No dejare de luchar por ti *Malec

-Podrías por favor darte prisa. –Jace esperaba a Alec en su habitación, estaba recostado sobre la cama con ambas manos bajo su cabeza, vistiendo un esmoquin y claramente ansioso.

Alec salió del baño, vestía un traje negro sobre una camisa azul y corbata del mismo color en un tono más oscuro, su cabello aun húmedo caía sobre su rostro, se sentó a la horilla de la cama a lado de su hermano.

-Tal vez esto no sea tan buena idea.

-¿De qué hablas? Mira, como sea, le prometiste a Clary que irías, y yo le prometí que te llevaría aunque fuera inconsciente.

-Clary no me necesita ahí, en realidad y…

-Clary te quiere ahí, al igual que a Izzy y Simón, es un día importante para su mama y por lo tanto también para ella y sin mencionar para Luke. –Dijo Jace empezando a perder la paciencia. –Ya te dije, te llevare por las buenas o por las malas.

Alec suspiro y puso sus manos en su rostro. Jace sonrió.

-Es increíble que tengas miedo de encontrarte con Magnus. Después de lo que hiciste en el Salón de los Acuerdos, llegue a pensar que nada nunca te volvería a apenar, así que esto es algo tonto, ¿No crees?

-Bueno en ese entonces Magnus no me odiaba.

-Tampoco ahora. –Jace se noto molesto por el comentario de Alec. –Y tú lo sabes.

-No estoy tan seguro –Alec hablo aun con sus manos en el rostro.

Jace se coloco a lado de su hermano y puso una mano sobre su hombro.

-Se supone que querías esto, la oportunidad de hablar con él, ¿recuerdas?

-Supongo –Dijo Alec con resignación.

-Además, mírate, Magnus se lanzara sobre ti. –Jace sonrió a su parabatai  y se levanto para dirigirse a la salida.

-Sí, se me lanzara para romperme la cara.

Jace se detuvo a medio camino y voltea hacia Alec con desesperación.

-¡Ha por el Ángel!, Alec ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Alec no pudo evitar sonreír al pensar en el último comentario, sin duda había un sin número de escenarios aterradores cuando se hablaba de un brujo, uno tan poderoso y de tan particular carácter como lo era Magnus Bane.

Alec por fin se levanto y camino hacia su hermano, lo miro al rostro.

-Está bien, solo promete que si me convierte en rata no dejaras que Iglesia me coma.

Jace lo considero, una promesa era algo importante.

-Claro, lo que sea por mi parabatai. –Dijo al fin y sonrió ante la mirada de desaprobación de Alec tras la tardanza en su respuesta.

-Muy gracioso –Dijo y ambos se dirigieron a la salida.

* * * * *

Magnus se encontraba en una mesa cercana de la principal, donde podía ver claramente a Luke con su prometida Jocelyn, compartía la mesa con Raphael Santiago, la cual tenía la mitad de los lugares vacios, frente a él ya se encontraba una gran cantidad de copas vacías. Magnus miro al lugar desocupado a su lado y tomo el letrero frente a él.

-¿Es una broma? –Le dijo a Raphael, mostrándolo para que leyera la asignación: Reina Seelie.

-Luke es el líder de la manada de lobos, es diplomático invitar a las cabezas de cada reino. ¿No estamos nosotros aquí?

-¿Me estás diciendo que Luke y tu no son íntimos? ¿Y que no te invito solo para disfrutar de tu encantadora compañía?

Raphael suspiro, con el humor que traía Magnus esta iba a ser una noche muy larga.

-No deberías de tomar tanto. –Raphael miro las copas frente a Magnus.

-No deberías decirle a todo el mundo que deberían hacer.

Magnus levanto su mano para que le sirvieran mas vino.

-Si bailas sobre la mesa, esta vez sí lo voy a grabar, te lo advierto.

-Lo estoy seriamente considerando, solo para brindar un poco de ambiente, esta fiesta está más aburrida que El Dumort por las mañanas soleadas. ¿Entiendes lo que digo?

