó Gwen. –Se nota que era alguien muy querido, su nombre debe estar dentro.

Alec se quedo en silencio por un momento, su mirada seguía buscando el nombre de quien fuera estuviera sepultado ahí, como si eso fuera importante.

-Alex –Llamo a su primo. –Se hace tarde. ¿Vamos a comer?

Alec despertó y miro su reloj. –Claro, debemos también fingir que estamos estresados por tanto haber estudiado. ¿Recuerdas?

-El bueno para fingir eres tú, lo harás bien por los dos.

El sol se oculto detrás de ellos mientras iniciaban el regreso a su auto.

Alec se detuvo en seco. –¿Escuchaste eso?

Gwen levanto sus cejas. –No. No he escuchado nada.

Alec se llevo ambas manos a su cabeza.

-¡Alex! ¡¿Qué pasa?!

-Alguien esta gritando, están gritándome. –Sus ojos cerrados con dolor y sus manos aun sobre sus oídos.

-¿Qué? –Pregunto Gwen inclinada hacia su primo.

Inténtalo! ¡Alex! ¡Esfuérzate! ¡Aquí estoy! ¡Mírame!

-Alex, estas asustándome, dime qué pasa.

-¿Mirarte? ¿Quién eres? ¿Dónde estás? –Alec parecía estar hablando hacia todas direcciones, hablando con la nada.

-¿Con quién demonios estás hablando? –Pregunto su prima.

-¡Alex! ¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! ¡Mírame!

-¿Estas bromeando? –Dijo Alec dirigiéndose a Gwen. -¿No escuchas eso?

Gwen solo se encogió de hombros.

-Pero si se escucha tan claro…

Alec se quedo congelado al ver al chico detrás de ellos, se miraba confundido, sus ojos se entrecerraron a él. Sus miradas estaban fijas, una con la otra pero no dijeron nada.

-¿Qué? –Pregunto Gwen. -¿Qué estás viendo?

-¿Alex? –Dijo el chico extraño. -¿Puedes verme?

Alec no respondió.

-Mueve la cabeza si puedes verme. –Dijo el chico.

Alec movió su cabeza.

El chico tallo su cara con cansancio. –¡Finalmente! –Y dio dos pasos hacia ellos.

Alec se puso en alerta. –Wow, Wow, Wow –Le dijo levantando sus manos. –No te acerques, no tengo idea de quién eres y… ¿Cómo diablos hiciste eso de hablar en mi cabeza?

-Hay por el amor de dios, ¿Te volviste loco? –Dijo Gwen con exasperación. -¿Con quién estás hablando?

-No hablaba en tu cabeza. –Dijo el chico. –Tu mente pudo pasar sobre el Glamour, es por eso que ahora puedes verme, lo que no sé es quien puso ese Glamour tan poderoso y ¿Por qué?

-¿Glamour? –Pregunto Alec al extraño.

-¿Glamour? ¿Qué es eso? ¡Alex! Basta, si es una broma en verdad…

-Gwen no estoy bromeando. –Dijo Alec mirando los ojos color miel de su prima. –Mira, ahí está, parado frente a nosotros.

-Ella en verdad no puede verme. –Explico el chico. –No importa lo que haya intentado, no logro hacer que me escuche.

Alec noto tristeza en el chico.

-¿De verdad no lo ves? Ahí está. –Dijo Alec señalando a donde Gwen entendía como la nada. –El es… -Alec se detuvo un poco para considerarlo. –Es… Alto, de mi estatura, piel blanca, ojos verdes, es rubio…

La imaginación de Gwen se despertó al intentar visualizar al chico, y lo miro. Miro una azotea, flores en su ventana, miro la noche y al chico rubio sonriendo. Todo en un extraño parpadeo de imágenes.

Alec noto el desconcierto en Gwen. -¿Estás bien?

-Vi algo.

-¿Qué miraste? –Pregunto Alec preocupado.

-No estoy segura yo…

-Tal vez si sigues hablándole de mi. –Dijo el chico rubio y Gwen grito.

