Una cita como muchas


Sinopsis:
Llamadas incomodas, malas películas y enfrentamientos con vampiros, un excelente día para reforzar sus sentimientos.




Era martes por la mañana, Magnus se vio en la necesidad de ir al Dumort a encontrarse con Raphael Santiago, este le había pedido una consulta y sonaba alarmado al teléfono, la alarma sutil que proyectaba el vampiro y que ponía a Magnus nervioso. Magnus no estaba de buen humor por estar ahí. No era que Raphael no le cayera particularmente bien, era realmente que el hotel Dumort siempre deprimente para su gusto, sin mencionar las muy particulares malas vibras que caracterizaban a los hijos de la noche, llenaban su día de oscuridad, literalmente.

―Entonces ─pregunto Raphael─. ¿Qué piensas, Magnus?

─Pienso que no era necesario hacerme venir ―el brujo estaba sacudiendo sus dedos como si tuviera polvo en ellos sin mucho interés.

─ ¿No crees que un vampiro rebelde sea suficientemente importante?

─No dije eso, dije que pienso que no era necesario hacerme venir –reafirmo el brujo.

─Es cierto –dijo secamente Raphael―. Debí haberme colocado bloqueador y salir a buscarte en este bello día soleado.

Ambos se miraron fijamente, finalmente Magnus hablo.

─Hare unas llamadas e intentare encontrar a tu vampiro con ayuda de las hadas, llegada la noche, tú te encargas.

─ ¿Cuánto me va a costar?

─Ponlo en la lista de “Favores por pagar al Magnifico Bane”.

─Tenía una lista así, pero la extravié.

─Oh, querido niño, no te preocupes, tengo un respaldo fielmente guardado en mi cabeza.

─Sí, claro que si –dijo el líder de los vampiros―. Te lo encargo entonces, no quisiera a los Nephilim involucrados.

Los Nephilim no son todos muy malos. Pensó. 

De hecho, Magnus había tenido un par de citas con uno de ellos y definitivamente le gustaba cada vez más pensar en los Nephilim. Sobre todo, pensar en un particular Nephilim muy atractivo.

─ ¿De qué te ríes? ─pregunto Raphael extrañado al ver el rostro del brujo.

Magnus fue despertado abruptamente de los pensamientos que lo habían alejado de Raphael, del vampiro rebelde, del desagradable hotel Dumort y lo habían llevado directamente a los hermosos ojos azules de Alexander Lightwood.

Aclaró su garganta.

─De nada, te llamare en cuanto sepa algo, porque para eso pueden ser muy útiles los teléfonos móviles.

Raphael se dio media vuelta y se alejó sin decir una palabra e ignorando el sarcasmo del brujo.

Magnus se dirigió hacia la salida después de la reafirmación a su no necesaria presencia en el Dumort.

Salió del hotel y agradeció de inmediato el aire fresco, y sin intención de ofender a los vampiros, los rayos del sol en su piel. Estaba pensando en cuál sería la mejor manera de volver a casa y que fuera con su actual estado de ánimo. Su celular sonó. Había visto a Alec un par de veces, pero solo los viernes por la noche, así que descarto la idea de inmediato, Alec nunca lo había llamado. Así que probablemente era una llamada de negocios. Contesto sin mirar la pantalla.

─ ¿QUIÉN LLAMA AL GRAN BRUJO?

─Hm… Magnus, lo siento, soy Alec, pero noto que estas ocupado, te llamare después.

─Oh no, no Alec, no cuelgues, está bien, no estoy para nada ocupado, solo no pensé que fueras tú.

─Sí, lo imagino –Alec tenía muy presente el hecho de que era la primera vez que lo llamaba―. ¿Te molesta que llame? Es decir…

─Para nada –Magnus estaba igualmente sorprendido y sobretodo encantado de cómo la profunda pero tímida voz de Alec se escuchaba por el auricular―. Mi sugerencia es que deberías hacerlo con mucha más frecuencia.

─Lo haré –Alec sonaba complacido, Magnus pudo imaginarse claramente sus mejillas tomando color, lo que formo una sonrisa en su propio rostro―. Hm… Te llamo porque pensé que, si no estabas ocupado, podría ir a tu casa, solo si te parece bien y hacer algo… Hm…

─ ¿Una película? –respondió entusiasmado Magnus, quien ya estaba deteniendo un taxi.

