CoHF *Malec Parte1
Sebastian
está en movimiento; Se había llevado a cabo el inesperado ataque al instituto
de Los Ángeles, todo parecía indicar que necesitaba a los más jóvenes Cazadores
de Sombras para convertirlos a Oscuros, ningún niño Cazador estaba a salvo, a
esto se le podía agregar la actividad demoniaca que se daba lugar en todas
partes del mundo y de niveles nunca antes vistos por los Nephilims.
*
* * * *
Alec
se encontraba en la enfermería del instituto en Nueva York tras haber estado en
la última batalla dada en las afueras de Idris, donde un sin número de demonios
habían tenido la intención de ingresar al país de los Cazadores de Sombras, los
cuales no se hicieron esperar para salir a la defensa de sus fronteras.
Izzy
cambiaba un vendaje en el brazo de su hermano.
-Esto
no debería ser así –Dijo Isabelle notablemente de mal humor.
-¿Puedo
saber qué es lo que te molesta, ahora? –Dijo a su hermana la cual solo miraba a
la activa tarea.
-Es
solo que… deberíamos de poder ir contigo, es decir, somos un equipo y… ¡SOY TU
HERMANA MALDITA SEA! –La paciencia de Isabelle se desmorono –Si quiero luchar a
tu lado debería poder hacerlo y…
-¡¿Tu?!
–Jace entro en la enfermería justo para escuchar a su hermana quejarse –Yo soy
su parabatai, debería ser
extremadamente muy ilegal luchar sin mí.
-Como
está la situación probablemente pronto podrán unirse a las batallas,
simplemente La Clave no tendrá otra opción –La voz de Alec era sombría –Así que
solo tengan paciencia.
-La
paciencia es tu virtud Alec, no la nuestra –Isabelle estaba usando su estela
para sanar una herida recién descubierta.
-Muy
cierto –Dijo Jace.
Alec
miro a su parabatai.
-Jace
tu… Ya sabes… ¿Tu?
-Lo
vimos cuando al ataque del instituto de los Ángeles –Contesto al fin su hermana
claramente consiente de por quien
intentaba preguntar.
-Se
unió a los Cazadores que contestaron a la llamada de auxilio –Dijo Jace y
agrego –No tenia por que hacerlo pero supongo que tampoco podía quedarse de
brazos cruzados.
-Así
es él –Dijo fácilmente Alec y se dibujo una sonrisa melancólica en su rostro.
–Magnus siempre encontrara la manera de ayudar.
Alec
miraba hacia las sabanas en su regazo.
-Es
solo que con todas estas batallas no he siquiera podido hablar con él y lo he
llamado pero no es algo que pueda decir por teléfono…
-Siempre
terminas colgando –Dijo Jace un tanto burlón –Eso de las No Llamadas no va a llegar a ningún lado.
Alec
le dedico una mirada asesina a su hermano.
-Me
debes un teléfono –Recordó y Jace sonrió.
-Debe
pensar que me rendí con él o algo así –Alec se notaba claramente afligido,
habían pasado unas semanas desde que había terminado con Magnus y se había
encontrado forzándose a tolerar la tristeza y desolación de estar sin él en
medio de problemas, muertes y batallas.
-Calma
–Tranquilizo Jace a su hermano –No es lo más común del mundo pero tengo pensado
ir a verlo y hablar con él.
Alec
lo miro con desaprobación y Jace lo noto rodando los ojos.
-No
le diré nada que no deba decirle, solo quiero explicarle lo que pasa contigo.
-¿Y
qué pasa conmigo exactamente? –Alec lo miro con ojos suspicaces.
-Tú
lo dijiste, no has tenido tiempo de hablar con él y eso. -Y ahora más que nunca puedes morir en cualquier momento, no sería justo
no decirle. Pensó, obligando a su rostro a no preocupar a su hermano del
miedo inminente que había en su corazón, de perder a su mejor amigo.
-Jace.
No. No quiero que le digas nada, no quiero que me ayudes así, por favor.
-Ya
lo decidí –Jace puso rostro solemne. –No queremos que piense que nos rendimos
con él.
Los
tres chicos rieron.
-Bueno
no deberías de pensar en esas cosas. –Dijo Isabelle intentando imitar a su
madre cuando quería reprenderlos. –Tu mente debe de estar clara para las
batallas. Es por tu seguridad.
