Vacaciones *Malec
Vacaciones *Malec
Alec
se encontraba en su habitación terminando
con los detalles para comenzar su viaje junto a su novio el brujo Magnus
Bane. Hacía horas que se había duchado, uso algo de colonia lo cual era
bastante raro e incluso dedico unas cepilladas más a su muy corto ritual de
peinado, algo que no importaba mucho ya que su oscura cabellera una vez seca
simplemente caía sobre su rostro sin ningún tipo de orden, pero claramente era
algo que no le importaba. Llevaba pantalón de mezclilla y solo para variar
decidió utilizar una camisa de vestir azul abierta sobre una camiseta muy
ordinaria de color negro.
Sobre
su cama ya se encontraba una maleta bastante grande pero del tipo que más bien
se usaría para ir al gimnasio, junto con otra más pequeña y practica con
ruedas. Intento repasar mentalmente si pudiera haber algo que sería importante
llevar y que aun no hubiera empacado, y se reprendió a si mismo pensando en que
si olvidara algo siempre podría comprarlo donde fuera que estuviera o bien aparecerlo con ayuda mágica.
Llamaron
a la puerta y dejo entrar a su hermana.
-Me
alegra que me hallas hecho caso. –Dijo al notar la vestimenta de su hermano.
–Parece que a Magnus no le importa cómo te vistes pero no permitiré que manches
el apellido Lightwood con esos horribles suéteres tuyos.
-¿Mis
suéteres son horribles?
Isabelle
le dedico una deslumbrante sonrisa junto con una mirada llena de ternura, Alec
podría ser el hermano mayor pero en muchas ocasiones pareciera que fuera al
revés.
-Magnus
debe estar fascinado contigo.
Alec
anarco la ceja no había entendido lo que Isabelle estaba diciendo pero no había
tiempo de preguntarle.
-Me
voy, se hace tarde –Dijo mientras tomaba celular, cartera y un juego de llaves
de su buro.
-¿De
qué hablas? ¿No usaran un portal?
-Hoy
no. Al parecer piensa que el viajar como mundanos será entretenido para mi.
-Hiug.
-Isabelle arrugo la nariz.
-Le
hice prometer que si no me gustaba (y creo que así será) usaremos portales.
–Explico a su hermana.
-Menos
mal, suerte con eso.
-¿Suerte
con qué? –Jace entro a la habitación y se tendió despreocupadamente en la cama.
-Viajar
como mundanos –Isabelle puso al tanto a su hermano adoptivo -¿Puedes creerlo?
-Suena
bastante entretenido.
-Lo
mismo piensa Magnus. –Dijo Alec mientras recorría la habitación con la mirada
intentando detectar si podría faltarle algo.
-Las
grandes mentes piensan igual. –Se jacto Jace.
Isabelle
hizo una trompetilla con su boca.
Alec
estaba bastante preocupado como para darle importancia a los comentarios de sus
hermanos.
-Creo
que estoy listo.
-¿Estela?
–Pregunto Jace, para intentar ayudar a su hermano a no olvidar algo sumamente
importante.
-Una
en mi tobillo y dos de repuesto.
-Ese
es mi parabatai. –Jace sonrió.
Se
encaminaron los tres hacia la salida del instituto.
-No
tienen que acompañarme, de verdad.
-Clary
y Simón vienen para acá –Dijo Isabelle –Iremos a taki´s.
-¿Iras
en subterraneo hasta Brooklyn con ese equipaje? –Pregunto Jace pensando en lo
impráctico que sonaba la idea.
-Pensaba
tomar un taxi.
Se
encontraban fuera del instituto, Clary y Simón se les unieron.
-Diviértete
Alec –Dijo Clary al chico que estaba concentrado en la difícil tarea de detener
un taxi.
-Gracias
–Le sonrió.
Alec
suspiro. –Es muy tarde.
-Tranquilo.
–Dijo Simón. –Siempre pueden tomar otro vuelo.