Larga, muy larga pensó Raphael.

-Si tanto te molesta, no entiendo que haces aquí.

-Tú lo dijiste: Diplomacia.

-Pues, tu Diplomacia, aun no llega y seguramente se sentara por allá, en la mesa de los niños.

Raphael señalo hacia una mesa al otro lado del salón donde ya se encontraban Maia, Jordan, Izzy, Simón y Clary.

Siempre a la yugular pensó Magnus.

-Por tu bien, ignorare ese último comentario.

Magnus había vaciado al menos otras tres copas de vino. Raphael no pudo evitar pensar en que esto no terminaría nada bien.

Luke se acerco a ellos.

-Raphael, Magnus, les agradezco que hayan asistido, supongo que tenían cosas más…

-Oye Luke, no quiero romper tu corazón ni nada –Dijo Magnus y tomo el letrero que estaba frente al asiento vacío a su lado. –Pero no va a venir, pensé conveniente que alguien te informara.

La pronunciación en las palabras de Magnus ya hacía notar el considerable número de copas que había tomado.

-Ho bueno, pero no queremos ofender a la reina de las hadas, no invitándola.

-¿Y por qué me ofendes a mí, intentando sentarla a mi lado?

-Tecnicismos –Dijo Raphael –Serias unos de los pocos que podría sobrevivir a alguno de sus berrinches.

-Bueno, si son tecnicismos –Dijo Luke con su muy particular amabilidad –Pero no de esa especie, veras, queríamos asegurarnos de que cada invitado tuviera un lugar asegurado, pero eso no significa que no puedas cambiar de mesa. Clary está por allá con sus amigos, ¿Por qué no vas a saludarlos?

Raphael ahogo una carcajada.

-Ho no, no, no. Eso sería mucho peor que Magnus intentando regresar a Perú.

Magnus miro a Raphael, estaba furioso, de verdad furioso. ¿Cuándo se había convertido en la burla de este remedo de ser viviente? Respiro profundo y miro a Luke, después de todo ¿Quién era él para arruinar tan importante ocasión?

-Está bien Luke, no podre quedarme por mucho tiempo, espero lo entiendas.

-Claro Magnus, no tengas cuidado y de nuevo, gracias por haber venido.

Jocelyn se les unió en ese momento, saludo a Magnus, Raphael y al resto de la mesa. Nuevamente Magnus se disculpo por retirarse temprano, la pareja se mostro comprensiva y continuo a la siguiente mesa para seguir con los saludos a sus invitados.

Magnus los miraba alejarse tomados de la mano Irritantemente felices pensó, fue distraído por el chico lobo que se acerco a servir mas vino, el cual a falta de práctica de dicha tarea, derramo la mitad de las copas que traía sobre su bandeja.

-¿No puedes ser mas inepto? –Soltó Magnus claramente sin pensarlo y bajo los ya inevitables efectos del alcohol.

Raphael miro al chico y noto como contuvo su frustración mirando fijamente hacia Magnus No lo hagas, pensó, y bajo toda probabilidad el chico lobo solo se disculpo y se alejo. Bien, pensó Raphael imaginándose al pobre lobo siendo víctima de la furia sentimental de Magnus Bane.

Raphael miro hacia la puerta.

-Diplomacia a las nueve –Dijo.

Magnus levanto la mirada y miro entre la multitud a Alec y Jace entrando al salón, y sintió que no pudo mas, era una horrible fiesta, con una horrible compañía, un horrible servicio y no tenia por que soportarlo.

-Discúlpame –Dijo a Raphael y se levanto torpemente de la mesa.

Como pudo, Magnus llego a la puerta de servicio al otro lado del salón, la empujo para poder salir y tomar aire, necesitaba aire fresco con urgencia, se recargo en la pared ya que le era algo complicado mantenerse en pie sin ayuda, intento pensar el alguna razón por la cual había decidido asistir a esta fiesta que difícilmente tenía algo que ver con él, pero recordó la forma en que Jocelyn prácticamente le suplico que fuera, recordándole lo que había hecho por ella a lo largo de más de una década, se resigno a tolerar el resto de la noche.