-¡Por dios! ¡Ahí esta! ¡Lo veo!

-¡Aja! –Exclamo Alec. –No podía haberme vuelto loco así nada mas, o no tan rápido y espontáneamente. Cualquiera diría que toma su tiempo…

El chico rubio solo miraba a Gwen. -¿En verdad puedes verme? –Este camino hacia ella y Alec se puso frente a su prima.

-Te dije que no te acercaras.

Gwen recordó que Alex se había vuelto demasiado protector en los últimos meses.

-Vamos chicos. –Dijo el rubio suplicante. –Soy yo… Gwen, ¿No me recuerdas? Soy Nick… Nicolás… Tu… -Algo lo detuvo y miro a Alec. –Alex, soy Nico, ¿Recuerdas hermano?

-¿Nico? –Dijo Alec. –Llamaba así a mi mejor amigo.

-Exacto, soy yo. Nico.

-Eso es imposible, no creo en los fantasmas, aun sin olvidar que estemos en un cementerio y que pareces ser algo no muy natural…

-Alec –Llamo Gwen precavida a su primo para protegerlo de sus propias palabras, ella mejor que nadie sabía lo mucho que aun le dolía la muerte de su amigo.

-Como sea, no eres Nico.

-Lo soy. Y es verdad, morí hace tres años.

Alec y Gwen se miraron.

-Y ahora soy así.

-¿Así? –Pregunto Gwen.

-Un vampiro. –Contesto Nico.

-Oh menos mal. –Dijo con burla Alec. –Por un momento pensé que dirías un gnomo o peor aún, un maldito fantasma.

Alec estaba muy molesto y tomo del brazo a su prima para llevarla al auto sin detenerse. –Ah y por cierto. –Grito Alec al extraño sin mirar atrás. –si tenias pensado decir tal estupidez, debiste haber pensado en que no hay manera de que no pudiera recordar el rostro de mi mejor amigo, piensa en eso.

Nico caminaba detrás de ellos. –Tienes razón. –coincidió. –Pero eres tu el que debe pensar en ello, ¿Recuerdas ese rostro? ¿Lo haces?

Alec titubeo por un segundo, Gwen lo noto ya sentada en el asiento del copiloto, mientras su primo le cerraba la puerta.

-Alex. –Llamo Nico.

Alec rodeo el auto para llegar al sitio del conductor y antes de abrir su puerta dijo: -Aléjate de nosotros.

El auto se alejo del cementerio y del vampiro.

* * * * *

Los Señores Carter, (padres de Alex) tenían una amena conversación sobre lo que había pasado en sus días durante la cena, Gwen jugaba con los vegetales distraída sin poder entender del todo lo que había pasado esa tarde en el cementerio.

-¿Y cómo les fue a ustedes? –Pregunto finalmente su madre a los chicos.

Alec levanto la mirada y sonrió con perfecta fingida intención. Gwen nunca entendería como era capaz de hacerlo. Era admirable.

-Muy bien, -Dijo. –Aburrido como siempre.

Ambos padres rieron. Su madre se levanto con los platos para colocarlos en el fregadero y a su regreso coloco dos pastillas al lado de la bebida de Alec, este solo las miro.

Gwen lo miro suplicante, por favor solo tómalas. Decía su mirada.

Alec siguió con su falsa sonrisa y las tomo casual. Ambos notaron como los hombros de su madre se relajaban, siempre lo hacía cada vez que Alec debía tomar su medicamento.

-¿Una película chicos? –Pregunto el Señor Carter.

-No para mí. –Contesto Gwen. –Estoy cansada. –Era una escusa bastante real, algo en su cabeza estaba matándola y no podía esperar para meterse a la cama.

-¿Qué dices tú campeón?

-Na, Rabel Hoome implora por mí, y no dormiré hasta terminar ese capítulo.

Ambos padres se miraron y después a Gwen implorando una traducción.

-Half-Life. –Dijo la chica. –Un video juego.

Ambos padres rodaron los ojos –Demasiados video juegos. –Dijo su padre sonriéndole.