-Supongo.
–Dijo afligido el chico.
No
pusieron mucha atención a la limusina que se detuvo frente al instituto hasta
que el conductor bajo y se dirigió a ellos.
-¿Joven
Lightwood? –Pregunto esperando obtener respuesta positiva de alguno de los
adolescentes.
-¿Si?
–Dijo Alec mirando al hombre uniformado.
-Ho,
menos mal. –El chofer se noto considerablemente aliviado. –Disculpe la
tardanza, esto es un verdadero lio.
El
conductor rodeo la limosina. Y abrió la puerta del pasajero.
-Mi
nombre es Stuart y seré su chofer hoy. –Dijo de manera automática como si lo
dijera seguido y a diferentes personas a lo largo del día y continúo. –Suba por
favor, lo llevare a Brooklyn a encontrarse con el señor…
El
conductor saco una tarjeta de su bolsillo y la leyó para poder dar toda la
información.
-
…Bane. –Y agrego. – ¿Ese es todo su equipaje?
-Emm…
Si.
-Excelente
yo me encargo.
Alec
dio un paso al frente sin salir aun de su asombro pero no fue el primero en
entrar a la limusina.
-¡Valla!
Magnus piensa en todo y en grande. –Dijo Isabelle entrando al lujoso vehículo y
jalando a Simón detrás de ella.
Jace
miro a Clary y le hizo una señal con la mano cediéndole el paso para que entrara
también. Clary volteo hacia Alec como buscando su permiso.
Alec
la miro y sonrió.
-Adelante.
–Dijo sencillamente. –Sera divertido.
Clary
no dudo más y subió seguida de Jace y Alec.
Los
chicos, bromearon y jugaron con todo lo que había dentro, Simón tenía la
intención de descubrir cuál era la función de cada uno de los botones y
palancas que se encontraban sobre el tablero a su lado, cada descubrimiento se
sentía como un triunfo para él. Clary sonreía y miro hacia Alec el cual miraba
la ciudad por la ventana y movía su pierna ansiosamente.
-Alec
se ve muy nervioso. –Dijo a Jace muy bajo para que nadie la escuchara.
-Lo
está. –Dijo Jace mientras miraba a Simón descubrir el compartimiento donde se
encontraban las copas.
Clary
miro a su novio con rostro de desaprobación.
-¿Y
no te importa?
-Tranquila.
–Dijo Jace fácilmente y volteo hacia ella. –Se le pasara en cuanto este con
Magnus.
Taki´s
estaba a unas manzanas del instituto así que no le tomaría mas tiempo al chofer
dejar a los chicos ahí de lo que le hubiera tomado llegar directamente a Brooklyn.
Todos al bajar le dedicaron a Alec la mejor de las sonrisas, suerte y todo tipo
de demostraciones de afecto.
-¡Postales!
–Le sugirió Isabelle a su hermano.
Se
dirigió al departamento de su novio el resto del camino solo, y a bordo del
vehículo que considerablemente Magnus había mandado para él. Alec se sentía
afligido al pensar en el sin numero de cosas que su novio hacia por él día a
día, mientras que él no había tenido ningún detalle significativo hacia Magnus.
¿Qué clase de novio soy? Pensaba y se
auto asigno la tarea de encontrar un excelente regalo para Magnus, fue
despertado abruptamente de sus reflexiones cuando el conductor abrió la puerta
del vehículo y le indico que estaban en su destino.
-Permítame
tocar el timbre.
-No
hace falta. –Indico Alec mientras tomaba su juego de llaves y abría la puerta
principal.
Inmediatamente
sobresaltaron a la vista un par de maletas a juego colocadas al pie de la
escalera.
-Supongo
que puede subir esas maletas –señalo Alec al chofer –Enseguida bajamos.
-Claro.
La
segunda puerta del departamento estaba abierta y Alec se apresuro a entrar,
sintió que poco a poco los nervios se iban. Magnus estaba en la cocina
intentando poner orden a unos papeles sobre la barra. Al levantar la mirada sus
ojos se iluminaron por la imagen de Alec.