Escucho la puerta abrirse detrás de él.

-¡Oye tu! –El chico lobo apareció, claramente furioso.

-Disculpa –Dijo Magnus mirando al chico sin interés –No creo tener el no gusto de conocerte.

-Soy al que acabas de insultar, payaso.

-¡Ha! –Dijo Magnus como si hubiera ganado algo –El inepto, ¿En qué puedo ayudarte? Aunque en este preciso momento, debo advertirte, que mis habilidades podrían fluctuar un poco.

Magnus sonrió socarronamente.

-¡En nada! Y voy a borrar esa maldita sonrisa tuya.

El chico se abalanzo sobre Magnus con su puño dispuesto a cumplir su objetivo, pero su mano choco violentamente no contra el rostro del brujo, sino contra otra firme y fuerte que se interpuso en su camino. El chico se doblo de dolor al sentir el potente agarre en su puño, al mirar hacia arriba pudo ver a otro muchacho de cabello negro y feroces ojos azules.

-¡Suéltame! –Le exigió al extraño frente a él.

Alec lo soltó y el chico se tambaleo hacia atrás sujetando su mano lastimada.

-No sé porque estás haciendo esto, pero créeme, te hago un favor.

-¡Si no sabes lo que pasa aquí, ¿Por qué te entrometes?!

-¡Idiota! –Dijo Alec claramente perdiendo la paciencia –Él es Magnus Bane.

Los ojos del chico se abrieron por el asombro.

-¿El Gran Brujo de Brooklyn? –El joven lobo miro hacia Magnus que estaba detrás de Alec y se lleno de rabia al verlo de nuevo con su clara sonrisa burlona. –Pues no me interesa, ese imbécil me insulto y le hare pagar.

-¿He? –Dijo Magnus arrastrando las palabras –Yo lo llamaría más bien una objetiva y acertada observación a tu persona.

Alec que le estaba dando la espalda a Magnus se dio cuenta de inmediato que estaba claramente pasado de copas y sugerirle que se guardara sus comentarios era completamente absurdo e inútil.

-Solo vete –Le sugirió al chico lobo.

-¡No! Y esto no es asunto de Nephilims, así que quítate de mi camino.

Alec no tenía ninguna intención de discutir con el irracional lobo, así que se acerco a él y lo tomo fuertemente del cuello de su camisa.

-No, esto no es asunto de Nephilims –Dijo mirándolo fijamente –Esto es asunto mío.

Alec lo soltó esperando que se resignara y se fuera pero al parecer eso no iba a pasar.

-¡Que te hagas a un lado!

Alec resoplo y con voz calmada miro fijamente al lobo.

-Mira, no dejare que le pongas una mano encima, así que tú decides.

-Decide bien cachorro –Dijo Magnus desde atrás de Alec y no ayudando en lo absoluto.

¿Quedarse callado?, por supuesto que no, pensó Alec.

Alec intento razonar de nuevo con el lobo, por su propio bien.

-Mira, se que a veces él puede ser… -Alec se interrumpió para buscar la palabra.

-¿Maravilloso?, ¿Encantador?, ¿Magnifico? –Intento completar la frase Magnus.

-…Irritante –Termino Alec y escucho al brujo dar un gemido de desilusión –Pero te aseguro que es por el exceso de alcohol en su sistema, para mañana no recordara nada, así que, ¿por qué no simplemente lo dejas pasar?

-Te conozco –Dijo el lobo asombrando a Alec –Eres amigo de la hija de Luke.

-Si, Clary es amiga nuestra.

-Bien –Dijo el lobo –Lo dejare pasar, tienen suerte.

Se dio la vuelta y comenzó a alejarse.

Magnus después de unos segundos soltó una gran carcajada que resonó en todo el callejón.

-¡Tenemos suerte! –Siguió riendo escandalosamente sin ninguna intención de callarse.