─Claro, eso sería genial ―la voz de Alec sonaba un poco más confiada―. ¿Seguro que no estás ocupado?

─No, en lo absoluto, estoy libre –dijo Magnus―. Estoy en el Dumort pero me dirijo a casa, llegare en treinta minutos.

─Grandioso, te veré ahí.

─Bien.

─Bien… Hm… Adiós –Alec colgó.

Magnus miro su celular y se horrorizo un poco al sentir lo emocionado que estaba solo por ver una película. 

Esperen, ¿No tenía qué?... ¡Mierda!
 Pensó.

Llegar a su apartamento le tardo un poco más de treinta minutos, así que al bajar del taxi Alec ya estaba esperándolo ahí. Miro claramente como el rostro del Cazador se iluminaba al verlo, su pecho se llenó de afecto, camino hacia él y Alec levanto un contenedor con dos vasos de cartón.

─Traje café –dijo a modo de saludo levantando los recipientes.

─ ¿Café? –Magnus sonrió extrañado―. Sabes que puedo hacer aparecer café.

─Si –Dijo Alec―. Por eso traje café.

Fue la primera vez que Magnus considero seriamente comprar una cafetera o aprender a preparar té de forma mundana, y de nuevo se sintió extrañado por el hecho de querer complacer a Alec sin que se lo pidiera de ninguna manera, algo que sabía nunca haría.

Alec se mostró algo apenado, ya que no intentaba ofender a Magnus.

─Espero que no te moleste, yo…

─Claro que no, Alexander, muchas gracias. –Magnus le sonrió intentando expresar toda la sinceridad posible en su rostro.

Por fin Alec se relajó y ambos entraron al apartamento. Presidente se acercó a Alec y se froto contra su pierna, este lo levanto del suelo y acaricio detrás de sus orejas. Magnus miro la escena y sonrió.

─Me gustaría que me recibiera así.

─Tal vez si lo acaricias más.

─No creo que tenga que ver con eso.

Magnus se dirigió a la cocina, una película tenía que ser acompañada con palomitas, al regresar al recibidor miro a Alec en medio de la habitación sin hacer nada, en ocasiones le gustaría que dejara de comportarse como si fuera a romper algo con tan solo moverse.

─Este es mi repertorio –dijo mostrando una considerable cantidad de cajas de DVD sobre su librero―. Elige la que gustes.

─En realidad no se mucho de películas mundanas yo…

─Elige la que te llame la atención.

─Preferiría que tu…

─Elige, Alexander.

Magnus no intentaba presionar a Alec, y mucho menos con algo tan trivial como una película, pero quería descubrir cuál sería su elección. Desde que lo conoció su vida instantáneamente se había llenado de emoción, cada uno de sus movimientos, sus gestos, su manera de hablar o incluso la elección de una película podía recordarle lo inesperado y excitante que podría llegar a ser la vida, incluso después de cientos de años, un pequeño detalle podría hacerle despertar emociones caducadas en él.

Alec mordió su labio inferior resignado y se acercó a la abrumadora colección, paso de largo las bélicas y se concentró en las de ciencia ficción, no fue una tarea tan larga en realidad, rápidamente un título le llamo la atención: “30 días de noche” Alec saco la caja del librero y se la mostró a Magnus el cual ya había traído un tazón grande con palomitas.

─ ¿Te parece que veamos esta? ¿Sabes de qué trata?

Magnus leyó el título en la caja.

─Ah sí, es de vampi…

─ ¿Vampi… ros? –completo la palabra Alec.

─Si –dijo secamente Magnus, maldiciendo internamente la extraña forma en la que Alec le hacía olvidar las cosas y más aún la encantadora forma que poseía para hacerle recordarlas.

Alec noto el desconcierto en el rostro del brujo.

─Puedo elegir otra.

─No, está bien –dijo mientras recibía la caja y se disponía a colocarla en el reproductor de DVD―. Ven, toma asiento.