-Hola
guapo, llegue a pensar que me plantarías.
-¿Por
eso mandaste a buscarme? –Alec sonrió y Magnus ya lo tenía en sus brazos.
-Intente
ser sutil –Dijo el brujo en los labios del Cazador –No quería verme
desesperado.
Magnus
y Alec comenzaron a besarse, cada uno haciéndole saber al otro lo mucho que
habían deseado este encuentro desde que la tarde anterior se habían despedido
para reunirse hoy. El beso fue bastante eufórico, sabían que estaban solos así
que Magnus se tomo la libertad de levantar la camisa del chico para sentir la
piel desnuda de su espalda mientras que Alec besaba fervientemente el cuello del
brujo. Magnus regreso a los labios de Alec e hizo uso de toda su voluntad para
separarse de ellos.
-Tenemos
que irnos –Dijo el brujo a su novio mientras besaba su frente.
Alec
asintió, estaba sonriendo, volteo a la salida y pudo ver algo que extrañamente
no había notado cuando entro: Una montaña de equipaje llena de maletas a juego
y que contaba incluso con un baúl de los que Alec solo recordaba a ver visto en
películas de época.
-¿Llevaras
todo eso? –La duda entro en el rostro de Alec, tal vez había escuchado mal el
tiempo planeado de viaje. -¿Cuánto tiempo nos quedaremos?
-Un
par de semanas, tres con suerte –Dijo despreocupado Magnus mientras tomaba
algunas cosas de distintas partes del departamento. -¿Por?
-No,
por nada –Lo menos que le preocupaba era una enorme montaña de maletas. Lo cual
en cierta forma era lógico ya que se trataba de Magnus Bane -¿Y presidente?
-Le
pedí a un amigo brujo que lo cuidara, vino por él hace un par de horas –Magnus
miro a Alec -¿Querías despedirte?
Alec
soltó una risa que rosaba en carcajada al imaginarse él mismo despidiéndose del
pequeño gato de su novio afectuosamente.
-Si
presidente es capaz de soportarlo, tendré que hacer lo mismo.
-Se
fuerte Cazador de Sombras. –Dijo Magnus con un ademan dramático.
Alec
miro de nuevo la montaña de maletas.
-¿Llevas
suficiente purpurina? –Dijo intentando sonar serio. –No quisiéramos que te
desborres entre la multitud.
-Siempre
hay maneras de conseguir más. –Magnus levanto su mano e hizo salir de ella unas
pequeñas chispas de color azul.
Alec
rio y miraba con mucha atención hacia Magnus y su pequeña demostración de
Magia. Le encantaba. Simplemente le encantaba Magnus como persona, como brujo y
como su novio. Todo en él le parecía fascinante algo que nunca había sentido
hacia otra persona. Mientras él se distinguía por ser común y de perfil bajo, Magnus meramente brillaba ante las multitudes sobresaliendo sin mayor esfuerzo con
su presencia, ya sea por su apariencia, la cual era para Alec increíblemente buena o por su manera de hablar,
dirigirse y tratar a los demás con cierta arrogancia lo cual sin duda también
le encantaba, pero siempre buscando la manera de ayudar desmedidamente.
Alec
miraba fijamente a Magnus mientras pensaba en lo mucho que le gustaba su novio.
No se percato de que Magnus lo miraba fijamente de igual manera, una vez que
noto su poderosa mirada salió de sus profundos pensamientos e intento sin éxito
disimular el claro aturdimiento que había tenido ante la imagen de su novio.
Finalmente Magnus hablo.
-¿Sabes?
Nunca había anhelado el tener algún tipo de habilidad especial por sobre las
magnificas que ya poseo. –Dijo mientras caminaba hacia Alec con una clara
sonrisa. –Pero desde que te conocí, me he encontrado en muchas ocasiones
deseando poder tener la habilidad de leer la mente.