Alec miro al joven lobo que caminaba aun cerca y noto como se tensaba por la clara burla de Magnus, sin embargo, siguió su camino.

Alec volteo hacia Magnus con mirada de desaprobación.

-Ya se fue, puedes dejar de reírte.

Magnus al escucharlo corto tajantemente sus carcajadas y aclaro la garganta, miro fijamente a Alec pero no fue el primero en hablar.

-¿Qué pretendías? Sabes que los lobos atacan en manada.

Magnus solo lo miraba.

-¿Qué? –Pregunto Alec.

Mirada de gato aun fija en el cazador.

-¿No quieres hablarme?

No hubo respuesta.

-Bien, buscare un taxi para llevarte a casa. –Alec se dio la vuelta para acercarse a la calle.

¿Un taxi? –finalmente hablo el brujo –Claro que no, hare un portal.

Alec miro de nuevo a Magnus aun con desaprobó Quisiera ver eso, pensó el chico.

No era la primera vez que Alec lidiaba con un Magnus alcoholizado, en realidad no era algo que le molestara, como novio había sacado interesantes experiencias de eso, pero esta era una situación completamente distinta, se propuso hacer uso de toda su paciencia para no hacer de esto la peor situación en la que ambos pudieron a ver estado.

Miro con atención como un tambaleante Magnus daba unos pasos atrás y miraba al cielo fijamente.

-mmm… ¿Cómo se hace un portal?

Alec se llevo una mano al rostro.

* * * * *

El viaje en taxi fue tan incomodo como llego a pensar que seria, Magnus estaba al otro lado del asiento con la cabeza hacia arriba, pareciera que había perdido el conocimiento pero balbuceaba algo que Alec no podía entender, el taxi cayó en un bache y la cabeza de Magnus se estrello ruidosamente contra la ventana a su lado.

-Auch –Dijo Magnus aun con su cara en el vidrio.

Alec se preocupo y tomo al brujo para recostarlo en su regazo, por lo menos ahí no se estrellaría de nuevo la cabeza.

-¿Estás bien?

Pareciera que Magnus le había respondido pero Alec no entendió nada, suspiro y se dedico a ver el trayecto por la ventana, con Magnus en su regazo, pensó que la oportunidad de hablar seriamente con él se había esfumado.

La tarea de subir a Magnus a su departamento se convirtió en una verdadera odisea, Alec era suficientemente fuerte para poder con él sin problemas, pero pareciera que Magnus estaba poniendo todo de su parte para no hacérsela fácil. Alec “resbalo” cerca del último escalón y Magnus cayó sobre él, ¿Qué pasa?, pensó Alec sintiéndose frustrado por no lograr llegar rápidamente. Inesperadamente sintió los labios de Magnus contra los suyos, pensó en apartarlo ya que no era una de las mejores ideas que se besaran con lo que pasaba entre ellos. Pero era Magnus, estaba ebrio y no recordaría nada al día siguiente.

Pasaron varios minutos antes de que se separaran.

-Deja de besarme –Dijo Magnus, apenas se le entendía, se levanto y camino hacia su departamento.

Alec rodo los ojos, y ahora ya puede levantarse y caminar, pensó.

-Tú me besaste –Dijo al levantarse y seguir a Magnus.

 Después de varios intentos fallidos de Magnus para intentar abrir la puerta, Alec lo aparto y uso su estela para abrir. Magnus no dijo nada y solo entro.

Alec se quedo cerca de la puerta.

-¿Estarás bien?

-Claro que si –Magnus giro muy deprisa para sus actuales habilidades motoras y casi termina en el suelo nuevamente, evitado por Alec que lo sujeto de los brazos.

-Supongo que eso responde mi pregunta. Te llevare a tu cuarto.

Magnus no opuso resistencia, no tenía la capacidad de hacerlo. Una vez ahí Magnus se dejo caer en su cama, miro como Alec le ayudaba con sus zapatos.

-¿Te quedaras?

-No creo que sea buena idea –Dijo secamente.