La película comenzó, Magnus miraba la pantalla, pero no estaba tranquilo y no podía estarlo, tenía en la cabeza una tarea que no debía posponer, pero tampoco podía contarle a Alec, ya que era un Cazador de Sombras y como tal era su deber encargarse del tipo de infractores como lo era este vampiro rebelde. Podría mentir diciendo que tenía un asunto pendiente sin agregar mayores detalles, pero esto muy probablemente haría que se fuera de su apartamento, algo que absolutamente no quería que pasara, disfrutaba la presencia de Alec más de lo que incluso el mismo pensaba.

Tuvo que admitir que, después de todo, la situación no era la más romántica del mundo; La película era violenta y Alec se había sentado al otro extremo del sofá, Magnus suspiro, volteo hacia él, había llegado el momento de hacer algo y confesar que su tarde no estaba precisamente libre, había vidas en peligro, quizás eso le ayudaría a explicarle a Alec porque interrumpiría su improvisada cita.

Por lo menos ese era el plan. Antes de que pudiera hablar quedo encantado de la forma en que Alec le prestaba atención a una simple película, su rostro era un muy sutil espectáculo de todo tipo de gestos, Magnus pudo observar con mucha atención cada curva de su rostro, la forma de sus pómulos, sus largas pestañas, el sonrojo ante la escena de un beso y la forma en que sus hombros comenzaron a moverse al empezar las escenas de acción. Sí, definitivamente era el momento de hacer algo. Magnus mordió su labio y comenzó a moverse hacia Alec, este volteo hacia él lo que paro a Magnus en seco.

Magnus noto un toque de diversión en su rostro.

─Que suerte que los vampiros reales no son como esos.

Magnus parpadeo regresando a su cruel realidad. 

¿Vampiros?... ¡Mierda!

Magnus se dio por vencido y su voluntad se derrumbó metafóricamente a la par con su cuerpo que lo hizo literalmente, ya que se dejó caer sobre el regazo de Alec. Algo que a Alec le extraño, pero no le molesto en absoluto.

─No fue precisamente que te haya mentido –Inicio, su brazo tapaba su propio rostro y Alec solo podía ver sus labios moviéndose, esto podría hacérselo a Magnus más fácil, ya que no quería ver a Alec desilusionado. –Es solo que... lo olvide.

─Tienes algo pendiente ¿Cierto? ―Alec sonó comprensivo.

─Lo siento –Magnus finalmente destapo su rostro.

Sorprendentemente el de Alec no era de desilusión, él sonreía.

─Magnus, eres el gran brujo de Brooklyn –Dijo sincera y comprensivamente―. Debes de ser seguramente la persona más ocupada de Nueva York.

Eso era cierto solo en parte, sus servicios eran bastante exclusivos, así que podía tener el beneficio de ser selectivo con sus trabajos y clientes.

Hubo un silencio relativamente largo, hasta que Alec lo rompió.

─¿Te molestaría si te llamo esta noche? –Alec miraba a Magnus aun en su regazo.

─Eso me encantaría –Magnus miro los ojos tranquilos de Alec.

─Debo irme entonces.

─Si –Dijo el brujo con pesar.

Alec no dejaba de mirarlo, Magnus quedo un poco hechizado por el tono claro de sus ojos azules, así que tardo en descifrar lo que su rostro decía: No puedo irme si no te levantas, lamentablemente para ambos Magnus lo entendió y se levantó.

Lo acompaño hacia la puerta y cuando Alec tomo el picaporte, Magnus sintió una fuerte presión en el pecho, era como si dejara escapar un gran tesoro, Magnus valoraba los tesoros, definitivamente lo hacía. Entro en una especie de pánico y desesperación, lo tomo del brazo para hacerlo girar, después coloco ambas manos en el rostro de Alec y lo acerco para besarle. 

Lo tomo por sorpresa, pero después de unos segundos, Alec correspondió al beso lo mejor que pudo, lo que Magnus reconoció y agradeció liberando un leve sonido de satisfacción. Alec coloco sus brazos alrededor del brujo, algo que a Magnus le gustaba cada vez más, ya que tal vez lo hacía inconscientemente, pero el abrazo de Alec siempre se sentía protector.

Su teoría fue confirmada cuando unos minutos después se separaron a pesar de haber sido prolongado, sus respiraciones no estaban agitadas, el beso había sido suave y dulce.

─Lo que tienes que hacer –dijo Alec tímido―. ¿Es arriesgado?

─Puedo cuidarme solo, Alexander.

─Sí, es cierto –Alec se sonrojo―. Perdón fue algo estúpido.

