Puedes hacerme sentir mejor. *Malec
Sinopsis
Alec se siente destrozado a causa de la inesperada muerte de su hermano menor, encuentra
consuelo y alivio en la cálida compañía del brujo Magnus Bane, así como paz en
sus mágicas palabras. Fanfic situado en Ciudad de Cristal.
Alec escucho a su hermana llamarlo al igual que a Jace, pedía que se
llevaran a Simón, no quería hablar con nadie, pero Alec hizo caso omiso a sus
gritos, quizás Simón podría hacerle entender que lo que había sucedido con su
hermano menor Max no había sido en absoluto su culpa. Para Alec solo había un
culpable, estaba allá afuera y no descansaría hasta verle muerto.
Sebastian, pensó Alec con tanto desprecio que sintió una punzada en la parte
inferior de su boca en donde se había lastimado con sus propios dientes.
Alec se dio cuenta de que Isabelle ya no gritaba, eso era bueno, Simón
había logrado entrar en su coraza de niña
fuerte que no necesita a nadie. Alec salió de la casa, necesitaba con
desesperación tomar aire, ya era de noche en Alicante y los jardines de la
nueva residencia de los Lightwood parecía un buen lugar para hacer eso, por más
que intento con todas sus fuerzas no pensar en lo que apenas unas horas atrás
había sucedido, no podía sacar de su cabeza la necrópolis y la sepultura de su
pequeño hermano Max.
Alec tuvo que acercarse al barandal de la pequeña terraza y poner una de
sus manos en ella para no caer, mientras mantenía con fuerza en la boca de su estómago
su otra mano, de repente el dolor emocional le estaba provocando dolor físico
real, estaba encorvado y presiono con más fuerza su mano en su pecho, No hagas esto. Se decía así mismo. No te derrumbes, no ahora.
Tomó fuerza
del interior de su ser y respiro profundamente, tan profundo como pudo, dejo
que el aire inundara sus pulmones obligando a su cuerpo a enderezarse y
levantar la mirada, había empezado a respirar de nuevo.
Al mirar con más atención hacia el jardín lleno de arboles enormes se
dio cuenta de que un par de ojos brillaban en la oscuridad, Alec forzó a su
vista a poner más atención ya que tal vez había empezado a alucinar, pero
después de un instante y al ver que los ojos no desaparecieron se dio cuenta:
Ojos de gato verdes dorado lo estaban mirando.
Magnus pensó Alec.
Sin detenerse a considerarlo salto la baranda de la terraza con la
facilidad y gracia que un guerrero podría tener, corrió hacia los ojos que
estaban ubicados entre dos grandes árboles, Magnus dio un paso al frente para
salir de la penumbra y mientras se acercaba finalmente pudo ver al Gran Brujo,
sintió que no corría lo suficientemente rápido, la urgencia que nacía en él por
tocarlo era descontrolada.
Magnus respiro hondo y no pudo contener su sonrisa al ver a Alec correr
hacia él, no estaba seguro de que esperar al ir al actual hogar de los Lightwood,
pero la necesidad de ver a Alec le había ganado a su sentido común.
Alec corría muy rápido y Magnus dudo en si alcanzaría a detenerse, pero
no lo hizo, dejo que sus cuerpos chocaran casi haciéndolos caer, Magnus sintió
los fuertes brazos de Alec aferrándose a su cabeza y su espalda con mucha
intensidad, el brujo no podía recordar la última vez que alguien lo abrazo de
esta manera, tal vez nunca lo hubieran hecho, sintió su corazón salir de su
pecho.
―Estas aquí –murmuro Alec.
Magnus enterró el rostro en el cuello del muchacho
―Aquí estoy ―dijo con su voz calmada.
Ninguno de los dos tenía intención de soltar al otro.
―Magnus…
–Dijo Alec después de un momento―. Mi hermano, mi… ―la voz de Alec sonaba incluso
diferente por el dolor.
Magnus se aferró aún más a él no sabiendo si eso era realmente posible.
―Lo sé ―le murmuro intentando transmitir calma.