-Vamos, quédate, podemos tener sexo sin compromiso, ¿No te gustaría?

Alec se sintió realmente molesto con su comentario.

-Eso no va a pasar.

-¿Qué? ¿Nunca lo has hecho de esa forma? –Magnus hablaba sin mirar a Alec. –Yo lo hice hace poco.

Alec se paralizo por completo y sintió que el mundo se le venía encima. No quiero saber, No me interesa saber.

-¿Cuándo? –Exigió, arrepintiéndose enseguida de haber preguntado.

-Déjame ver… mmm… Ha sí, verano del setenta y cinco.

Alec tallo su rostro con sus manos.

-Solo duerme –Dijo y continúo la tarea de ayudar a Magnus ahora con su saco.

Alec estaba muy cerca, Magnus puso sus manos en su rostro y lo acerco para besarlo. Después de unos minutos lo soltó, miro la tristeza en el rostro del cazador.

-¿Qué pasa? –Dijo somnoliento Magnus.

No tenía ningún sentido, por la mañana simplemente no recordaría lo que pasara esta noche.

-Nada –Mintió, miro como Magnus se quedaba profundamente dormido.

Alec salió de la habitación unos momentos después de que Magnus se quedara dormido, Presidente salto a sus brazos tomándolo por sorpresa.

-Hola, oye ¿Qué te pasa?

Acaricio al gato detrás de las orejas, pareciera que era algo que el pequeño animal necesitaba, no tuvo corazón para terminar con lo que claramente le gustaba al felino, así que se recostó sobre el sillón, se tomaría unos minutos para confortar al pequeño gato, sintió como el cansancio lo inundaba, Demasiado para una noche, pensó. Y no se refería precisamente a actividades físicas.

Alec se quedo dormido con el ronroneo de presidente en su pecho.

* * * * *

Se despertó con los primeros rayos de sol entrando por la ventana, Presidente aun dormía en su pecho, pero por desgracia en esta ocasión tendría que incomodarlo, se sentó y puso al gato sobre el sillón, miro su reloj: las seis de la mañana, Alec tallo sus ojos y se desenredo del sueño, pudo notar algo que raramente no había notado la noche anterior: el sitio era un verdadero desastre, se levanto y abrió la puerta de la habitación solo para cerciorarse; Magnus estaba aun perdido en la inconsciencia, cerró la puerta de nuevo y miro hacia la cocina, Que desastre, pensó.

No estaba muy seguro de que era lo que lo impulsaba, pero tomo los trastes sobre el fregadero y comenzó a lavarlos, le fue imposible no pensar conforme hacia esta tarea, que durante el tiempo que había vivido con Magnus, nunca se preocupo por estas cosa, bastaba un chasquido de dedos de Magnus para que tuviera el lugar impecable, simplemente no podía entender el por qué de lo sucio y desatendido del lugar, y se encontró recordándose a el mismo, obligándose a levantarse cada mañana de su cama, obligándose a seguir con el entrenamiento, a salir a la caza de demonios e incluso obligándose a comer debido a la tristeza de estar separado de Magnus. Decidió que no tenía ningún sentido seguir pensando en eso y continuo con la labor.

Una vez que la cocina estaba decente, tomo una bolsa de plástico para basura y comenzó a reunir el sin numero de recipientes desechables de comida que se encontraban por todo el lugar, una bolsa no le basto, Esto es ridículo, pensó. Además Presidente no le estaba facilitando la tarea ya que no se despegaba de sus pies, flotándose una y otra vez contra ellos.

-Oye –Dijo al pequeño gato –Magnus está dormido, ¿Por qué no vas y te acuestas sobre su cabeza?

Presidente maulló hacia Alec.

-Sí. Tampoco soy su persona favorita en estos momentos.

Alec salió al callejón para dejar las bolsas con basura, al final fueron tres. Al regresar al departamento pudo ver a un vendedor de flores en la acera y la idea le inundo la cabeza, en realidad no era del tipo de chico que compra flores para alguien más, así que pensó que simplemente era una idea tonta.