─No dije eso –Magnus se aferró más a los brazos de Alec para hacerle saber que era correcta su forma de actuar, que lo aceptaba y que la valoraba―. Solo no quiero que te preocupes.

Alec soltó a Magnus sintiéndose satisfecho, abrió la puerta, antes de bajar por las escaleras volvió a ver al brujo.

─Te llamo esta noche –le recordó.

─Estaré esperando.

Alec no dijo otra cosa, pero no lo necesito, su sonrisa hizo que Magnus ya lo extrañara antes de que terminara de bajar al primer piso.

Suspiro fuertemente.

─Me debes una grande, Santiago.

Murmuro para sí mismo al cerrar pesadamente la puerta.

* * *

Magnus paso el resto de la tarde haciendo llamadas a sus más confiables contactos del reino de las hadas, para el final del día pudo llamar a Raphael para darle un par de ubicaciones donde el vampiro fue visto y probablemente se ocultaba.

─Gracias, Gran Brujo.

─No lo agradezcas, seguramente me voy a cobrar.

─De eso estoy seguro –Raphael colgó.

Magnus termino con unas traducciones y se dedicó a poner unos asuntos en orden en su estudio, siempre había trabajo por hacer, sin embargo considero que por el día de hoy era suficiente, miro la hora en su celular, no era para nada tarde, pensó en la posibilidad de que si Alec llamaba en poco tiempo podría sugerirle regresar para terminar con esa desagradable película o incluso podría llamarlo y pedirle que regresara el mismo, solo tenía que hacerlo ver casual y sofisticado así Alec no notaria que anhelaba verlo de nuevo.
Miraba su teléfono considerando lo anterior, cuando este sonó y vibro en su mano, lo tomo por sorpresa tanto que casi lo hace caer de su silla, algo que no importaba ya que nadie presencio ese pequeño desliz.

Desilusión al ver la pantalla.

─Raphael, parece que ya lo has entendido, te felicito –dijo Magnus―. Pero no abuses de sus propósitos.

─ ¡MAGNUS! ¡TE NECESITAMOS! –dijo el vampiro con una desesperación que Magnus no recordaba haber escuchado en su voz desde hace más de medio siglo―. ¡ESTAN MURIENDO!

─Tienes mi completa atención, Raphael, ahora aclárame ¿Quiénes están muriendo?

─Hizo un abastecimiento privado, Magnus, son alrededor de quince personas, siguen todos vivos, pero muy graves.

─ ¿Dónde? ―Magnus que ya había tomado su abrigo, camino hacia la puerta.

─1ra. Y 15va, hospital abandonado, piso doce. Usa un portal Magnus o no llegaras a tiempo –la voz de Raphael sonaba lúgubre incluso para un vampiro.

─Bien –Magnus colgó.

Al llegar al lugar inmediatamente quedo horrorizado, había alrededor de quince personas, como lo había mencionado Raphael, por una de las habitaciones del piso doce, Magnus se obligó a salir de su asombro para ponerse en acción y tratar de salvar el mayor número de vidas posibles. Los vampiros que acompañaban a Raphael inspeccionaban a cada persona haciéndole saber quién necesitaba su ayuda mágica con mayor urgencia. Magnus miro a Raphael, extendió su mano hacia él para entregarle un papel.

─Aquí trabaja Catarina –Dijo mientras seguía sanando a la pequeña rubia en el suelo―. Los estoy estabilizando, pero deben llevarlos ahí para curarlos por completo.

Raphael asintió y dio las respectivas indicaciones.

─ ¿Lo encontraron? –pregunto Magnus ahora curando a un señor mayor.

─Están rastreando todo el edificio.

─Raphael, deben encontrarlo, está por completo fuera de control.

─Lo haremos –Magnus no recordaba la última vez que miro a Raphael tan furioso con uno de su propia especie.

Magnus continúo con las tareas de sanación, el último en sus manos era un joven de tal vez veinte años, las chispas azules de magia surgían incesantes por entre sus manos, sin embargo, el rostro del brujo reflejaba duda, sus manos dejaron de centellar y miro a Raphael.

─Creo que lo perderemos. ―le dijo con la debilidad ya reflejada en su voz e incluso en el color de su piel.

