CoHF *Malec Parte 5
Alec
despertó aturdido, con dolor de cabeza y odiando la luz del sol en sus ojos, se
incorporo y miro a Micah dormido en una silla no muy lejos de él. Tomo una
almohada, la que arrojo en su dirección golpeándolo justo en el rostro, Micah
despertó exaltado, manoteando en todas direcciones y casi cayendo de la silla.
-¿Cuál
es tu problema? –Exigió hacia Alec.
-Eso
me gustaría saber, ¿Qué diablos me dieron?
-Nosotros
nada. –Micah tallo sus ojos –Fue el estúpido Peri con problemas hormonales que
quiso vengarse o el Ángel sabrá que…
-¿Y
qué paso?
-¿No
recuerdas nada? –Micah se miraba algo temeroso.
-No
–Dijo -¿Por qué? ¿Paso algo?
-Nada
grave –Se miraba más relajado, aunque odiaba recordar lo sucedido la noche
anterior. –Dijiste un par de cosas raras.
-¡Por
el Ángel! –Dijo Alec –Dime por favor que no llame a Magnus.
Nop
–Micah sonrió –Intentaste proponerle matrimonio sin embargo, pero te persuadí
para que lo dejaras para hoy.
-¿Bromeas?
-No
–Dijo serio –Así que, ¿Qué pensaste?
-¿Sobre
qué? –Alec ya se estaba levantando de la cama.
-¿Le
pedirás matrimonio?
-No
es graciosos Micah.
-De
hecho…
-Como
sea, -Dijo Alec poniéndose sus zapatos. –Gracias por evitar que hiciera el
ridículo.
-Para
eso están los amigos.
-Así
que… Salimos intactos ¿No?
-Si
–Dijo Micah secamente –Completamente intactos.
*
* * * *
-¡Magnus!
–Llamo Isabelle al brujo. –Tengo lo que me pediste.
Isabelle
extendió su mano y se lo entrego, este observo el objeto y sonrió, era un
mechón de oscuro y brillante cabello, no le quedo ninguna duda, era de Alec.
-Te
servirá, ¿Cierto?
-Por
su puesto, Isabelle esto es de lo mejor que pudiste conseguir, algo así nunca
fallara en un rastreo.
Isabelle
se miro complacida y aliviada. Magnus la miro suspicaz.
-¿Puedo
preguntar cómo fue que lo conseguiste? –Magnus se imagino una muy probable
simpática historia.
-Tranquilo
–Dijo Isabelle –No se dio cuenta, me imagine que no querías que lo supiera.
-¿Por
qué piensas eso?
-Se
lo hubieras pedido tú mismo –Dijo Isabelle casual. –Está bien, Magnus sé que no
quieres que se haga ilusiones contigo y me parece muy considerado de tu parte,
tienes razón, ya es hora de que se valla olvidando de ti.
Magnus
odio las palabras de Isabelle y al parecer no lo disimulo.
-Eso
es lo que quieres, ¿No? –Pregunto la Nephilim, considerando seriamente si había
dicho algo terriblemente malo.
Magnus
no contesto, solo presiono el cabello de Alec en su mano, Isabelle miro como lo
metía en una pequeña bolsa de terciopelo color violeta que colgaba de un fino
lazo dorado, que después colgó de su cuello y oculto bajo su ropa a la altura
de su pecho, la chica pensó que no podía haber un lugar más seguro que ese.
En
ese momento se les acercaron Jace, Clary y Simón, Magnus comenzó a explicarles
lo que había encontrado acerca de la realización de la Copa Oscura y el poder
que podría llegar a adquirir, los chicos lo escuchaban muy atentos.
Definitivamente Magnus era mucho más útil que la misma Clave. Pensó Isabelle y
agradeció mil veces internamente el que cuidara de Alec y fuera amigo suyo.
*
* * * *
Alec
y Micah estaban desayunando en un establecimiento cerca de la plaza del Ángel,
estaban en una de las mesas del exterior, observaban como se había reunido un escuadrón
para hacer las labores de limpieza de la fiesta de la noche pasada.
-Estas
muy callado –Dijo Alec y miro a Micah -¿Hay algo que haya pasado anoche que
quieras discutir?
-Cuando
hablaste de tu boda con Magnus –Comenzó. Noto que Alec se arrepintió de haber
preguntado al casi atragantarse con una porción de comida, –Dijiste que eras
desgraciado, diste a entender que algo así nunca podría pasar, ¿De verdad
piensas así?
-Algo
así nunca podría pasar –Confirmo Alec.