Magnus
se encontraba ahora cerca de Alec y acaricio la frente del chico con la yema de
su dedo índice.
-Debe
de haber cosas fascinantes ahí adentro. ¿Me dirás lo que estabas pensando?
Alec
entrecerró los ojos.
-¿De
qué hablas? Tienes una extraña habilidad para saber en lo que estoy pensando.
-La
mayor parte del tiempo así es, dices lo que piensas pero… hay ocasiones en las
que no puedo descifrarte y… son las cosas que no dices las que me intrigan.
-No
pensaba en nada malo.
-De
eso estoy seguro, y es por eso que deseo aun mas saber en qué pensabas.
Alec
no tenía ninguna intención de exponerse aun mas ante el brujo, además, Magnus
estaba muy cerca como para ser capaz de pensar en alguna otra cosa que no
fueran sus labios. Alec lo sujeto del cuello y lo acerco para besarlo. Sintió
en la boca de Magnus una sonrisa y de inmediato le correspondió el beso
aportando su experiencia y provocando en Alec sensaciones aun nuevas pero
bienvenidas.
El
beso se intensifico y Magnus ahora sin poder contenerse empujo al Cazador hacia
una de las paredes para apresarlo y sentir su cuerpo musculoso contra el suyo,
Magnus se las arreglo para poder levantar la camiseta del chico y sentir
nuevamente la piel suave de su espalda, pero no era suficiente y traslado sus
manos hacia su pecho y bajo a su torso donde sintió la forma cincelada de sus
abdominales resultado de arduas horas de entrenamiento y batallas. Magnus no
tenía ninguna intención de soltar a Alec el cual estaba claramente entregado de
igual manera al momento.
Alec había considerado esto desde que él y
Magnus empezaron a salir oficialmente, era algo que deseaba, le ilusionaba la
idea de tener su primera experiencia con él, y estaba consciente de que al
viajar con su novio era inevitable no pensar en ello, algo que no le gustaba
hacer, se conocía lo suficiente como para saber que entorpecería la situación
si pensaba lo suficiente o demasiado en ello, así que decidió que la mejor
forma de vivir la experiencia anhelada era sencillamente no pensar y dejar que
ocurriera. Alec se percato de que Magnus estaba ahora concentrado en la tarea
de despojarlo de su ropa, al parecer el momento había llegado y al parecer, no
estaba tan listo como creyó haberlo estado, ya que de manera casi automática
sujeto las manos del brujo las cuales se encontraban sorpresivamente intentando
desabrochar su pantalón y las palabras que surgieron inmediatamente de su boca
fueron completamente extrañas y alejadas de la situación.
-Muero
de hambre. –Dijo Alec casi al instante en que se dio cuenta de que no tenía
idea de lo que estaba diciendo.
Magnus
lo miro asombrado pero de inmediato supo lo que pasaba, no está listo pensó, así que dejo que Alec le apartara las manos y
solo sonrió dulcemente a su novio, beso su frente y se resigno a dejar pasar la
ocasión.
-Claro…
ahm… podemos ir a comer antes de irnos.
-No.
No es necesario, es decir, ya es muy tarde y perderemos el vuelo. -Y no tengo hambre pensó el chico.
-En
realidad cambie de opinión.
Alec
se asusto un poco. -¿Respecto a qué?
-No
quiero arrastrarte a un tedioso viaje mundano –Magnus regreso a la tarea de
terminar de juntar sus cosas. –Se me ocurrió algo mejor.
Era
bastante evidente que había decidido no contarle cuales eran los nuevos planes,
así que Alec renuncio a la idea de enterarse inmediatamente.
-Lo
que quieras hacer esta bien para mí.
*
* * * *
-Esto
es genial –Dijo Alec mientras miraba hacia el horizonte sin poder distinguir
más que mar y cielo claro.
-Sabía
que te gustaría.