Magnus pensó en como los Cazadores de Sombras convivían con la muerte de
un ser querido con tanta familiaridad. Ser un Cazador de sombras era lo mismo
que estar en la milicia en una guerra eterna, también pensó en Alec y en como
lo más importante para él era el proteger a su hermana y su parabatai durante esas batallas diarias,
pensó o intento pensar en cómo seria para Alec haber perdido al pequeño Max el
cual aun no entraba en su aro de protección, no tendría que estar dentro de él,
no aun, Max ni siquiera había empezado a tomar el entrenamiento físico de
Cazador de Sombras, mucho menos el pensar que se vería involucrado en un
peligro al encontrarse en su hogar, en su ciudad y tras la protección de tantos
Cazadores de Sombras a su alrededor.
Alec no soltó su agarre hacia Magnus, pero sus piernas lo traicionaron,
el brujo sintió como se desvanecía en sus brazos, pero no intento evitarlo,
solo lo siguió al suelo sin soltarlo.
Magnus coloco gentilmente ambas manos a cada lado del rostro de Alec.
―Estarás bien
–dijo Magnus con voz suave y firme―. Eres fuerte, Alexander, el más fuerte que
conozco y esto no te vencerá, le darás la vuelta y estarás bien.
―Quisiera no
sentirme así de culpable –comenzó Alec―, quisiera creer que esto pasara pronto
y que podre sentirme en paz conmigo y con el recuerdo de mi hermano –Alec
sacudió la cabeza lentamente―. Pero no creo que eso pase, tal vez nunca pase.
Sentados en el césped Magnus coloco sus brazos alrededor de Alec y lo presiono
contra su pecho, se sentía tan impotente al verlo sufrir de esta manera.
Durante su vida Magnus había ayudado a cientos de mundanos a olvidar
recuerdos tan dolorosos que no les permitían seguir con sus vidas y para Magnus
estaba bien, eran sus recuerdos después de todo. Pero también creía que el
dolor tenía una razón de ser, y a contracara el brujo había visto a cientos de
mundanos pasar por el dolor y resurgir triunfantes y más fuertes del que
algunos pensaron era su fin.
Magnus se negó siquiera a considerarlo, él creía fuertemente en las
palabras que le acababa de decir, Es
fuerte, Estará bien… Se dijo así mismo.
Alec se soltó un poco del agarre de Magnus para poder encontrar su cara,
lo miro fijamente con sus impresionantes ojos azules, esos ojos que Magnus
amaba tanto, no por ser hermosos ni por ser azules (su color favorito), si no
porque eran de Alec.
―Ayúdame –le dijo Alec.
Magnus sintió que su corazón daba un vuelco, ya lo había decidido; no
haría magia sobre los recuerdos de Alec, pero no había considerado que se lo
pediría y esto cambiaba muchas cosas.
Magnus haría lo que Alec le pidiera.
― ¿Cómo te ayudo? ―pregunto esperanzado Magnus y agrego: ―Hare lo que me
pidas, Alexander.
Magnus noto que Alec tomo aire y trago con fuerza, lo que fuera que
quisiera pedirle le costaba trabajo decirlo. Alec aparto la mirada del rostro
de Magnus y apoyo su cabeza en su hombro, respiro hondo, Magnus olía a sándalo, algo que lo calmaba
inexplicablemente.
―Tú puedes
hacerme sentir mejor –dijo Alec aun en el hombro del brujo.
Magnus hundió su rostro en el cabello de Alec.
―Hare lo que me pidas ―repitió Magnus con resignación.
Podía hacerlo, lo haría por él y cualquier cosa que fuera para él estaría
bien.
―Bésame –dijo Alec.
Y ahí estaba de nuevo, Alec presentándose ante Magnus como una maravilla
que nunca si quiera pensó en encontrar, y ese pensamiento ya conocido regreso: Sí, es él, él encaja, después de todos los
tropiezos y la búsqueda, y aquí está. Magnus busco el rostro de Alec y se
escucho a si mismo respirar agitadamente.
―Alec –susurro Magnus sobrepasado por sus propias emociones.
Y lo beso…
El beso fue dulce y desesperado al mismo tiempo, Alec solo tenía la
experiencia que había podido acumular desde aquel primer beso que Magnus le
dio, eran los únicos labios que conocía y era todo lo que quería. Aun así,
Magnus pensó que en cientos de años nunca nadie lo había besado como Alec lo
estaba haciendo.