-¿Por
qué? –Siguió indagando -¿Por qué él es un subterráneo? O ¿Por qué en este
momento están separados?
-Ambas
–Alec movía su comida con el tenedor de un lado del plato al otro, sin probar bocado.
-¿Eso
significa que te rendiste con él?
Alec suspiro fuerte –Es solo que… Ya no se qué
hacer, ya ni siquiera tolera estar cerca de mí. ¿Qué se supone que debo de
hacer con eso?
-No
rendirte –Micah miro fijamente a los ojos azules de su amigo –Alec, solo, no te
rindas, tienes que buscar tu felicidad y eso por extraño que parezca y poniendo
en duda tu cordura, eso es Magnus.
-¿No
pensabas que era un idiota? –Alec regreso a su comida.
-Es
un idiota, -Afirmo –Pero no se trata de mi, si no de ti.
-Tengo
miedo –Alec no podía evitar ser sincero con sus sentimientos. –Me asusta pensar
que por tanto molestarlo, termine odiándome, algo así no podría soportarlo… ¿Sabes?
hace poco me dijo que era mucho más probable que nos convirtiéramos en amigos a
que volvamos a estar juntos… Supongo que eso es inevitable.
-Eso
no va a pasar. –Dijo Micah seguro, estaba convencido de que Magnus amaba a Alec
lo había demostrado preocupándose por él y por la charla que tuvieron la noche anterior, pero era algo que no podía
decirle a Alec.
-¿Acaso
no estuviste la última vez que me hablo? –Pregunto Alec incrédulo.
-Y
¿Acaso no dije que es un idiota?
-¿Esto significa que tomaras tu propio consejo e
iras tras tu ex? –Alec se dio cuenta de que había adquirido la habilidad de
desviar la conversación de sí mismo, algo que definitivamente había adquirido
de Magnus.
-Yo
no estoy enamorado de mi ex –Confeso Micah sonriendo. Y tras la mirada que le
dedico Alec continúo. –Yo no soy como tu Alec. Hasta ahora era de los
incrédulos que difícilmente creía en el amor.
-¿Hasta
ahora?
Hasta ahora que me
enamore de ti, Pensó. No lo dijo.
-Hasta
ahora que te veo con Magnus…
-¿Crees
que alguna vez te enamores de alguien? –Tenía que admitir que era útil esta
nueva y no muy grata habilidad.
-Si
–Dijo seguro –Pero lo que me interesa es encontrar a alguien que me quiera como
tú lo quieres a él.
Alec
bajo su mirada, el ser reconocido por algo como eso no era muy común, sintió
como se sonrojaba.
-La
encontraras –Dijo tímido –A la persona que te quiera como mereces, la encontraras.
Micah
sonrió a su amigo y alboroto su cabello enérgicamente.
-Vamos
al Gard –Dijo –Algo me dice que será un largo día.
Al
llegar al Gard se unieron a Oscar, Helen y Aline, estos los pusieron al tanto
de una batalla que se estaba dando origen por la frontera norte de Idris y que
tenían que estar atentos ya que podían ser llamados como refuerzos en cualquier
momento.
Refuerzos,
Pensó Alec, eso era bueno, la falta de juicio al enviar el numero erróneo de
combatientes a la batallas estaba causando estragos en su mente, ya que era
algo muy extraño cuando se hablaba de La Clave organizando sus filas, esto
inevitablemente le había sembrado la posibilidad de un infiltrado entre los
miembros del Consejo, que al parecer se estaba encargando de sabotear cada
batalla provocando mayor número de bajas.
-Debemos
ir al campamento entonces –Aline lo despertó de su ensimismamiento.
Al
llegar ahí se unieron al grupo conformado por sus amigos, Alec se mantuvo
detrás de ellos mirando al suelo, claramente incomodo. A Magnus le fue
imposible no recordar la primera vez que lo miro, tímido, detrás de su grupo, sintiéndose
inseguro aun bajo su propia piel, buscando lo más posible de no llamar la
atención y capturando de inmediato y sólidamente la de Magnus, este sintió su
corazón estremecerse y su pecho siendo inundado por los sentimientos que
inútilmente había intentado reprimir. Lo abrumo la necesidad de Alec, de sus
labios, sus brazos, su voz…
Jace
aclaro escandalosamente su garganta, Magnus se dio cuenta de que había estado
mirando fijamente hacia Alec.
-¿Nos
decías? –Jace intentaba esconder una sonrisa sin mucho éxito.
Magnus
se compuso lo mas que pudo –Es todo –Dijo. –Nunca se había escuchado algo
parecido, así que la mayoría en el tema son meras conjeturas.