Alec
sintió las caricias de su hermana a su mano y miro sus ojos al borde de las
lágrimas.
-Izzy…
-Comenzó Alec pero fue interrumpido.
-¿No
crees que podemos cuidarlo?
Aline
entro a la enfermería seguida de su novia Helen y otros dos jóvenes Cazadores
de Sombras. El grupo no se miraba mucho mejor de lo que se miraba Alec pero al menos
estaban caminando, cuando a Alec le habían ordenado permanecer en cama todo un
día más.
El
equipo de cinco del cual Alec formaba parte se había integrado hacia unas
semanas, debido al forzado intento por
sobrevivir a las batallas, sin embargo entre ellos había una lealtad implícita
y desmedida. Podrían no ser familia como lo eran Izzy, Jace y Alec pero ante la
adversidad simplemente se habían creado lazos
de amistad muy poderosos, los cuales eran parte indispensables en el
campo de batalla.
El
equipo estaba formado, además de Alec, por Aline Penhallow, Helen Blackthorn, Oscar
Lovelace y Micah Starkweather. Este último se acerco lo suficiente a Alec para
extender su mano cerrada hacia él y recibir un choque de puños.
-Tu
falta de confianza en nosotros es algo insultante Izzy –Dijo Aline algo
malhumorada.
Isabelle
se encogió de hombros.
-Son
de los equipos más jóvenes y uno de los más eficientes, creo yo –Dijo Jace
pensando en lo mucho que le gustaría pelear en este equipo y aun más a lado de Alec.
Ante
el comentario de Jace la habitación se lleno de una pesadumbres inevitable,
todos eran unos adolescentes pero eso no implicaba ser normales, se miraron
obligados a deslumbrar el futuro incierto, mirando de frente con resignación
hacia su propia muerte. Todos ellos eran Cazadores de Sombras tocados por el
ángel con un futuro predispuesto al nacer para la protección de la humanidad.
-De
nada sirve lamentarnos –Dijo sencillamente Micah –Debemos concentrarnos en
acabar con ese lunático que anda por ahí matando Cazadores, no se ustedes, pero
a mí, me encantaría encontrármelo de frente.
-Pagara
por lo que hizo en los Ángeles –Dijo Aline mientras sujetaba la mano de su
novia. Era muy claro que para ellas el asunto era muy personal.
Todos
asintieron hacia las chicas en un gesto solidario. Micah miro hacia Alec.
-¿Cómo
estás?
-Bien,
creo que es exagerado quedarme hoy aquí.
-Pero
lo harás –Amenazo Izzy a su hermano.
-Nunca
dije que no –Murmuro Alec.
-¿Qué
creen que suceda mañana en Idris? –Pregunto Oscar. El chico era la viva imagen
de un héroe típico de historieta, muy fornido, alto, con cabello rubio y ojos
marrón intenso.
-Es
La Clave –Dijo Aline intentando aclarar un punto, el cual implicaba muchas
cosas y no todas positivas. –Como sea, mañana nos enteraremos. Así que Alec
tienes que recuperarte, y pronto.
-Y
sobre todo debes dejar de hacer ese tipo de cosas. –Micah reprendió a Alec.
–¿Que intentabas interponiéndote entre el demonio Shax y yo? Esa cosa pudo
haberte partido en dos con sus pinzas.
-Estabas
en el suelo Micah –Dijo Oscar justificando el acto temerario de Alec.
-Además,
¿Eras tú? –Dijo Alec, miro a su compañero y sonrió –Creí que eras Aline.
Micah
suspiro y todos rieron.
-Recupérate
Alec –Dijo Helen mientras que Oscar levantaba un pulgar en su dirección y Aline
le sonreía.
-Te
veré mañana –Dijo Micah el cual puso su mano sobre la cabeza de Alec y comenzó
a sacudir su cabello sin amabilidad.
Alec
se quedo quieto con ojos entrecerrados esperando con resignación que terminara
su particular demostración de afecto.
-Debes
dejar de hacer eso –Dijo Alec al haber terminado, mientras hacia su cabello al
frente con exasperación para acomodarlo
–No tengo cinco años.
-Nop.
–Dijo Micah -Los niños de cinco sí se peinan.
Todos
rieron.