Se
encontraban a bordo de un lujoso e impresionante yate el cual se conducía con
ayuda mágica permitiéndoles disfrutar del buen clima, la compañía mutua y las
delicias propias del mar.
-Y…
¿tenemos destino? –Pregunto Alec con su muy particular curiosidad sincera.
-Vamos
al Caribe, a una pequeña isla, tengo una casa ahí. Creo que te gustara.
-También
lo creo.
Pasaron
tres días en el muy bien equipado bote, disfrutando de las noches llenas de
besos, caricias y conversaciones fascinantes de parte de ambos, y en las que
había surgido la frase muero de hambre
en varias ocasiones, ya que se había convertido en la muy particular forma de
Alec para terminar de manera abrupta sus intensos momentos de pasión. Lo que
extrañamente a Magnus en lugar de molestarle le parecía increíblemente adorable
y gracioso.
Al
llegar a la isla Alec noto que la casa
era más bien una enorme mansión sobresaliente entre la abundante vegetación del
lugar, había pasado ya bastante tiempo con Magnus como para no haber esperado
algo como esto y dejar que lo sorprendiera.
-¿Qué
te parece? –Pregunto a su novio esperando claramente una reacción aprobatoria.
Alec
intento pensar en algo realmente bueno para hacerle saber a Magnus lo mucho que
le gustaba el lugar pero solo podía pensar en una palabra.
-Es
perfecto.
El
rostro de Magnus se ilumino, al parecer había logrado complacer a su novio con
su comentario.
-Ven,
te mostrare el lugar –Dijo emocionado y tomo la mano de Alec para jalarlo hacia
la casa.
-El
equipaje –Le recordó Alec, a lo que Magnus se detuvo solo para chasquear los
dedos.
-En
la habitación. –Y siguieron su camino.
Magnus
lo encamino por un sendero que llevaba a la mansión y le explico sobre
distintas plantas y aves que se encontraban entre la fauna y flora del lugar,
la mansión estaba estratégicamente ubicada para que al salir por la puerta
trasera tuvieras acceso a una pequeña parte de la playa, se miraba en tal
sincronía con el inmueble que pareciese que la playa fue puesta ahí después de
la casa, para satisfacer el gusto de alguien.
Entraron
a la casa y Alec miraba encantado como Magnus se esmeraba en mostrarle todo el
lugar. Le explico que había personas que se encargaban de la limpieza y
mantenimiento de la casa pero que llegarían hasta la siguiente mañana, se
detuvieron en el descanso de las escaleras para que Alec pudiera apreciar una
hermosa pintura que ahí se encontraba. Magnus noto un inesperado cambio en la
postura de su novio.
-¿Qué
pasa?
Alec
miraba hacia la puerta de la casa.
-Es
solo que…
Magnus
pudo comprobar por sí mismo lo que andaba mal.
Se
escucharon crujir las ventanas y pedazos de cristales volaron por todo el
lugar, dando paso a un número considerable de demonios de apariencia
abominable.
-Rapiñadores
–Dijo Alec y se coloco frente a Magnus para protegerlo.
Las
creaturas parecieron no notar a los dos chicos sobre las escaleras a excepción
de uno que se lanzo sobre ellos violentamente. Alec se inclino para tomar algo
de su tobillo y una vez que lo alcanzo, Magnus pudo distinguir una daga la cual
lanzo hacia la bestia haciéndola dar un grito desgarrador y sacándola de esta
dimensión. Alec tomo a Magnus del brazo y lo jalo hacia el segundo piso.
-¿La
habitación? –Pregunto rápidamente y Magnus señalo la puerta que estaba al final
del pasillo.
Sin
soltar a su novio corrió hacia la puerta y una vez adentro alcanzo una de sus
maletas la cual para sorpresa de Magnus estaba llena de armas propias de un
Cazador de Sombras, con mucha rapidez tomo su cinturón junto con unas cuantas y
se dispuso a salir a enfrentar a los demonios seguido de Magnus.