-¿Y
qué piensas? –Jace pregunto sincero y mirando al rostro del brujo. –Magnus ¿Tu
qué opinas?
-Opino
que Sebastian tiene muchos puntos que lo favorecen. Mientras que los suyos
difícilmente usan la copa en un humano por el peligro que implica, este aspecto
no le importa al lunático en lo absoluto. El porcentaje de veinte por ciento le
parece maravilloso, un costo justo para reunir su batallón, además, -Continuo.
Todos lo observaban atentos, incluso Alec –Puede utilizar la sangre de
cualquier demonio que esté dispuesto, algo que no le causara problemas, hay una
larga fila de estos esperando su turno para colaborar en la destrucción de los
Nephilim. A eso hay que agregar que entre más poderoso sea el demonio donante,
mas poder cae sobre los Cazadores Oscuros. Probablemente por ello utilizo a
Lilith la primera vez, es un demonio superior.
-¿No
crees que sea su sangre la que utiliza aun? –Alec cuestiono intrigado.
Magnus
lo miro a los ojos –Lo dudo –Dijo. -Lilith está débil y Sebastian no se
arriesgaría con ella de nuevo.
-Ciertamente
–Dijo Micah rompiendo el lazo de miradas que mantenían Alec y Magnus –Tiene de
donde elegir.
-No
en realidad –Corrigió Alec –Son pocos los demonios que están por encima de
Lilith, por ahora solo puedo pensar en cinco.
Magnus
se estremeció, Alec era una persona que prefería leer sobre demonios que luchar
contra ellos, era estudioso y el pensar que entre esos cinco nombres en su
cabeza estaba el de su padre lo angustio de sobremanera.
-¡Maldición!
–Dijo Oscar y todos siguieron su mirada.
Un
líder de tropa estaba reuniendo a las líneas que habían sido elegidos como
refuerzos, a su lado estaba Meliorn al parecer apoyando en organizar.
-Chicos
tenemos que irnos –Dijo Aline.
Los
cinco Nephilim comenzaron a moverse hacia el portal, Isabelle sujeto a su
hermano.
-¿No
llevaras un arco?
-No
hay tiempo de ir por uno, pero tengo suficientes armas conmigo.
Cazadores
y submundos comenzaron a cruzar el portal hacia la batalla.
-Tengo
que irme.
-Espera
–Dijo Magnus, el cual se acerco a ellos, estiro ambas manos y en ellas
aparecieron un arco y flechas –Usa este.
Alec
los tomo renuente. -¿De dónde lo sacaste?
Magnus
sonrió y señalo hacia una de las tiendas, -De ese cuarto de armas.
Alec
no pudo evitar regresar su sonrisa con otra.
-Gracias
–Y se unió a Micah que estaba esperándolo a unos metros
Meliorn
estaba justo al lado del portal cuando ambos chicos lo atravesaron, Magnus noto
un cambio de color en él, fue tan solo un segundo, justo antes de que Alec lo
atravesara seguido de Micah. Pero a pesar de ser peculiar esto no lo alarmo de
ninguna manera.
*
* * * *
Aline
luchaba espalda con espalda con Helen, Oscar estaba cerca de ellas blandiendo
su espada con destreza y terminando con cada demonio que se le ponía enfrente.
-Aquí
ayudaría un arco. –Dijo Oscar resintiendo la ausencia de Alec y Micah.
-¿Dónde
están esos dos? –Pregunto Aline.
-Estaban
detrás de nosotros –Contesto Helen. –Ya deberían estar aquí.
Los
chicos no tenían mucha libertad para preocuparse por Alec y Micah, ya que la
batalla se estaba tornando más difícil de lo esperado, hicieron lo posible por
resistir pero el panorama era desolador, una vez más los superaban en número.
Oscar
se enfrento a un enorme demonio Dragón el cual esquivo su ataque, lo tomo fuertemente
por sus brazos, y enterró su afilado cuerno en su estomago, Oscar grito por el
dolor, Aline y Helen no dudaron al ir en su ayuda, Helen logro que el demonio
lo liberara y Aline lo atravesó con su espada, el demonio se convirtió en
cenizas, ambas chicas tomaron a Oscar para llevarlo al otro lado del portal. Un
general Cazador de Sombras hizo el aviso.
-¡RETIRADA!
–Grito para asombro de todos.
Las
chicas no dudaron y corrieron tan rápido como les fue posible con Oscar a
cuestas, pasaron a través del portal y cayeron derrumbadas sobre el suelo, de
inmediato recibieron ayuda de un Hermano Silencioso que se estaba encargando de
la terrible herida de Oscar.