El beso se prolongo tanto como ellos quisieron, transformándose en besos
más cortos ocasionales, junto con caricias mutuas a cabello, frente, pómulos, besos
a la frente de Alec repetidamente de parte de Magnus e incluso sonrisas de
ambos, hubo conversación casual y romántica, no había señal de que alguno de
los dos se cansara de estar envueltos el uno del otro.
La noche siguió su curso, aunque ninguno de los dos sabía cuánto tiempo
había pasado y tampoco les importaba. Magnus se dio cuenta que el rostro de
Alec estaba completamente cambiado y sus ojos brillaban como no habían brillado
hacia tiempo, Tu puedes hacerme sentir
mejor le había dicho Alec y era verdad, ahí estaba, el mismo chico con los
mismos problemas y el mismo dolor, pero soportándolo gracias a él.
Sus manos estaban entrelazadas mientras Magnus le contaba como había ido
a Brooklyn a despertar a la mama de Clary. Alec le sonreía complacido y Magnus
noto que se estremeció.
―Tienes frio ―dijo
Magnus mientras acercaba al Cazador de Sombras a su pecho y lo rodeaba con sus
brazos.
―No es mucho ―dijo
Alec y se estremeció de nuevo.
―Vamos ―sonrió
Magnus―. Te acompaño a tu cuarto, debes dormir por lo menos unas horas.
Alec no quería que la magia de la noche se terminara, pero Magnus tenía
razón, se acercaba una tormenta de problemas y batallas, era hora de despertar
y afrontar lo que se avecinaba.
Alec finalmente asintió, podrían retomar la noche en alguna otra ocasión
y así seria, estaba decidido a no dejar que sus tontos miedos le impidieran ser
feliz, no había otra cosa en el mundo que quisiera más que a Magnus a su lado y
lo defendería ante cualquiera, el amor no es algo que se deba esconder y no lo
haría más.
Magnus tomo las manos de Alec para levantarlo del suelo y caminaron
hacia la casa, pensó que sería prudente soltar al chico por si alguien los miraba,
pero Alec no lo permitió, lo acerco mas a sí mismo, una de sus manos en la
cintura por dentro del abrigo que llevaba el brujo y la otra aferrada a la mano
de Magnus por encima de su hombro. Entraron a la casa, no había mucha luz, al
parecer sus padres no habían regresado, subieron las escaleras y entraron a una
habitación.
Como en el resto de la casa tampoco había mucha iluminación, Magnus miro
dos camas cercanas, aunque era algo evidente que una de ellas no pertenecía
ahí, al parecer había sido puesta recientemente, Magnus concluyo que Jace y
Alec preferían compartir habitación en sus viajes, aparto la mirada, no había
razón para lamentarse por eso.
―Siéntate
–dijo Alec señalando una silla cercana a la cama que se encontraba al fondo de
la habitación.
Magnus sonrió y acepto su invitación.
Alec lo miro sentarse y camino hacia él, pasó frente a un espejo y no pudo evitar mirar
su reflejo, se quedo mirando un momento, Magnus noto que su expresión cambiaba,
aun llevaba las ropas de duelo de los Cazadores de Sombras, estaba vestido de
blanco con runas escarlatas y doradas trazadas sobre el material de sus ropas.
Alec sacudió la cabeza y empezó a desprenderse de su vestimenta con algo que a
los ojos de Magnus parecía furia. En poco tiempo Alec estaba vestido solo con
ropa interior, salto a la cama aun con enojo en su mirada, se metió por debajo
de las mantas y choco su espalda contra la cabecera de la cama, Magnus vio con
mucha atención como levantaba la mirada al techo y tomaba un respiro largo y
profundo, sus ojos miraban a la nada, miro como Alec con sus puños cerrados con
fuerza a sus costados sacudía su cabeza obligándose a sí mismo a desprenderse
de los pensamientos que estaban renuentes en su mente, y al parecer lo logro, Es fuerte, estará bien… recordó Magnus. Noto como sus ojos regresaban
resignados y volteo hacia él.
― ¿Te quedaras? ―pregunto Alec.
Magnus sabía que no había ninguna especie de insinuación en su pregunta,
para Magnus siempre había sido muy fácil leer a Alec, no tenia malicia ni algún
tipo de fachada, lo que había en su rostro era lo que había en su mente, otra
de las cosas que a Magnus siempre le había sorprendido y encantado de Alec.