-Debo tener acción en mi vida. –Dijo el chico. –Ya que no puedo tenerla real, me conformare con la virtual.

-Alex. –Llamo su madre.

-No deberías hablar así. –Dijo su padre. –No es como si no pudieras hacer deporte, tu condición mejorara, ya lo veras.

-Era un chiste. –Dijo Alec. –Si no me burlo de mi mismo, qué sentido tiene.

-No todo es un juego hijo.

-¿Que le dijo un asmático a otro asmático? –Inicio Alec. Su familia solo lo miro. –Dame un respiro.

Nadie rio. –¡Dios! ¿Cuándo me volví tan malo para los chistes? -Alec se levanto para subir a su habitación.

-Cariño, -lo alcanzo su madre al pie de la escalera. -¿Podrías usar tu inhalador antes de dormir? Solo… por precaución.

Alec se esforzó para sonreír antes de girar a ver a su madre. –Claro. –Dijo y siguió su camino.

* * * * *

Gwen no podía entender porque escribir lo que había en su corazón era increíblemente complicado, eran sus padres, los amaba, los extrañaba cada día, pero eso no parecía ser suficiente.

-Escribir nunca se te ha dado. –Nico estaba detrás de ella, a una conservadora distancia.

Gwen salto de su asiento. -¿Qué haces aquí? ¿Cómo? ¿Cómo entraste?

Nico miro hacia la ventana.

-Imposible, me hubiera dado cuenta.

-Los vampiros solemos ser rápidos, muy rápidos.

-No creo en vampiros.

-Pero existen. Vampiros, hombres lobo, hadas, hechiceros…

-Estas aun más loco de lo que me imagine.

Nico sonrió. –Te hecho tanto de menos. –Dijo en un suspiro.

Gwen no dijo nada, era tan extraño, su voz, su rostro, familiar y desconocido al mismo tiempo, como un Dejavu interminable.

-Pero es verdad, no escribes muy bien, Alex en cambio, tiene sobresalientes habilidades para eso.

-Alex ya no escribe. No desde el accidente.

-Lo sé y tampoco hace magia.

-Cuando dices Magia

-Wow, alguien intenta que le rompan la cara. –Los tomo por sorpresa pero ahí estaba ahora Alec de pie en la puerta, increíblemente enojado. -¿Qué demonios haces aquí?

-Necesitaba hablar con ustedes, necesito saber que está pasando.

Alec cerró la puerta detrás de él y se sentó con resignación sobre la cama. –Bien. –Dijo. –Te escucho.

Esto desconcertó a Gwen y Nico. –¿Solo así? –Pregunto la chica, -¿Ahora le creemos?

-No es que me moleste. –Dijo Nico. –Pero ¿Por qué la disposición tan repentina?

-Porque es verdad. –Dijo Alec. –No recuerdo el rostro de Nico.

* * * * *

Nico se dedico a contar su historia, como hacía tres años, los tres que eran inseparables habían ido a un centro nocturno, en donde fueron atacados por vampiros.

-Intentaste protegernos. –Dijo Nico. –Pero de alguna manera bebí sangre de uno de ellos y al momento que me aventaron de la azotea para morir, estaba destinado a despertar como uno de ellos.

Gwen y Alec, ahora ambos sentados en la orilla de la cama escuchaban atentos la historia, de cómo noche tras noche se involucraban mas en el mundo de las sombras.

-Subterráneos. –Continúo Nico. –Así es como nos llaman. Es decir, yo era el novato, ustedes crecieron con la magia, al igual que sus padres, los cuatro, pero cuando tuviste edad para controlarla, hiciste algo en la memoria de ellos, los mantuviste alejados, los protegiste.

Alec sacudió la cabeza. -¿A qué te refieres con eso de que crecimos con la magia? No…

-Alex, algo paso, hace un año, es como si alguien hubiera drenado todo de ustedes, todo lo referente al mundo de las sombras, una noche solo, dejaron de verme, tú enfermaste, tus poderes se fueron.

-¿Poderes? –Pregunto Gwen. -¿Qué poderes?