Jace
e Isabelle permanecían parados cerca del portal, ansiosos por ver a Alec
volver, los minutos transcurrían y no había señales de él o Micah, el general
Cazador de Sombras cruzo ayudando a un hombre lobo mal herido, lo que salió de
su boca provoco en los chicos más que angustia, desolación.
-¡CIERREN
EL PORTAL! –Dijo –No hay más sobrevivientes.
-¡NO!
–Grito Jace –Mi hermano sigue ahí.
El
general lo miro –Lo siento, no hay nadie más.
Jace
mostro su runa parabatai oscura y
brillante sobre su piel.
-¡Él
no está muerto! –Dijo y volteo hacia Isabelle, Magnus y los demás –No está
muerto –Repitió.
Magnus
no dudo y saco debajo de sus ropas la pequeña bolsa que tenía el cabello de
Alec.
-Lo
encontrare –Dijo, y de sus manos salieron chispas azules, en su mirada se
notaban la angustia y determinación.
*
* * * *
Alec
cruzo el portal seguido de Micah, esperaban ver el caos propio de la batalla,
no cabían es su asombro al ver a su alrededor, no había nadie en el lugar, se
encontraban en una especie de llano, rodeado de un bosque espeso, miraban a
todas direcciones, buscando pistas de lo que estaba ocurriendo, de pronto Alec
corrió hacia el centro del llano.
-¿Qué
es eso? –Dijo al ver velas sobre el suelo.
Micah
lo siguió. -El portal no está –Dijo para agregar un punto más a lo ya sumamente
raro.
Ambos
se detuvieron al filo de lo que parecía un Pentagrama.
-¿Qué
diablos? –Dijo Micah.
Alec
tomo su arco y preparo una flecha, nada estaba bien. Micah tomo una espada de
su espalda.
-Tenemos
que encontrar la manera de irnos de aquí. –Dijo Alec sombríamente.
-Buen
consejo –Respondió Micah.
Decidieron
regresar hacia los arboles cuando algo los detuvo.
-¿Te
vas tan rápido? –Dijo una voz proveniente de entre las líneas de arboles
–Alexander no puedo permitir eso.
Alec
volteo, no había forma de no reconocer esa voz.
-Sebastian
–Dijo, su voz irreconocible a sus propios oídos.
-Necesito
que te quedes –Dijo Sebastian mirando a Alec directamente –Si lo haces sin
resistencia, dejare que tu amigo se valla.
-Generosa
tu oferta –Dijo Micah –Pero tendremos que rechazarla.
Sebastian
abrió la boca para responder pero para su propio asombro, Alec se movió sin
titubear y lanzo una flecha en su dirección, Sebastian apenas tuvo tiempo de
esquivarla.
-Corre
–Dijo a Micah.
-No
sin ti.
Alec
entendió realmente que Micah no se iría sin él y después de lanzar un par de
flechas mas, se resigno a irse, no podía permitir que lastimara a Micah. Corrían
entre los grandes árboles cuando se dieron cuenta de que los perseguían.
-Es
persistente –Dijo Micah -¿Crees que quiera una cita?
-Creo
que quiere usarme para llegar a Jace.
-Eso
tiene sentido –Dijo Micah mientras seguían corriendo.
Dos
sujetos se les interpusieron, los chicos se prepararon para la batalla.
-¿Estos
son… esos Cazadores Oscuros de los que hablan?
-Si
–Dijo Alec tenso.
Micah
noto en la postura de su amigo que tal vez no era el mejor momento para
bromear. Alec preparo su arco con una flecha en él. En ese momento y sin que
ninguno de los dos chicos se lo esperara, fueron sujetados firmemente por otro
par de Cazadores Oscuros cada uno, Micah se preparo para zafarse, había podido
hasta con cuatro Cazadores sobre él en los entrenamientos, pero no le dieron
tiempo.
Micah
escucho a Alec soltar un grito desgarrador, al mirar se quedo atónito, uno de
los Cazadores Oscuros estaba sacando una daga del costado de su cuerpo, la
sangre de su amigo brillaba en el filo de la daga y surgía de entre sus ropas.
-¡ALEC!
–Grito con desesperación. Y miro como una segunda daga perforaba el estomago de
Alec y lo hacía caer al suelo.
-¡Imbécil!
–Aspecto un Oscuro reprendiendo a su compañero –Lo necesita vivo, ¿Recuerdas?
-Oops
–Se burlo el sujeto.