*
* * * *
Era un ocaso dorado
en Idris, a lo lejos se contemplaba el lago Lyn, Magnus camino hacia él
intuitivamente, poco a poco pudo deslumbrar que rápidamente el dorado era devorado
por un rojo intenso y que lo que llevaba el cauce del lago no era agua clara e
incolora sino sangre espesa y desconcertante, escucho sonidos desgarradores
provenientes sobre él, miro al cielo y contemplo con horror que se estaba
llevando a cabo una guerra salvaje entre lo que parecía ser ángeles y demonios,
caían de las alturas pedazos destrozados de alas de ángel bañados en sangre,
estaban perdiendo, inevitablemente ellos perderían la batalla, aparto la
mirada, era devastador lo que estaba ocurriendo, la ansiedad lo inundaba cuando
a la orilla del lago distinguió lo que pareciera un cuerpo, Magnus corrió hacia
él, tal vez no era tarde y podría ayudar, su respiración se fue agitando al
distinguir la forma del cuerpo y la brillante cabellera negra, tendido boca
abajo sobre un charco de sangre que corría por el suelo para unirse a la ya
contenida del Lago Lyn, se arrodillo junto al cuerpo y sus peores temores
fueron confirmados, al voltear y distinguir el rostro del chico que yacía muerto
a la horilla del lago: Alec.
Magnus
se despertó exaltado y bañado en sudor, se llevo una mano al rostro, había
soñado con lagos de sangre desde que la pesadilla con
Valentine inicio pero nunca con Alec muerto en sus sueños, se lleno de terror y angustia pero con el sentido común que había adquirido tras haber vivido durante cientos de años, se obligo a sí mismo a convencerse que era resultado de la horrible escena vista en el instituto de los Ángeles, que el temor de que Alec muriera se había vuelto horriblemente vivas tras aquello y que una tarde anterior Jace había ido a verlo para decirle que debería volver con Alec ya que lo necesitaba para mantener su mente en paz y que sus probabilidades de sobrevivir aumentaran.
Valentine inicio pero nunca con Alec muerto en sus sueños, se lleno de terror y angustia pero con el sentido común que había adquirido tras haber vivido durante cientos de años, se obligo a sí mismo a convencerse que era resultado de la horrible escena vista en el instituto de los Ángeles, que el temor de que Alec muriera se había vuelto horriblemente vivas tras aquello y que una tarde anterior Jace había ido a verlo para decirle que debería volver con Alec ya que lo necesitaba para mantener su mente en paz y que sus probabilidades de sobrevivir aumentaran.
Respiro
profundo y se dirigió hacia la cocina, debería
ir al instituto solo para estar seguro, pensó. ¿Pero con qué escusa? Podría ya no ser el novio de Alec pero aun lo
amaba y no había otra cosa que deseaba más que mantenerlo a salvo y con vida,
sabía que lo que Alec había hecho era terrible pero estaba consciente del por qué lo había hecho y no podía
simplemente no entenderlo en parte, en ocasiones sentía que incluso ya lo había
perdonado, sin embargo, eso no significaba que podía volver con él, Alec no
tenía la capacidad de lidiar con la inmortalidad de Magnus y no deseaba hacerlo
sufrir con eso durante toda su vida mortal, Magnus se convenció de que Alec
tenía el derecho de enamorarse de alguien que envejeciera a su lado y pudiera
hacerlo realmente feliz. Había aprendido a renunciar a muchas cosas y personas
a lo largo de su vida y Alec no tendría porque ser una excepción.
En
ese momento un mensaje de fuego apareció ante él:
A algún hechicero
disponible:
Se le convoca en el
instituto de Nueva York para la realización de un portal con permiso ya
aceptado a Alicante, Idris.
Se aceptara cualquier
término monetario que considere satisfactorio.
Con gracias de
antemano:
Maryse Lightwood.
Directora del
Instituto de Nueva York.
El
brujo no dudo y respondió:
Voy en camino.
Magnus
Bane.
*
* * * *
Esa
mañana Izzy, Clary, Jace y Alec la habían pasado entrenando en el instituto, todos contra Alec, había sido el tema
del día, pensaban que era una buena forma de preparar a su hermano y amigo para
las batallas, Alec dudaba en si realmente esa era la razón pero supuso que les
debía eso, ya que se la pasaban sufriendo por su culpa.
Terminaron
su entrenamiento. Después de una ducha, comieron juntos.
-¿Estas
cómodo con Aline y los demás como tu equipo? –Pregunto Clary a Alec que peleaba
con Jace por el último trozo de pizza.