─Haz lo que puedas ―le dijo Raphael y salió de la habitación a grandes zancadas presumiblemente en busca del vampiro que había provocado tanto daño, dejando a Magnus solo con el joven inconsciente.

Magnus regreso al esfuerzo de sanarlo pese a las pocas probabilidades que tenia de sobrevivir, sin embargo, no estaría en las manos del brujo el que su vida no se haya podido salvar, estaba tan involucrado en sanar al joven que no se percató del sonido creciente que surgió desde una de las enormes ventanas, tampoco de la sombra que se acercaba a él.

Finalmente, el brujo se dio cuenta de que algo no andaba bien, pero fue demasiado tarde, al momento de voltear, el vampiro lo sujeto de los hombros y lo arrojo contra una de las paredes, Magnus sintió que algo se rompió dentro, esperaba que solo hubiera sido la sensación de dolor y no algo real roto dentro de él. Se incorporó tan rápido como le fue posible, o eso intento. El vampiro el cual se notaba había sido un sujeto fornido en su anterior vida mundana, tenía la fuerza de un vampiro fortificada con la sangre recién ingerida, el vampiro se acercó nuevamente a Magnus y este lanzo un rayo de luz azul para que chocara contra su pecho, lo hizo haciendo que el golpe sonara hueco, sin embargo, el vampiro apenas lo noto, Magnus había gastado toda su energía curando a las víctimas de su agresor. Tenía que pensar en algo y lo tenía que hacer rápido o esta bestia lo mataría.

El vampiro se recuperó del mínimo daño que el rayo de Magnus había hecho en su pecho y se lanzó de nuevo contra el brujo, Magnus resignado solo podía prepararse para la envestida. La cual no llego, una luz contrasto con la oscuridad del lugar dejando parcialmente deslumbrados a el vampiro y a Magnus mismo, poco a poco pudo distinguir como el portador de la luz se colocaba frente al enorme vampiro y se agachaba a la altura de su cintura para utilizar su propio cuerpo como obstáculo y hacerlo volar por los aires utilizando su propia fuerza y velocidad en su contra. El vampiro estaba en el suelo y la luz se acercaba a Magnus, cuando estuvo lo suficientemente cerca distinguió que la luz era una piedra mágica y la sombra tan hábil era Alec, el cual coloco su mano en el rostro del brujo.

─ ¿Estás bien? –Alec tallo la comisura de la boca del brujo, no se había dado cuenta que el golpe lo había hecho sangrar.

Magnus miro la sangre en los dedos de Alec y la angustia reflejada en sus ojos azules, nació en su pecho una fuerte necesidad de calmarlo, quiso hacerlo, pero no le fue posible, miro más allá del Cazador y distinguió como el vampiro se incorporaba rápidamente.

─ ¡Alexander! –Advirtió el brujo.

Alec no dudo y salto hacia atrás con habilidad sobresaliente para quedar detrás del vampiro y sujetarlo por la espalda, Alec era fuerte pero al parecer no lo suficiente para someterlo, Magnus miro con horror como el vampiro chocaba deliberadamente con una pared haciendo daño a Alec e intentando que lo soltara, Alec se dio cuenta de que su maniobra difícilmente funcionaria, así que libero al vampiro, el cual giro para dar un zarpazo hacia el cuerpo del joven Nephilim, Alec lo esquivo y apreso su mano para propinar patadas al cuerpo del vampiro, este pareció resentirlo y Alec aprovecho para acercar su luz mágica al rostro del agresor, este aúllo por el dolor que le provoco la luz y sin parar a pensarlo Alec derribo al vampiro sin soltar su mano y se pudo hacer de la otra extremidad, coloco la luz en la espalda del vampiro mientras buscaba un arma en su cinturón, una vez que la alcanzo la puso en el cuello del vampiro.

─Bajo el sello de la alianza, te exijo te detengas.

Magnus pensó que era muy considerado de su parte el intentar negociar con el vampiro pero definitivamente eso no iba a funcionar.
Sus predicciones fueran acertadas, las palabras de Alec al parecer encendieron algo dentro del vampiro, ya que se levantó sin miedo al arma cerca de su cuello y sin miedo al Cazador que la sostenía, hizo a Alec tambalearse hacia atrás y logro liberarse, frente a frente con el Nephilim, Magnus noto que no había forma de salvar a este vampiro y que no le interesaba ser salvado. El vampiro sonrió maliciosamente hacia Alec y nuevamente se preparó para remeter contra él.