Micah
despertó de su asombro, la adrenalina y el terror lo inundaron al mirar a Alec
sufriendo de terribles heridas, de inmediato decidió entrar en acción ya que
Alec podría no tener mucho tiempo, se las ingenio para liberarse de quienes lo
sujetaban, lanzo dos dagas hacia quienes intentaron tomar a Alec y sin piedad
corto a los otros dos Oscuros que le hicieron frente.
Micah
tomo a Alec e intento alejarlo del peligro, corrió con él apoyado sobre sus
hombros hacia los adentros del bosque, podía escuchar a su alrededor que
estaban siguiéndolos o por lo menos buscándolos, esto último le daba una
oportunidad.
Se
detuvo, coloco a Alec en el suelo y comenzó a trazar Iratzes lo más rápido que pudo, escuchaba a los Oscuros cada vez más
cerca.
-¡Maldición!
–Decía angustiado, si los encontraban no había muchas posibilidades de
sobrevivir y Alec estaba muy mal herido, la pérdida de sangre lo había afectado
mucho.
-Oye,
oye –Decía Micah palmeando el rostro de Alec para mantenerlo consiente. –Tienes
que resistir, Alec, solo un poco.
Alec
lo miro, su vista era borrosa, no recordaba haber visto a Micah tan angustiado
antes.
-Escucha
–Dijo Micah –Magnus vendrá por ti, tienes que aguantar.
Alec
rio débilmente ante el comentario de su amigo, apenas podía mantenerse
despierto.
-No
creí… -Dijo –Que fueras… De los que leen ese tipo de… Novelas románticas…
-Sé
lo que digo.
-Micah…
¿Por qué vendría por mí?
Alec
tosió y surgió sangre de su boca, los Oscuros estaban ya muy cerca.
-Te
daré tiempo –Dijo Micah más para sí mismo.
-¿Qué?
-Solo
resiste Alec, te daré tiempo para que venga a ayudarte.
Alec
entendió lo que pretendía hacer y sujeto con la fuerza que le fue posible la
muñeca de Micah.
-No,
quédate aquí…
-Si
me quedo no podre protegerte, necesito alejarlos.
-¡No!
–Intento gritar pero su voz salía débil de su cuerpo. -Micah…
-Créeme
Alec, Magnus vendrá por ti.
-Micah…
Son demasiados…
-Te
veré pronto. –Dijo y se levanto.
Alec
distinguió como se alejaba su amigo sin poder hacer nada, no paso mucho tiempo
antes de que perdiera por completo el conocimiento.
*
* * * *
Magnus
y los chicos lograron encontrar la ubicación de Alec, utilizaron un portal, los
Cazadores vestían ya su equipo de batalla, lo primero que pudo ser vislumbrado
por ellos al atravesar el portal fue a Alec, tendido en el suelo, inconsciente
y con claras heridas.
Magnus
de inmediato se inclino hacia él -¡Dios no! –Exclamo e inicio la minuciosa
inspección del cuerpo de Alec, sus hermanos estaban a su alrededor, Jace trazo
una Iratze en su costado. Miro como
Magnus estaba haciendo lo mayor posible para curarlo, esto hizo que de alguna
manera a Jace le entrara una sensación de alivio, tenía que controlarse ya que
el fuego celestial podía salir y hacerle daño.
-Tenemos
que asegurar el área, -Dijo, deseaba quedarse a lado de su parabatai pero para propio bien de Alec necesitaba saber que el área
era segura.
Clary
asintió hacia Jace, noto el dolor y la angustia. Simón tomo a Isabelle del
brazo la cual estaba arrodillada a lado de Alec. Miraba fijamente como salían
chispas azules de las manos de Magnus, sabía que tenía que ir con Jace y los
demás así que busco el rostro del brujo.
-¿Magnus?
-Estará
bien –Dijo firmemente sin despegar la atención de las heridas del chico.
Era
todo lo que necesito escuchar, se levanto y miro hacia Jace.
-Busquemos
al bastardo que hizo esto a nuestro hermano.
Los
Nephilim junto a Simón corrieron hacia los alrededores dejando al brujo curando
a Alec. Magnus hizo correr una ola de magia por el cuerpo de Alec, esto lo hizo
despertar como si hubiera recibido una sesión de electrochoques.
Alec
respiro fuerte y profundo, se levanto precipitadamente hasta casi sentarse,
Magnus lo sujeto, buscaba con desesperación sus ojos, necesitaba la seguridad
de verlos brillantes e intensos como siempre.
-Tranquilo,
tranquilo, -Decía el brujo a Alec, -Todo está bien, Alexander, mírame por
favor.
Alec
miraba en todas direcciones, sumamente confundido, no recordaba con claridad lo
que había pasado.