-Hm…
Si, es decir, nos hemos conectado muy bien y cuidamos nuestras espaldas –Jace
levanto ambas manos triunfante, tenía la boca llena con el ultimo trozo de
pizza. Era tan gracioso que Alec no pudo enojarse.
-¿A
quién consideras el líder? –Pregunto curiosa Isabelle.
-Aline,
definitivamente –Alec sonrió al recordar la manera en que los hacía mantener su
cinturón con un número muy específico de armas.
-Me
lo imagine –Dijo Clary y se dibujo una sonrisa en su rostro.
-Bueno,
basta de descanso, tenemos que prepararnos para ir a Idris –Dijo Jace –Estoy
ansioso por escuchar lo que paso en los Ángeles.
-Pobre
niño, algunos pasamos toda nuestra vida sin tocar la Espada Mortal y él a sus
doce años tiene que hacerlo. –Isabelle se mostro reflexiva.
-Es
muy valiente, estará bien –Dijo Alec levantándose de la mesa.
-¿Nos
vemos en el jardín en media? –Dijo Jace.
-Me
parece bien –Concordó Alec.
Los
chicos tomaron caminos separados.
*
* * * *
Alec
había ido a su habitación rápidamente y paso el resto del tiempo en la sala de
armas, lleno su cinturón y tomo su arco, se encamino hacia el jardín, era como
un reflejo involuntario el pensar en Magnus, ¿Cómo estará? Era lo que se preguntaba la mayor parte del tiempo,
le obligaba a su mente y su corazón a ser razonables con el tema, Si quiero recuperarlo, necesito sobrevivir,
se decía a sí mismo al inicio de cada batalla.
Alec
se acercaba hacia donde se encontraban ya reunidos los Cazadores que irían a
Idris.
-¿Dónde diablos esta
Alec? –Escucho a Isabelle preguntar.
-¡Voy
llegando! –Grito a su impaciente hermana.
-¡Alec!
–Una vos surgió desde su espalda.
Se
quedo muy quieto al escucharla, le era en extremo conocida, dio la vuelta y
pudo ver el rostro acompañado de la voz, ambos tan familiares como el propio.
-¿Magnus?
–Alec no cavia en su propio asombro.
Magnus
no se detuvo a realizar saludos, camino directo hacia Alec, y sin detenerse a
siquiera considerarlo lo tomo para acercarlo y lo beso; una mano haciendo
presión en su espalda y la otra sujetando su cabeza, con sus dedos entre el
cabello del chico.
Alec
estaba en estado de shock sintiendo los suaves labios de Magnus contra los
suyos, percibió el fuerte agarre que mantenía en él, el beso se sentía
posesivo, no era algo familiar en realidad, pero después de un momento y viendo
que no tenía intenciones de soltarlo, se dejo llevar respondiendo al beso.
-Alec tenemos que irnos…
Escucho
a su hermana, nuevamente apresurándolo al no verlo llegar.
El
beso aturdió a Alec y Magnus se miraba agitado.
-Magnus,
¿Qué?...
-Tenía
que hacerlo, lo siento –Magnus había sido impulsado por la aun viva imagen del
cuerpo de Alec tendido sin vida junto al lago en sus sueños.
-¿Tenias
que hacerlo? ¿Qué significa eso?
-Significa
que debí haberme controlado y que nunca debió haber pasado. De nuevo me
disculpo –Magnus sonó convincente e hiriente, no necesitaba que se hiciera
nuevas esperanzas con él.
Alec
se soltó del agarre de Magnus sin delicadeza, estaba realmente molesto con él
por lo que acababa de decir.
-¿Y
eso cuando lo decidiste? ¿Antes de besarme? ¿Mientras me besabas? ¿O cuando
dejaste de besarme?
Magnus
no recordaba la última vez que lo miro tan enojado. Decidió no decir nada.
Alec
tomo aire para calmarse.
-Tal
vez para ti no signifique gran cosa, pero ¿Tienes una idea de lo que provoca en
mi? –Alec sonaba realmente consternado, dio un paso hacia Magnus y lo miro
fijamente a los ojos, esos ojos que amaba tanto y que había dejado de ver hacia
tiempo. –O acaso, -Dijo tímido -¿Significa que me has perdonado?
Magnus
se sintió terriblemente culpable por haberlo besado y darle falsas esperanzas.