Hubo un ruido desgarrador antes del que el enorme vampiro infractor cayera al suelo, Alec miro el cuerpo desplomado y luego a Raphael Santiago al pie del mismo, había roto el cuello del vampiro, Magnus no pudo dejar de pensar que, a estas alturas, esa era la única opción del rebelde, había hecho demasiado daño y Raphael tenía que hacerse cargo antes de que perjudicara al clan completo.

Sin hablar, Raphael se alejó de su víctima y se acercó al joven inconsciente.

─No sobrevivió –dijo –Ese imbécil lo mato.

Magnus se acercó a Alec y ambos miraron a Raphael. Después de salir de su asombro el Nephilim hablo.

─Lamento que hayas tenido que matar a uno de los tuyo.

─No era uno de los nuestros, era un asesino. –dijo y miro hacia Alec con mirada severa―. Y espero que los Cazadores de Sombras lo entiendan.

─Se juzga al infractor –dijo Alec―. No al clan.

─Eso es solo cierto hasta que los Nephilim dicen que es cierto. ―la voz de Raphael fue severa, Magnus deseo haber hablarle más a Raphael sobre Alec antes, para que pudiera ser amable con él. Quien conociera a Alec como él lo hacía ahora, no podía mas que ser amable con Alec Lightwood.

Alec se tensó y Magnus decidió que era momento de intervenir.

─Raphael, debes avisar a La Clave por esta muerte, lo sabes.

─Lo sé –Raphael aun miraba a Alec―. Supongo que debemos de comparar nuestras historias, Cazador de Sombras.

En ocasiones Raphael era un intenso dramático y Magnus ya había tenido suficiente hasta este punto.

─No en realidad –dijo sencillamente el brujo confiado en que Alec estaría de acuerdo con él―. Puedes omitir nuestra cooperación en este asunto si así lo quieres, porque nos retiramos.

Magnus coloco ligeramente su mano en la espalda de Alec para indicarle que era momento de marcharse, Alec aún era fulminado por la mirada de Raphael así que solo levanto una mano tímidamente en forma de despedida y siguió a Magnus.

Salieron de la habitación y Magnus abrió el portal que lo había llevado ahí, en pocos segundos ambos estaban de nuevo en el desván del brujo.

─No esperaba un agradecimiento –dijo sinceramente Alec–. Pero, ¿Cuál es su problema?

─En ocasiones ella es toda una Diva.

Alec no pudo evitar sonreír. Magnus lo miro mientras el brujo tomaba un par de toallas mojadas y le pasaba una a Alec para que limpiara la sangre de sus manos y heridas que ya estaban sanando. Magnus hizo lo mismo con la suya.

Esto sería más sencillo con Magia, pero su poder apenas estaba comenzando a recuperarse del desgaste.

─ ¿Cómo es que llegaste ahí? –pregunto Magnus.

─Bueno, habían llegado reportes de personas desaparecidas en esa área, así que decidí echar un vistazo para matar el tiempo antes de llamarte… ─Alec se congelo, de nuevo había hablado de más, Magnus noto su encantador sonrojo–. En fin, miré la magia que estabas usando en lo alto del edificio, supuse que podrías necesitar ayuda y…

─ ¿Me estás diciendo que fue obra del destino que hayas salvado mi vida?

─Bueno –dijo Alec―. Si hablamos de destino, yo ya estaba involucrado desde que te llame esta mañana, tal vez si me hubieras dicho cuál era tu asunto pendiente te hubiera podido ayudar desde un principio y… no nos hubiéramos arriesgado tanto a que el destino decidiera por nosotros… algo que…

─Así que, lo que dices es: que fue mi decisión tomar la manera difícil de llegar a este mismo punto de nuestro ya escrito destino―. Magnus lo miro suspicaz, ¿acaso le estaba reclamando?

─Tú… preguntaste–. Dijo tímidamente Alec.

Magnus no pudo evitar sonreír.

–Te traeré algo de beber. –se dirigió a la cocina.