Magnus
sujeto el rostro de Alec, fue como verlo por primera vez, el alivio de verlo
despierto lo inundo.
-Viniste
–Dijo Alec aun notablemente confuso mirando incrédulo a los ojos dorado verdoso
de Magnus.
-Claro
que vine, Alexander…
Magnus
no pudo mas, había pensado en la posibilidad de Alec lastimado, era una guerra
lo que se vivía después de todo, pero el pensar que había muerto, aunque haya
sido por tan solo unos segundos antes de que Jace mostrara su runa parabatai, y el ahora ver sus hermosos
ojos y sentir la piel suave de su rostro nuevamente entre sus manos lo
sobrepaso, Magnus se inclino hacia él, necesitaba besarlo, besarlo con desesperación
y no le importaría nada, todo lo que quería era a Alec, a unos centímetros de sus
anhelados labios, este hablo.
-Micah
–Dijo Alec.
-¿Qué?
–Magnus retrocedió.
-Micah
se fue –Inesperadamente se altero –Magnus, tenemos que encontrarlo.
Alec
se desenredo del agarre de Magnus y corrió hacia donde sabia se había dirigido
su amigo. Magnus se resigno a seguirlo de cerca.
Alec
corría lo más rápido que le era posible, sus heridas estaban cerradas pero aun
no en su totalidad sanadas, cada paso le provocaba una oleada de dolor, pero tenía
que encontrar a Micah, necesitaba saber que estaba bien, escucharon entre los
arboles lo que parecía una batalla, al llegar al lugar, miro como Jace,
Isabelle y Simón luchaban contra un significativo número de Cazadores Oscuros,
miro mas allá de ellos y noto a Clary inclinada hacia alguien que yacía en el
suelo, presumiblemente trazando runas de curación.
-Micah
–Dijo Alec y corrió hacia ellos atravesando entre los combatientes.
Magnus
corrió con él pero se detuvo en seco al mirar en el suelo el pentagrama, no
tenía mucho sentido que estuviera algo como eso en ese lugar pero no había
tiempo de hacer preguntas, siguió su camino al lado de Alec.
Clary
levanto su mirada hacia Alec el cual estaba ahí parado mirando con horror el
estado de su amigo, Magnus paso a un lado de él y comenzó con el propósito de
curarlo.
-Las
runas no funcionan -Dijo Clary sumamente decaída mirando a Magnus. -¿Podrás
ayudarlo?
-Lo
intentare –Dijo Magnus –Ayuda a tus amigos Clary, te necesitan.
Clary
se levanto y se unió a la batalla al lado de Jace, Alec despertó de su
aturdimiento y se arrodillo a lado de Micah mientras Magnus lo cubría con su
magia. Pasaron unos interminables minutos antes de que Micah diera señales de
vida, Alec se miraba como si por fin hubiera comenzado a respirar, Magnus lo
noto.
-Hare
lo que pueda –Dijo tristemente mirando hacia Alec, tenía que explicarle que
Micah estaba demasiado herido, que había la muy amplia posibilidad de que no
lograra sobrevivir. –Alexander…
Magnus
fue interrumpido por el grito de Simón llamando a Isabelle, esto alarmo a Alec,
ambos miraron y notaron a la Cazadora luchando contra un fornido Oscuro que la
tenia contra un árbol intentando cortar el aire de su garganta. Alec no dudo,
tomo la espada que estaba cerca de ellos y corrió hacia su hermana.
Magnus
siguió con la sanación de Micah, después de unos minutos hizo pasar a través de
su cuerpo energía para reanimarlo como lo había hecho con Alec pero a
diferencia de este, Micah apenas logro abrir los ojos,
-Lo
quiere –Dijo mirando a Magnus. –El lunático quiere a Alec.
Magnus
pensó que de alguna forma Micah estaba delirando, lo que decía no tenía
sentido. ¿Por qué Sebastian se interesaría particularmente por Alec? En ese
momento Alec regreso a su lado.
-¿Isabelle?
–Pregunto Magnus.
-Los
están controlando –Dijo Alec sin mirarlo, Magnus noto que tenia una de sus
manos sobre su costado, una de sus heridas se había abierto. –Alec… -Dijo el
brujo angustiado.
-Por
favor, -Lo interrumpió –Ayúdalo, no te preocupes por mí.
Magnus
siguió con la casi imposible tarea, Micah miro a Alec y sonrió débilmente.
-Te
lo dije. –Dijo a su amigo.
Alec
se inclino más hacia él para lograr escucharlo. –No hables, ahorra energía, te
pondrás bien.