-Alexander
–Comenzó –No quiero que pienses que estoy enojado contigo, porque no es así,
todos cometemos errores y seria hipócrita de mi parte no entenderlo, en parte
tengo la culpa de lo que paso, sin embargo, eso no significa que debamos de
estar juntos, o por lo menos no como pareja…
-¿No
como pareja? –Alec entrecerró los ojos indagando -¿Qué? ¿Ahora dirás que podemos ser amigos? Porque eso no va a
pasar.
-Tienes
que aceptar que es mucho más factible que lleguemos a ser amigos a que alguna
vez volvamos a estar juntos –La voz de Magnus era indescifrable e igual sus
ojos.
-¿Cómo
puedes decir algo así?
-Alexander,
ahora piensas que es imposible, pero con el tiempo…
-¡¿Eso
es lo que tú haces?! –Exigió Alec – ¿Renuncias a alguien y dejas que el tiempo
haga su trabajo? –Magnus lo miro, su respiración se agito un poco –En una
ocasión dijiste que no estabas listo para dejarme ir, hablábamos de mi muerte
en realidad pero, y ¿ahora?, dices que me perdonas pero que no quieres estar
conmigo, ¿sabes lo que me hace pensar eso?
Magnus
lo miraba fijamente, sus puños cerrados a sus costados pero permaneció en
silencio.
Alec
tomo una gran bocanada de aire y busco el rostro del brujo, necesitaba ver
claramente su reacción ante lo que estaba a punto de decir -¡¿ALGUNA VEZ ME
AMASTE MAGNUS BANE?!
Los
ojos de Magnus estallaron con furia y sujeto a Alec fuertemente de los brazos –¡Por
supuesto que te amaba! ¡Aun te amo! ¡Más de lo que pensé que nunca podría
llegar amar! –Magnus se dio cuenta de lo que acababa de decir y lo soltó,
claramente había hablado de mas.
Alec
se miraba más bien complacido. –Pues mientras sea así, no voy a dejar que me
olvides –La determinación en su voz y sus ojos azules era absoluta –No dejare
de luchar por ti hasta el último segundo de mi vida, no me convertiré en uno más, no si puedo evitarlo, y hare lo
que sea para conseguir que quieras estar conmigo de nuevo.
-Alexander
debes entender…
-Aun
si te fueras lejos, iría tras de ti –Ahora Alec lo sujeto de sus muñecas -Te
buscaría y encontraría aun en el mismo infierno, que no te quede ninguna duda
de eso Magnus Bane.
Hasta
cierto punto a Magnus no le sorprendió la reacción de Alec, era un Lightwood después de todo, recordó la
manera en que hizo hasta lo imposible para encontrar a Jace, ¿Haría lo mismo por mi? Le dio miedo la
respuesta: Claro que sí. Deseo con
todas sus fuerzas nunca tener que averiguarlo, lo que menos quería era ver a
Alec en peligro por su culpa.
Magnus
se zafo de su agarre –Muy halagadoras tus palabras Alexander, ahora si me
disculpas, tengo que hacer un portal.
Magnus
camino hacia los jardines del instituto pasando por un lado de Alec. Alec solo
respiro profundo y camino detrás del brujo para reunirse con los demás
Cazadores de Sombras. Evidentemente Magnus había dejado muy en claro que no
seguiría hablando del tema, así que tuvo que resignarse a seguir su lucha en otra ocasión.
Magnus
camino directamente hacia Maryse y Robert Lightwood los cuales inmediatamente
lo pusieron al tanto de la situación, Jace, Clary, Isabelle y Simón estaban
desconcertados por ver a Magnus ahí y más aún por ver a Alec haber llegado
detrás de él muy cerca como para que no hayan tenido una inevitable
conversación, Alec camino directo a lado de su hermana sin levantar la mirada,
solo se quedo ahí muy quieto, su postura indicaba claramente que no quería hablar,
sus hermanos y amigos respetaron eso. Jocelyn y Luke también se encontraban ahí
y listos para cruzar el portal. Alec sintió una mano sobre su cabeza y como
esta comenzaba a sacudir su cabello.
-¿Y
a ti que te paso? –Dijo Micah Starkweather sonriendo levemente –Te ves
terriblemente devastado.
Alec
lo ignoro un tanto y solo aparto su mano sin preocuparse por reacomodar su
cabello -¿Y tú qué haces aquí?