-No.
Por favor quédate aquí.
-Eso
ni pensarlo, no te dejare enfrentarlos solo. Alec puedo ayudarte.
-Pero…
Alec
no termino su frase un rapiñador entro por la ventana directamente hacia
Magnus, Alec no dudo y se interpuso entre su novio y la amenaza, los
rapiñadores eran más bien estúpidos y no miro la daga que Alec coloco
estratégicamente frente su cuerpo, la creatura se abalanzo directamente sobre
ella, acabando con su presencia en esta dimensión él mismo. Rápidamente el
cuarto se lleno de estas creaturas y Alec se puso en acción. Magnus miraba
asombrado como Alec terminaba con cada una de las creaturas una por una con
sublimes movimientos, Magnus podría ser muy poderoso pero no tenía la rapidez
con la que contaba Alec y con este tipo de demonios esa era la clave de la
victoria.
Las
manos de Magnus se rodearon de un aura azul y ponía extremada atención
alrededor de Alec, al parecer no necesitaba de su ayuda pero no esperaría a
averiguarlo, Magnus comenzó a lanzar saetas de luz a través de la habitación
para acabar con la amenaza, pasaron solo unos minutos antes de que la
habitación estuviera libre de demonios.
Alec
termino con el último y de inmediato miro hacia Magnus para cerciorarse de que
no estuviera herido. El brujo lo miraba con asombro y le dedico una sonrisa
para indicarle que todo estaba muy bien, pero aun así noto algo diferente en su
mirada.
Alec
respiraba agitadamente y aun con su mirada fija en el brujo inesperadamente
dejo caer al suelo su cinturón de armas y camino a grandes zancadas hacia
Magnus, en un segundo estaba sobre él, ambas manos sujetaban su rostro y sus
labios firmes contra los suyos, Magnus no espero y correspondió al beso de
manera eufórica, al parecer la adrenalina seguía presente en los dos. Las manos de Alec habían perdido la gentileza
que las caracterizaban, ahora efusivamente intentaba despojar a su novio de su
vestimenta, comenzando con la camisa de botones, la cual empezó a desabrochar
pero decidió no esperar y solo abrirla ferozmente destrozándola para dar paso a
sus manos hacia el pecho desnudo de su novio. Sus labios dejaron los de Magnus
y se aventuraron hacia su cuello, bajando por su pecho en su totalidad
descubierto. Magnus sintió que su cuerpo ardía al ver al Cazador comportándose
de esta manera, y agradeció silenciosamente el aire fresco que entraba por las
ventanas rotas, se acerco mas a Alec y coloco sus manos lentamente por debajo
de su camiseta, pero el chico no tenía ninguna intención de esperar, se despojo
él mismo de ella para asombro de Magnus, el cual lo tomo fuertemente entre sus brazos
para poder sentir su piel desnuda junto a la suya y dejando que sus labios
recorrieran libremente su cuerpo. Alec comenzó a encaminar a Magnus hacia la
cama sin despegar sus labios del cuerpo de su novio, se las ingenio para
recostarlo en las almohadas y tumbarse sobre él, El brujo miro los ojos de Alec
oscurecidos de pasión. Alec ahora tenía más acceso al cuerpo de Magnus y sin
dejar de besarlo lo que provocaba que el brujo arqueara su espalda de placer al
sentir su cuerpo junto al de él. Termino con la tarea de desprenderlo del resto
de sus ropas y la propia. La habitación se había oscurecido por la puesta del
sol en el horizonte y las ventanas destrozadas dejaban entrar la agradable y
requerida brisa del mar.
Magnus
estaba perdido en los brazos de Alec, de lo único de lo que era consiente era
del latido de su corazón, de la tibia piel de Alec haciendo arder la propia y
de la gentileza devuelta a sus manos, las cuales trazaban incansables una y
otra vez cada parte de su cuerpo, sus labios, su aliento todo en perfecta
sincronía para hacerlo sentir sensaciones que no podía recordar haber sentido
antes. Sus manos sujetaron ferozmente la espalda de Alec mientras se fundía
contra él y percibía claramente, como nunca antes lo había hecho, cada una de
sus marcas de guerrero.