-Tal
vez, nadie te lo ha dicho… pero… eres un pésimo mentiroso…
-Te
pondrás bien –Repitió Alec y miro hacia Magnus, concentrado en las múltiples
heridas de Micah.
Alec
sintió la mano de Micah en su rostro para girarlo hacia él.
-Deja
de ver mis heridas… -Dijo –Mírame, necesito… decirte algo.
-¿Y
no podrías esperar a estar mejor?
Micah
sabía que eso no iba a pasar.
-¿Recuerdas…
lo que hablamos en el Lago Lyn?
Alec
puso su mano bajo la cabeza de Micah para sostenerla -¿La historia del caracol?
–Alec sabía que no era a eso a lo que se refería, pero siempre había hecho
bromas en los peores momentos, los nervios simplemente lo traicionaban, lo
odiaba pero no podía evitarlo.
Micah
asentó una sonrisa en su rostro –Eres todo un caso… Lightwood… pero… me refería
a lo que… me preguntaste.
-Lo
recuerdo –Dijo Alec, le era imposible no mirar esporádicamente hacia las manos
de Magnus encargándose de las heridas que no disminuían –Pero, no entiendo,
¿Qué pasa con eso?
-Te
mentí.
Magnus
noto que Alec se sorprendió mucho con lo que le dijo Micah, no tenía alguna
idea de en lo que se estaban refiriendo pero sin duda había causado impacto en
ambos.
Micah
miro la sorpresa en Alec.
-Lo
siento –Dijo –Esto debe ser lo ultimo… que querías escuchar… yo…
Alec
se altero y sujeto el rostro de su amigo –No, Micah, yo lo siento, fue mi
actitud la que te hizo mentir, si no hubiera actuado tan egoísta, tu…
-Nada
hubiera cambiado…
Micah
tosió agónicamente, haciendo surgir sangre de su boca. Alec se altero aun más,
levanto al chico y lo sujeto fuertemente entre sus brazos.
-Deja
de hablar, te pondrás bien. –Dijo cerca de su oído.
Magnus
miraba a ambos en silencio, Alec aun no se percataba de que había dejado de
intentar curarlo, había hecho lo posible, pero por desgracia no había sido
suficiente. La batalla a su alrededor había terminado, sus hermanos lo observaban
cautelosos a unos metros. Esperando lo peor.
-Oye
Alec –Dijo Micah haciendo caso omiso a la recomendación de su amigo. –Recuerda…
No te rindas con el idiota. –Dijo muy débilmente, no había forma de que Magnus
lo escuchara.
-Ya
basta, deja de hablar. –Exigió Alec.
Micah
respiro profundo o lo intento.
-Bueno,
es un poco irónico, ¿No es así?
-¿A
qué te refieres?
-Todo
el esfuerzo para convencerte de que no estoy enamorado de ti, y aquí estoy,
muriendo en tus brazos.
-Te
pondrás bien –Repitió Alec, Era algo que dudaba, pero también, lo que más
deseaba en ese momento.
Micah
coloco su mano débilmente sobre el cabello de Alec.
-Le
hablare a mi hermano de ti. –Dijo. Y Magnus noto que sonreía.
Alec
se aferro aun mas a él, después de unos segundos sintió como su mano bajaba y
caía sin vida a su costado. Nunca más volvería a sentir la mano de Micah
jugando con su cabello.
*
* * * *
No recuerdo la última
vez que escribí en mi diario, no había sentido la necesidad de hacerlo, había
pasado las últimas semanas pensando en un amor no correspondido, pero ahora,
solo puedo pensar en ti.
Pienso en lo mucho
que quiero explicarte lo que significaste en mi vida, la manera en que poco a
poco te acercaste a mí, tan natural, me enseñaste que no hace falta ser un parabatai
o tener la misma sangre para ser un verdadero amigo.
Me mostraste que era
capaz de acercarme a una persona, por querer hacerlo, y no por circunstancias
no controlables.
Gracias por haberme
enseñado, por haberme protegido, por haberme amado como lo hiciste.
Gracias por haber
llegado a mi vida y por quedarte para siempre.
AVE ATQUE VALE
Cazador de Sombras.
AVE ATQUE VALE
Querido Micah.