-Te
extrañe Alec –dijo fríamente y burlándose.
Alec
lo miro con ojos suspicaces –Y que mi arco, que tanto te gusto este ahora en tu
espalda, no tiene nada que ver, ¿cierto?
La
sonrisa de Micah se amplio.
-Tu
madre fue muy amable y dijo que podía tomar lo que quisiera del cuarto de
armas, espero no te moleste.
-Claro
que no –Alec miraba a Magnus comportándose profesionalmente, su indiferencia le
dolía. –Puedes quedártelo si quieres.
Micah
siguió la fija mirada de Alec y pudo notar claramente que miraba a Magnus.
-¿Lo
conoces?
-¿Qué?
-Al
hechicero.
Alec
miro a Micah el cual era de su exacta misma estatura e incluso misma complexión
de cuerpo, su cabello lacio era castaño claro brillante, el cual estaba
estéticamente peinado hacia un lado dejando su ojo derecho parcialmente
cubierto y tenia hermosos ojos verdes muy claros.
-Hmm…
Sí, Él…
-Es
amigo nuestro –Dijo sencillamente Isabelle –Bueno, ahora no estamos en los
mejores términos con él, pero, queremos reconciliarnos.
El
chico sonrió –Pues les deseo buena suerte.
-Micah –Llamo Maryse al Cazador que pudo
ver que el portal estaba terminado –Tu creciste en Alicante, ¿Nos llevarías a
un lugar seguro?
El
rostro del chico se ilumino –Claro – Dijo y camino hacia el portal, claramente
no tenía ningún problema por ser el centro de atención. –La pastelería de la
segunda avenida –Dijo sonriendo y volteo hacia Alec con una expresión traviesa
–Tengo hambre.
-Cuando
no –Murmuro su amigo.
Al
final Micah no los llevo a ninguna pastelería, terminaron en la Plaza del
Ángel, un lugar muy neutral para los que necesitaban subir al Gard, ir a alguna
residencia o incluso ir a la pastelería. Uno a uno fueron aparecieron a través
del portal el último fue Magnus para asombro de todos, Clary se acerco a él.
-No
creí que vendrías con nosotros.
-Fui
convocado como testigo de lo ocurrido en el instituto de Los Ángeles. –Magnus
miro a Simón -¿Y tu vampiro? ¿Tienes permitido estar aquí? No pienso meter las
manos al fuego por ti.
Simón
parpadeo pero fue Jace quien hablo.
-Aline
intercedió por nosotros con su madre para permitir a Simón venir.
-Además
-dijo Micah –Desde la batalla en la Llanura de Brocelind la cual fue ganada
gracias a submundos, los permisos difícilmente son negados.
-Gracias
por la información –El grupo conocía suficiente a Magnus para saber que estaba
siendo sarcástico y grosero.
-¿De…
nada?
Magnus
se dio la vuelta y camino hacia el Gard, Alec tuvo la intención de ir tras él
pero algo de lo cual no estaba completamente seguro lo detuvo, así que,
simplemente lo miro marcharse.
-Me
parece conocido –Dijo Micah al grupo.
-Y
seguramente lo conoces –Dijo Simón al chico simpático. –Él es Magnus Bane.
-¡¿El
Magnifico Bane?! –Dijo con sincero asombro y mirando en dirección a Magnus – ¡Maldición!
Debí haberle pedido un autógrafo.
Alec
soltó una considerable risa, todos lo miraron, actualmente era aun más raro
verlo sonreír.
Alec
pensó que con el humor que tenia Magnus actualmente, era muy probable que el
autógrafo lo hubiera hecho en la frente del chico con letras que brillaran en
la oscuridad.
-Pues
qué bien que no lo hiciste.
-Es
cierto, se miraba de mal humor –Micah puso su mano en la cabeza de Alec para
sacudir su cabello.
*
* * * *
Continuara…
MayGraciela♥
Me encanto! no puedo esperar la siguiente parte.
ResponderBorrarGracias y espero la siguiente parte tambien te guste :D
BorrarGracias!!
Hola hermosa...
ResponderBorrar¿Creerás que estoy leyendo TODO, otra vez?
Un beso Pita =)
creo que somos muchas las que nos volvemos a leer la historia, yo me la he leido ya muchas veces y siempre me emociona. besos
ResponderBorrar