-Alex es un brujo, o lo era, no lo sé.

Gwen y Alec se miraron.

–Escuchen. –Continúo Nico con desesperación. –No deben creerme ahora, pero solo les pido que me dejen probárselos, podemos seguir en donde nos quedamos, tal vez eso ayude.

-¿Y donde exactamente nos quedamos? –Pregunto incrédulo Alec.

-Lo único que conocían de este mundo era la magia, pero no sabían lo que era, pensaban que Alex era un ser único con habilidades aisladas, fue hasta que fuimos a ese lugar que nos dimos cuenta de que había mucho mas, cuando fui sepultado, ustedes regresaron esa noche y fue cuando desperté, me neutralizaste con tu poder, estaba tan fuera de control que pude haber matada al primero que se hubiera topado conmigo. Me ayudaron, me alentaron a aceptar lo que ocurría y fue como empezó nuestra búsqueda, necesitábamos respuestas y las encontramos con Raphael Santiago, el líder del Clan de Vampiros de Nueva York. De alguna manera se compadeció de mi, de nosotros, me mostro como conseguir sangre sin romper la ley y te buscaría un tutor, alguien que te ayudara a controlar tus poderes, a entender lo que eres.

-Supongo que lo que sugieres es que vallamos con ese Santiago. –Dijo Alec.

-No podemos. –Nico se sentó en la silla frente al escritorio. –Lo último que supe de él fue que fue raptado y luego asesinado por algún lunático rencoroso.

-Oh pues eso no nos ayuda en lo absoluto.

-Hablaste de una ley. –Dijo Gwen. -¿Qué es eso?

-Al parecer hay una tregua entre los subterráneos, hay una especie de policía del submundo, los llaman Cazadores de Sombras, se encargan de mantener a los subterráneos a raya, pero honestamente, para mí son solo un mito, nunca hemos visto a alguno de ellos.

-Valla policía. –Dijo Alec. –Como sea, si todo lo que dices es verdad. ¿Cómo vas a probarlo? Si Santiago está muerto, no podemos hacer mucho en realidad.

-La última vez que lo mire, me busco para darme la información del brujo que se ofreció a ayudarte con tu magia. Después de eso, las cosas comenzaron a ponerse muy raras, se hablaba de una guerra y decidimos que nos mantendríamos al margen, por lo menos hasta que las cosas se calmaran.

-Supongo que Raphael no sobrevivió a la guerra. –Dijo Alec.

-Yo pienso igual. –Dijo Nico. -Pero me quedo esto.

El vampiro entrego a Alec una tarjeta llamativa en donde estaba una dirección en Brooklyn. Alec la giro y una sensación de intranquilidad lo inundo al leer el nombre y el titulo en ella:

Magnus Bane
Gran Brujo de Brooklyn.

CONTINUARA…

MayGraciela ♥



Comentarios

  1. Hola!!! Debo decirte que este nuevo fic que estas escribiendo esta muy interesante!!! Y Tambien que he leído TODOS tus fics!!! Malec tambien es mi pareja favorita del mundo literario!!! Son una pareja tan hermosa que roban el protagonismo a Jace y Clary!!! Aunque de ellos no hablan mucho en los libros pero igual!!! Sus pequeñas partes en los libros me encantan!!! Debo decir Tambien que tus fics sobre Malec son los MEJORES que he leído!!! Escribes tan genial que una vez que comencé con el primer fic no pude detenerme hasta que los leí TODOS y me encantaron!!! Tus fics son los mejores que he encontrado y eso que he buscado bastante!!! Y cuando termine de leerlos todos y vi que ya no habías publicado mas me arrepentí de haberlos leído tan rápido porque me quede sin leer nada T.T pero que bien que sigas escribiendo!!! De verdad que eres increíble tus historias son tan geniales que no puedo parar de leer una vez que he comenzado!!! Espero que vuelvas con el próximo CAP pronto!!!

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  2. Ohh pobre de raphael no debía morir...aaaa ya sabe de magnus (bueno poco) pero ya sabe :D que feliz soy con eso

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