Magnus acerco aun más la silla al borde de la cama.
―No creo que
a Jace le agrade la idea de compartir la cama con un sexi brujo.
Magnus sonrió, Alec igual.
―No creo que
Jace regrese hoy a casa ―le respondio Alec.
― ¿Dónde crees que vaya a pasar la noche?
―Con Clary, o
eso espero. ―había una sonrisa devastadoramente sincera en el rostro de Alec―, la
necesita –continuo―. Así como yo necesito de ti.
Magnus perdió el aliento por un momento, todo lo que salía de la boca de
Alec sonaba como una verdad absoluta y esta no era la excepción.
―Así que quieres hacer que me quede, Lightwood.
Magnus sonrió acercándose a él lo suficiente para que supiera que quería
besarlo, Alec se acerco lo suficiente para hacerlo.
Magnus hizo uso de toda su voluntad después de un tierno y asombroso,
muy asombroso beso para alejarse de Alec.
―Debes dormir
–le dijo el brujo mientras jalaba una de las almohadas de la espalda de Alec
obligándolo a recostarse en ella.
Alec lo miro y de inmediato Magnus supo lo que estaba pensando: Sera imposible que duerma hoy.
Magnus sonrió, puso su cálida mano sobre la frente de Alec y empezó a
acariciarla con mucha ternura. Desde hacía un tiempo Alec había notado que
Magnus lo miraba de una manera diferente, como si mirara en él algo más, algo
que ni el mismo sabía lo que era, fuera lo que fuera, esa mirada le hacía
simplemente perder el aliento.
Alec se perdió en ojos de gato dorado verdoso, los cuales, siempre pensó
Alec eran fascinantes y muy hermosos, de manera casi distraída acaricio la
mejilla de Magnus, noto que los labios del brujo se movían:
Esta noche el sueño será tu aliado, no habrá
pensamientos en tu mente ni miedo en tu corazón, el amanecer te llamará a
despertar, con tranquilidad y esperanza, duerme ahora.
Magnus estaba terminando de pronunciar su
encantamiento cuando noto que los labios de Alec se movieron.
―Magnus… ―susurro Alec antes de caer en un sueño profundo.
Magnus beso la frente de Alec y se acerco a su
oído.
Suavemente Magnus dijo: –Aku cinta Kamu, Alexander. (Te amo, Alexander).
Fin.
MayGraciela ♥
♥
Gracias por leer ♥
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genial que por fin te animaste a publicarlo preciosa ;)
ResponderBorrarRealmente me gusto mucho. Me arranco muchas sonrisas. Espero que nunca dejes de escribir. Suerte en todo lo que te propongas.
ResponderBorrarPD: Tu escritura es muy parecida a la de Cassie
Hermoso! Alec a pesar de todos sus temores, sabe claramente de que Magnus es realmente importante para él, en más de un sentido...al igual que Mangus. La muerte de Max fue realmente triste en muchos aspectos... y el que en el libro no dijesen mucho sobre el dolor de Alec por la muerte de su hermano,no me agrado. Se que el libro es sobre Jace y Clary, pero aun así, Izzy tuvo su parte sentimental por eso me encanto el que plasmaras los lindos sentimientos de Malec, Gracias.
ResponderBorrarPSDT: Ese momento en el que se transcribe el nombre de la historia y Magnus le besa... que Romántico^-^ -By Mahô
Que hermoso relato, sos muy buena escribiendo tanto que parece profesional. Me encanto realmente. ^^
ResponderBorrarEscribes como no te imaginas...realmente muy bien... Eres profesional o algo?
ResponderBorrarGracias 😘 Estaba teniendo un dia complicado y me tope con esto, muchas gracias
ResponderBorrarQ lindo me gustó mucho
ResponderBorrarAmo como escribes y este one-shot es uno de mis favoritos enserio lo amo.
ResponderBorrarDios! Es hermoso! ahhhhh
ResponderBorrarimpresionante no me canso de leerlo, eres la mejor, escribes fenomenal. He leido varias historias, pero para mi esta es con diferencia la mejor de todas. un abrazo muy fuerte, estoy deseando seguir leyendo la nueva que estas escribiendo
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