*
* * * *
El funeral de Micah fue uno de los más
concurridos a los que alguna vez haya asistido Alec, había personas de todas
las edades pero sobre todo de chicos que incluso habían viajado de otros
institutos para estar presentes, de cierta forma no le extraño, Micah siempre
había sido del tipo amistoso y ahora podía confirmar el poder que tenia sobre
las personas, el poder que ahora era consiente incluso llego a tener sobre él. Se
llevo a cabo la cremación con un respeto inquebrantable, La cónsul hablo de lo
respetable que siempre fue su familia y de la terrible perdida al ser tan joven,
su tío hablo de su infancia, de la tragedia de su familia y como lo había
tomado como un verdadero héroe. Nada de lo que se dijo le sorprendió, todo lo
dicho era obvio, incluso se molesto, ya que solo decían cosas triviales propias
de los funerales, se resigno a seguir escuchando sin notar la esencia de Micah
en las palabras.
Una vez que la ceremonia termino la
gente se disperso, excepto un grupo de jóvenes que se quedaron, Alec se aparto
de su propio grupo y se acerco a ellos, sentía curiosidad de saber lo que
hablaban, todos ellos se estaban turnando para contar una anécdota de Micah,
como lo conocieron, como coqueteaba con literalmente cualquiera, haya sido
hombre o mujer, como intento jugar una broma en el instituto de Londres y termino
con una bolsa llena de Pixis en su ropero por más de una semana, esto último le
saco a Alec una inevitable sonrisa, incluso Aline contribuyo a la conversación
contando como él y Oscar había hecho una apuesta para ver con quien saldría
primero una chica del instituto de España. La chica en cuestión se puso de pie
y sonriendo melancólicamente dijo: Micah
gano. A lo que todos sonrieron, Alec se quedo con ellos hasta muy tarde,
escuchando la esencia de Micah en cada palabra.
*
* * * *
Alec se encontraba en su habitación,
había pasado un día desde el funeral de su amigo. Se encontraba aun en una
especie de aturdimiento por la pérdida de Micah, por su confesión al morir y
sobre todo por la culpa, Micah realmente nunca le había insinuado nada al
respecto, Alec se castigaba él mismo pensando en la manera en que le había
hablado de lo mucho que amaba a Magnus, mientras él escuchaba sin protestar,
Alec sabía perfectamente lo que era sufrir por amor, lo mataba pensar que Micah
sufrió lo mismo por su causa. Llevo sus manos al rostro, se había vuelto
insoportable pensar en aquello. En ese momento se abrió la puerta de su
habitación y su hermano entro lentamente.
-Hola –Dijo dulcemente.
Alec asintió hacia ella.
-¿Te sientes un poco más tranquilo? –Pregunto.
-Supongo –Dijo Alec, Isabelle sintió
como su corazón se destrozaba, lo odiaba, odiaba ver a su hermano tan
vulnerable.
-Alec –Comenzó Isabelle, intentando
buscar las palabras. –Hum. Te buscan abajo.
-Bien, dile a Aline y Helen que pasen.
–Alec sabía que Oscar seguía en el hospital, ni siquiera había podido adquirir
permiso para asistir al funeral de su amigo.
Isabelle se encogió de hombros –Lo que
pasa es que no son ellas quienes te buscan.
-¿Quién entonces? –Pregunto sincero,
no podía pensar en alguien más.
-Magnus –Dijo.
Isabelle noto incluso el cambio en la
respiración de Alec, el cual aparto la mirada, ahora la fijaba al suelo.
-¿Le dijiste que estoy aquí?
-No –Explico su hermana –Jace atendió
la puerta, yo escuche cuando preguntaba por ti y vine a avisarte.
-Entonces –Dijo Alec, su voz se
escuchaba áspera, pensó Isabelle. -Por favor dile que no estoy.
Isabelle abrió mucho los ojos -¿Bromeas?
Alec volteo hacia su hermana y sin
decir palabra esta entendió que no bromeaba en lo absoluto. Pero no entendía el
por qué de su comportamiento, pero tampoco lo cuestionaría, no era ella la que
acababa de perder a uno de sus mejores amigos.
-Bien –Dijo Isabelle tristemente –Le
diré a Magnus que no estás.
Su hermana dio la vuelta para salir de
la habitación y entregar el mensaje, camino despacio esperanzada a que quizás
cambiara de opinión, llego a la puerta y Alec no lo hizo.
CONTINUARA.
. .
MayGraciela♥
>3< mas por favor quiero saber que pasa!! eres genial chica
ResponderBorrarPor el Ángel, T_T Micah noooooooo porque, comenzaba a gustarme, T_T... Excelente capitulo, aunque triste, muy triste,
ResponderBorrarAVE ATQUE VALE Micah :(
porque Sebastian quiere a Alec?
que pasara?
superara Alec la muerte de Micah?
que onda con Magnus?
:D
lo se, son tantas preguntas!!,fue super triste :(, pero aun asi no dejes de escrir por favor, continua pronto el capi...quiero saber en que continua!!
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