*
* * * *
Magnus
se despertó con la luz del sol brillante entrando por las ventanas, le tomo
unos segundos percatarse de Alec que dormía placenteramente a su lado, su
respiración era calmada y su rostro estaba relajado como nunca pensó haberlo
visto antes. Tomo una de sus batas con ayuda mágica para salir cuidadosamente
de la cama, de igual manera reconstruyo las ventanas pero las dejo abiertas
para que siguiera fluyendo la muy grata brisa, reorganizo todo en el lugar en
menos de diez segundos sin dejar rastro del pasado ataque demoniaco, bajó al
primer piso para hacer acto de presencia ante los encargados, después de dar
unas indicaciones subió nuevamente a su habitación, cuidadosamente se recostó
junto a Alec el cual estaba sobre su espalda con una mano sobre su estomago
descubierto y las mantas hasta su cintura, su otra mano libre al costado,
Magnus la movió cuidadosamente para poder recostarse sobre ella, y colocar su
rostro en el cuello del muchacho.
Cuando
Alec despertó un par de horas después inmediatamente se percato de Magnus
recostado ahora sobre su pecho, se sentía extraño, era la primera vez que
despertaba al lado de alguien, alguien con el que había pasado toda la noche,
supuso que era el tipo de cosas que hacías cuando estabas enamorado y la
relación se convertía en algo serio, era bastante agradable esta nueva
sensación, una de esas cosas de las que te puedes acostumbrar fácilmente. Le
fue inevitable hacer que su mente regresara a la noche anterior, recordando
cada momento e intentando grabarlo fielmente en su mente, había tenido su
primera experiencia y no podía dejar de pensar en que no podría haber sido más
perfecta.
-¿En
qué piensas? –Magnus lo tomo por sorpresa despertándolo de sus pensamientos.
-Ahm…
Nada. –Sintió como el rubor tomaba sus mejillas.
Magnus
lo noto y le fue imposible no sonreír. Sabía perfectamente en que pensaba.
-Bueno,
¿Quieres que bajemos? –Magnus beso tiernamente al chico y definitivamente no
pudo dejar de agregar. –Debes de estar muriendo
de hambre.
Alec
noto claramente la burla en su comentario y aun así le fue imposible contener
su risa.
-Supongo
que merezco eso.
Sus
rostros estaban muy cerca, Magnus miraba fijamente a los hermosos ojos de su
novio y se perdió en el azul profundo. Alec noto esa mirada que le recordaba lo
mucho que lo amaba y lo feliz que lo hacía, esperó poder tener la capacidad de
igualmente hacerlo feliz.
-Y
No. No tengo hambre –Dijo Alec un tanto hosco mirando fijamente a su novio. –En
lo absoluto.
El
chico lo tomo entre sus brazos acercándolo a su cuerpo y comenzó a besarlo
efusivamente. No tenía la intención de soltarlo o siquiera salir de la
habitación por un largo, largo rato.
*_*
MayGraciela
♥
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ResponderBorrarSe borro un comentario :( ok error, error, error mio, mil disculpas, problemas tactiles sobre un cel... De verdad perdon. :[
Borrarupss, borraste el comentario anterior :P ... no hagas eso con los mios :( los escribo con sentimientos, no los mates!! (risa) mentiras, normalmente pasa eso cuando ingresas con tu phone ;) ya pasara...aunque no volvieron a reparar el mensaje...
ResponderBorrarOhhh que lindo Alec "muero de hambre" (risa) una autentica y original forma de salir de esa situación, muy tierno. Como capitulo cerrado de sus vacaciones, estuvo muy claro,me a gustado un montón, Gracias ^-^ -By Mahô
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarMorí de ternura
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