Alec se quitó su cinturón de armas y se sentó en el suelo para acompañar a presidente que se había dormido en la alfombra, recargo su espalda en el sillón, estaba realmente cansado y algo adolorido por los malos tratos del vampiro, Magnus regreso de la cocina y se conmovió a ver a Alec acariciando a su gato, se sentó justo a su lado, en esta ocasión no le intereso mantener una distancia prudente, quedaron unidos hombro con hombro. Le extendió la mano con una taza de café.

─Lo siento –dijo el brujo―. Solo tengo instantáneo, y no soy bueno preparando café, o cualquier otra cosa en realidad, espero lo soportes.

A Alec se le ilumino el rostro, Magnus pensó que definitivamente tenía que hacerse con una cafetera y ver la hermosa sonrisa de Alec más seguido.

─Gracias –dijo, pero Magnus distinguió que implicaba un poco más.

Magnus al igual que Alec se sentía como haber estado dentro de un tornado, se estaba curando, pero eso no evitaba que sintiera dolor en el proceso. Magnus chasqueo los dedos y se vieron rodeados de unos almohadones, estaban cómodos y en paz en el suelo, pero Magnus podía hacerlo mejor, Alec rio.

─ ¿Qué? –Pregunto el brujo.

─ ¿Todas nuestras citas van a ser así? –aun por la pregunta, Alec no parecía estar desilusionado.

─Bueno, Alexander –Magnus hecho hacia atrás su cabeza―. Eso lo averiguaremos, ¿cierto?

Alec se sonrojo y sonrió complacido.

─ ¿Quieres que sigamos con la película? –Pregunto el brujo.

─No.

Magnus entendió el porqué de la inmediata negativa de Alec así que no insistió.

─ ¿Qué te gustaría hacer entonces?

Alec no contesto de inmediato, dejo su taza a un lado, y para sorpresa del brujo, tomo a Magnus de los hombros, beso su frente y lentamente lo recostó sobre uno de los almohadones, después se tendió muy cerca de él mirándolo de frente.

─Quiero quedarme aquí quieto hasta que el dolor pase.

Magnus estaba completamente conmovido por la siempre forma tan inesperada de actuar de Alec, acaricio uno de sus pómulos lentamente y se acercó para besarlo. El beso fue lento pero muy intenso, robándoles el aliento a ambos, después de separarse Magnus puso su frente contra la de Alec.

Magnus chasqueo sus dedos una vez más para hacer aparecer una manta para envolver al cazador, era su turno de protegerlo, y hacerle ver que estaba aceptando su oferta.

─No puedo imaginar, Alexander, una mejor forma de continuar con nuestra cita.

Tendidos en el suelo cómodamente, envueltos el uno del otro, pasaron la noche entre lentos y placenteros besos, adoloridos y heridos, ambos deseaban que hubiera muchos días y noches más iguales a esta.


Fin

Gracias a Celeste Kairi por su contribución a este fic. Gracias ♥
Portada por: @Neiara29


MayGraciela♥

Gracias por leer ♥

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Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Esas son citas únicas, totalmente. Es el primer fic en el que veo que utilizas correctamente el termino de Apartamento y no el de Departamento,me alegra eso, aunque si me lo permites te corregiré algo que he visto ya varias veces... ( ho, ha, he) no son exclamativas, no las puedes usar con ese fin, ya que estas son provenientes del verbo Haber (ha y he) la de ho, suena como "jo" y no es del verbo...creo :P. Las exclamativas son: ah!, eh!, oh!; plasman la reacción del sustantivo ^-^ no es para incomodar ni nada, créeme, solo quería que lo tuvieses en cuenta.
    Gracias por subirlo, súper cursi Magnus todo flechado por Alec <3 enamorado de solo verlo respirar, que dulce.-By Mahô

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    1. Ya me lo habían dicho XD y en cuanto tenga el tiempo los corregiré, lo prometo. también lo de Apartamento, eso también ya lo he corregido, te darás cuenta en los fics mas recientes jeje

      Muchas gracias por tus comentarios, me he dado cuenta que has leído gran parte de mis fics, en verdad lo aprecio y espero que sigas leyéndolos aun con mis abominables faltas de ortografía la cual irónicamente no se me da XD.

      Y no me incomodas en lo absoluto, como tu lo dijiste lo hago por amor al arte y porque amo a la pareja.

      Gracias ;D

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  3. hermosa cita alec ahora lo queria proteger










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