Una vez que considero que no podía hacer más, se decidió a marcharse, miro su reloj: pasada las nueve, hecho de nuevo un vistazo hacia la habitación y a un Magnus aun dormido al igual que  Presidente que estaba acostado sobre su cabeza.

Salió del departamento y antes de cerrar la puerta detrás de él, sintió que no podía solo irse, no podía dejar pasar la ocasión, como un guerrero que estaba acostumbrado a ganar batallas, esto era completamente inaceptable, no podía simplemente dejar las cosas así, se inundo de determinación y regreso al departamento, pasado treinta tal vez cuarenta minutos salió nuevamente sin dudas y con cierto sentimiento de  satisfacción, se dirigió directamente a la calle con una sonrisa en su rostro.

* * * * *

Magnus despertó con un terrible dolor de cabeza y sumamente confundido, inmediatamente intento regresar a la noche anterior y poco a poco fue recordando, la fiesta, Raphael, el chico lobo y Alec dando la cara por él, el viaje en el taxi recostado sobre su regazo y la forma en que utilizo magia para hacerlo caer en las escaleras y poder besarlo, se dibujo una sonrisa en su rostro por este ultimo recuerdo, pero duro poco, la cabeza le punzaba terriblemente, y pareciera que en su estomago se llevaba a cabo una guerra.

Se recostó nuevamente sobre las almohadas, en realidad no había razón para salir de la cama, a estas alturas Alec ya debió haberse ido, y mirando el techo de su habitación recordó la última vez que estuvo en esta misma situación, pero sin duda completamente diferente ya que Alec aun era su novio y esa terrible mañana después de la borrachera el chico amablemente se había dedicado a cuidarlo, trayéndole aspirinas, desayuno y café para confortarlo, el ya conocido hoyo en su pecho reapareció y se llevo una de sus manos al rostro.

Estaba tan perdido en sus recuerdo que incluso podía oler el aroma a café, Magnus se incorporo rápidamente y algo alarmado, el departamento estaba inundado de aroma real de café.

Salió de su habitación y se asombro al ver que estaba muy limpio y que no había hecho nada para arreglarlo, miro a la cocina y se sorprendió aun mas al ver la cafetera funcionando y llena de café recién hecho, junto a ella un florero que contenía un enorme y hermosos ramo de flores multicolores, con una tarjeta que decía: Para Magnus con amor Alec. También observo una caja de aspirinas, junto a una bolsa de comida de Taki´s y sin dejar de sorprenderse al acercarse miro una hoja que contenía una escritura muy familiar para él, con el corazón en la boca se dispuso a leer.

Magnus

Me hubiera gustado mucho poder hablar contigo y tener la oportunidad de buscar tu perdón, es en lo único que pienso y lo que más deseo, sé que puedo sonar arrogante sintiéndome seguro de que me perdonaras con solo hablar pero en realidad no es así como pienso, estoy muy consciente de que lo que te hice no puede ser solo perdonado con una disculpa, por eso te juro que encontrare la manera de redimir mi error y redimirme ante ti, Por el ángel Magnus Bane te juro que nunca me rendiré contigo. Te amo como se que nunca amare a nadie y no estoy dispuesto a dejarte ir sin luchar, siento que muero cada vez que pienso en la manera que te hice daño pero sabes que siempre tengo esperanza, esperanza de que puedas perdonarme y de ganar de nuevo mi lugar a tu lado, la esperanza es lo único que me ayuda a soportar estar sin ti, solo te pido que no me odies y que me des una mínima oportunidad de demostrarte que puedo cambiar y ser digno de ti. No importa lo que cueste o lo que tarde, nunca dejare de luchar por ti.

Con todo mi amor,

         Alec

Magnus dejo de leer.

-Estúpido Nephilim.

Dijo con voz temblorosa mientras presionaba la carta fuertemente contra su pecho.

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MayGraciela ♥

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PD: Perdón por las marcas en tu cuello, simplemente no me pude resistir.

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